Sociedad
Un trabajo continuo de promoción y divulgación
2025-07-29    Fuente: Centro para las Américas    Autor: MAGDALENA ROJAS

Cristina Vallverdú mezcla diferentes hierbas medicinales chinas para un tratamiento. Foto cortesía de la entrevistada

18 de abril de 2025. Un estudiante de Tayikistán especializado en acupuntura y masoterapia realiza una sesión de acupuntura a un paciente en el Hospital N.o 2 afiliado a la Universidad de Medicina China de Nanjing. Xinhua

 

16 de julio de 2025. Un visitante extranjero recibe un masaje terapéutico chino para aliviar el dolor cervical durante la III Exposición Internacional de Cadenas de Suministro de China, celebrada en Beijing. Wei Yao 

ORIUNDA de España, Cristina Vallverdú ya lleva más de doce años de idas y venidas entre su tierra natal y China, desde que llegó por primera vez a Beijing en 2015. Especialista en el ámbito de la medicina tradicional china (MTC), su interés por dicha disciplina surgió cuando tenía apenas 14 años, momento en el cual su madre enfermó y estuvo acompañándola a lo largo de todo el proceso. “[Mi madre] estuvo varios años en tratamiento y, finalmente, logró recuperarse gracias a una combinación de medicina china y medicina occidental”, relata. Esta fue una experiencia profundamente transformadora, y a partir de la cual la española se comenzó a interesar por la biología y las medicinas naturales, lo que la llevó a estudiar naturopatía y, posteriormente, medicina tradicional china.

Su primer viaje a China no estuvo planeado, sino que las circunstancias la llevaron allí. Inicialmente, viajó por un mes con el fin de estudiar mandarín en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing (BLCU, por sus siglas en inglés). Esa breve estancia, no obstante, habría de cambiar por completo su vida. “Me enamoré del país y, al regresar a España, decidí organizarlo todo para poder volver”, señala al respecto. Durante los años siguientes, Vallverdú continuó viajando con frecuencia a China por temporadas, centrándose en el estudio del idioma y la cultura. Sin darse cuenta, fueron pasando los años hasta la actualidad, en que la española se ha consagrado no solo a través de su práctica donde atiende a pacientes, sino también como una ferviente promotora y difusora de la MTC.

Difusión más allá de las fronteras

Como miembro del comité de regulación de la MTC en España, parte de su labor se aboca a la promoción de un marco regulador para la medicina china que esté alineado con los estándares marcados por la Organización Mundial de la Salud. Según explica, a nivel internacional, la regulación es muy heterogénea. Hay países que han integrado la MTC de manera formal, otros que no, y a la vez, muchos casos en los que las normativas son muy dispares. “En España, actualmente se puede ejercer, pero aún no existe un reconocimiento oficial. Nuestro objetivo es lograr esa integración para que la medicina china pueda incorporarse al sistema de salud pública”, revela. Según explica, este sería un importante hito, por cuanto no solo permitiría avanzar hacia una atención sanitaria más equitativa y eficaz, sino que además podría reducir significativamente los costes en salud pública. “La evidencia indica que la inclusión regulada de la MTC puede contribuir al ahorro en el gasto sanitario del PIB”, advierte. Así y todo, Cristina Vallverdú es clara en señalar que la MTC no reemplaza a la medicina occidental, sino que ambas son complementarias, por lo que es esencial contar con profesionales formados en las dos disciplinas.

En paralelo a esta importante labor, la española también trabaja en pos de la difusión global de la MTC como parte del Comité de Comunicación para la Promoción de la Salud, de la Federación Mundial de Acupuntura y Moxibustión (WFAS, por sus siglas en inglés). “La WFAS es una organización internacional reconocida por la OMS que trabaja desde hace décadas para promover la investigación, la educación, la estandarización y la difusión de la medicina tradicional china en el ámbito global”, explica. Según Vallverdú, la labor de la organización ha sido clave para facilitar el diálogo entre países, organismos reguladores y comunidades científicas, siendo una de las estrategias más destacadas el desarrollo de conferencias internacionales y simposios académicos, en los que se comparten avances clínicos y científicos sobre la MTC. En la misma línea, detalla, la WFAS colabora activamente con universidades, hospitales y Gobiernos en todo el mundo para fomentar la formación profesional, establecer estándares de calidad, y promover la integración de la MTC en los sistemas de salud pública. “En el Comité de Comunicación para la Promoción de la Salud, el objetivo es hacer accesible y comprensible el conocimiento sobre la MTC al público general y a profesionales de la salud de distintas culturas”, señala.

