EN una época en la que predominan las imágenes, cuán importantes son los gestos. En el marco de los recientes Juegos Olímpicos de París 2024, la badmintonista china He Bingjiao se llevó todos los aplausos cuando en el podio, al recibir su medalla de plata, decidió mostrar un pin con la bandera de España. De este modo, He quiso rendir un homenaje a la española Carolina Marín, quien lamentablemente sufrió una severa lesión en el partido de semifinales en el que ambas se habían enfrentado. “Llevé el pin porque quería compartir el honor de estar allí con ella y así estar juntas en ese momento”, explicó He.

La delegación de China cumplió un extraordinario desempeño en París, donde alcanzó el segundo lugar en el medallero general, con 40 preseas de oro, 27 de plata y 24 de bronce. Se trata de la mejor actuación de China en unos Juegos realizados en el extranjero. Esto nos llena de orgullo y desde China Hoy expresamos nuestras felicitaciones por el esfuerzo desplegado por los y las deportistas de nuestro país, quienes dieron un ejemplo de integridad moral y competencia limpia. Como nos lo recuerda el noble gesto de He Bingjiao, por más ansias de triunfo que tengamos, lo que nos hace verdaderamente campeones es el compañerismo y la solidaridad, valores que no solo deberíamos apreciar cada cuatro años gracias a los Juegos Olímpicos, sino que deberíamos hacer prevalecer en un mundo que no puede estar alejado del espíritu deportivo.

Este notable y constante ascenso del deporte chino a nivel mundial no es una casualidad, sino que responde a una política de Estado que, en los últimos años, ha sabido centrarse en el bienestar integral del ser humano. Por ello, no es algo fortuito que la evolución del deporte nacional haya ido de la mano con el también notable y constante desarrollo de la economía china. Nuestro país sabe que un crecimiento económico sostenido no es una carrera de velocidad, sino más bien un maratón de largo aliento.

Sin embargo –y siguiendo con el argot deportivo–, China no pretende dormirse en sus laureles. Si bien China se enfrenta en la actualidad a un impacto más adverso de los cambios en el entorno exterior y a una demanda interna efectiva que sigue siendo insuficiente, hay un convencimiento en el país de que el camino por emprender es aquel que nos debe llevar a la modernización china. Y es por eso que ha sido tan importante la tercera sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China, celebrada en julio pasado y cuyas implicancias analizamos exhaustivamente en esta edición.

Como explica el embajador de China en México, Zhang Run, la tercera sesión plenaria nos dejó tres palabras clave: apertura, calidad e innovación, como rasgos distintivos de aquello que llamamos modernización china. En cuanto a la apertura, no hay concepto que explique mejor el avance vertiginoso de China. La apertura ha sido, es y será sustancial en nuestro país. Apertura significa abrir caminos y, por eso, hemos saludado el paulatino restablecimiento de rutas aéreas entre China y América Latina, así como la reciente entrada en operación de nuevas rutas marítimas comerciales con México y Nicaragua, por citar solo dos ejemplos en la región.

En cuanto a la calidad, el país ha sabido dar nuevos pasos hacia un desarrollo que debe buscar esta condición. De nada sirve alcanzar cifras astronómicas si nuestra economía carece de nuevos motores de crecimiento y de ventajas realmente competitivas. Y los resultados son ya palpables, pues en los primeros seis meses de este año, el PIB de China creció un 5 % interanual gracias, entre otras razones, al desarrollo de fuerzas productivas de nueva calidad.

Y en cuanto a la innovación, hablamos de un elemento indispensable precisamente para ese desarrollo de alta calidad que buscamos. El hecho de que China sea la economía de ingresos medios mejor clasificada en el Índice Mundial de Innovación y de que el valor agregado de las nuevas industrias, de los nuevos formatos de negocios y de los nuevos modelos de negocios –la llamada economía de los “tres nuevos”– haya contribuido más al crecimiento económico, nos llena de optimismo en esta gran meta de llegada que es la modernización china. En nuestro país, economía y deporte también van de la mano.