Este 4 de marzo, China inició las Dos Sesiones: la de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) y la del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), ambos en su segunda sesión. La APN es el máximo órgano legislativo de China. Se trata de uno de los esfuerzos de coordinación política más significativos entre Planes Quinquenales (el XIV Plan Quinquenal actual para 2021-2025) y políticas de largo plazo y, en este caso, la posibilidad anual de monitorear y evaluar objetivos sociales, regionales y económicos de 2023 y metas para 2024. Entonces, es una discusión pública, particularmente en la APN, en donde el primer ministro presenta el Informe sobre la Labor del Gobierno para ser aprobado en múltiples instancias, las cuales también coordinarán instrumentos para permitir los objetivos definidos en el transcurso del año.
Aunque las Dos Sesiones no han terminado, he prestado atención a las palabras del presidente Xi Jinping y al Informe sobre la Labor del Gobierno en dos puntos destacados:
En primer lugar, las discusiones y objetivos para 2024 y la evaluación de 2023 aseguran un ambiente de continuidad sobre las políticas domésticas y la cooperación que China viene implementando en el corto, mediano y largo plazo. Las visiones y respectivos instrumentos de reformas y apertura, modernización y medidas para un desarrollo de alta calidad continúan imperando en 2024 y en las iniciativas de mediano plazo. El adelanto sobre los principales aspectos del Informe sobre la Labor del Gobierno por parte del primer ministro Li Qiang destaca esta continuidad: se espera aumentar el PIB en alrededor de un 5 %; crear más de 12 millones de puestos de trabajo en las zonas urbanas, con mantenimiento de la tasa de desempleo urbano calculada mediante encuestas en un 5,5 % aproximado y contener el alza del IPC en torno al 3 %.
En segundo lugar, más allá del discurso de continuidad con base en un continuo proceso de reformas y apertura, modernización y buscando una mayor calidad, recientemente el presidente Xi Jinping, y así lo hizo nuevamente ante la la APN, destacó el “desarrollo de nuevas fuerzas productivas de calidad”. Resultado de múltiples iniciativas y estrategias para permitir un proceso de escalamiento tecnológico y en ciencia y tecnología, China ya ha destacado por significativos esfuerzos en este rubro desde inicios del siglo XXI. Las propuestas durante estas Dos Sesiones parecieran, sin embargo, enfatizar que China no solo debiera cerrar brechas y alcanzar a los líderes tecnológicos globales, sino también fomentar la promoción de “futuras industrias”, es decir, aquellas que se encuentran en gestación y con un significativo potencial futuro: robótica, manufactura biológica y nanomanufactura, computación cuántica y fotónica, semiconductores avanzados, energía nuclear y con base en el hidrógeno, tecnologías desarrolladas con base en viajes espaciales a la Luna y Marte, así como tecnologías vinculadas con la salud (interfaces cerebro-computadoras, celulares y genéticas, etc.).
Para América Latina y el Caribe (ALC) los planteamientos anteriores permiten una importante estabilidad en su relación con China: en términos de crecimiento, de su demanda en sus importaciones desde ALC, así como en su cooperación internacional y con ALC, en 2024 no se esperan cambios abruptos, sino que, por el contrario, un crecimiento ante el crecimiento del PIB chino. También existen expectativas de que en 2024 China continúe con su crecimiento en las exportaciones de manufacturas de mayor sofisticación como los automóviles y los automóviles eléctricos, en algunos casos seguramente con inversiones en países específicos de la región.
*Enrique Dussel Perters es profesor del posgrado en Economía y coordinador del Centro de Estudios China-México de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).