Pero la ajetreada agenda de Cristina Vallverdú no termina ahí, ya que, además, gestiona un canal de divulgación en YouTube donde explica diferentes patologías a través de la medicina china, y atiende a pacientes a través de su propia consulta. A propósito de esto último, cuenta que el tratamiento que más llama la atención a nivel internacional, y que también es el que más suelen solicitar sus pacientes, es la acupuntura. Esta práctica milenaria, cuyos orígenes se remontan a la antigua China, tiene por objetivo equilibrar la energía del cuerpo, conocida como qi, a través de la inserción de agujas en puntos específicos. Además de esta técnica, uno de los métodos preferidos por Cristina es el guasha, que hace uso de una herramienta de piedra, cuarzo o jade, con el fin de promover el drenaje linfático, reducir la tensión muscular y mejorar la circulación sanguínea, entre otros beneficios. “Es una técnica poco conocida en Occidente, pero muy versátil y eficaz”, asegura. “En mi práctica combino diferentes herramientas, como acupuntura, guasha, ventosas, masaje terapéutico. Siempre selecciono la técnica más adecuada para cada caso según el diagnóstico tradicional chino”, añade.

Pese a los estudios clínicos y su eficacia comprobada en el tratamiento de diversas patologías médicas, aún existe cierto escepticismo en torno a la MTC, especialmente en Occidente. De cualquier forma, Cristina Vallverdú cree que aquello es comprensible, y parte de su labor radica precisamente en concientizar y difundir. “Todo aquello que no conocemos o no se ajusta a nuestro sistema de creencias genera dudas, y eso es parte natural del proceso de apertura cultural y científico”, explica. Pese a ello, señala, lo cierto es que la MTC ha ido ganando reconocimiento por su bajo coste, su baja iatrogenia (es decir, que casi no tiene efectos secundarios) y su eficacia clínica. “China lleva años impulsando la internacionalización de su medicina tradicional, y un buen ejemplo de ello es su incorporación a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que incluye un eje de cooperación sanitaria”, manifiesta. Por lo mismo, confía en que tanto en España como en los países de América Latina se vaya avanzando progresivamente hacia una regulación más sólida y una mayor integración de la MTC, siempre desde una perspectiva científica y complementaria.

Años de transformación y aprendizaje

Pese a llevar décadas dedicada a la medicina natural y la MTC, Cristina Vallverdú no ha desistido en su predilección por seguir expandiendo sus conocimientos. Por ello, hace cuatro años decidió estudiar la carrera de Relaciones Internacionales “movida por su interés profundo de comprender cómo se articulan las relaciones entre los países, y de qué manera se concretan a través de tratados, acuerdos de cooperación y marcos multilaterales”. Pero más allá de todos los conocimientos formales adquiridos a través de los años, la experiencia de estar en China ha influido en su propia forma de ser y de entender el mundo.

“China me ha regalado muchos aprendizajes, pero quizás los más profundos han sido aquellos vinculados a su filosofía de vida”, confiesa. Para la española, vivir en medio de una cultura con más de 5000 años de historia, que ha sabido integrar la modernidad sin perjuicio de sus raíces, ha sido una experiencia transformadora. “Esa filosofía se refleja en el idioma, en los hábitos cotidianos, en la manera de enfrentar los retos y en la relación con la naturaleza”, agrega. Una de las principales lecciones tiene que ver con soltar y con dejar que las cosas sigan su propio curso, sin forzarlas.

Por otra parte, ha acumulado un baúl de recuerdos a lo largo de su extensa trayectoria en China, pero hay tres que ocupan un lugar especial: “Mis maestros de MTC, los primeros años en los que todo me resultaba nuevo e impactante y, sobre todo, esa sensación profunda e indescriptible de haber llegado a casa”.

Al consultarle cuáles son sus intenciones en el corto y mediano plazo, la profesional dedicada a la MTC señala que no tiene un plan cerrado, pero sí varios proyectos en marcha que está siguiendo de cerca. “Me gusta avanzar paso a paso, sin anticiparme demasiado, dejando espacio para que las cosas tomen forma naturalmente. Con el tiempo, he aprendido que los planes más valiosos muchas veces no los trazamos nosotros, sino que surgen en el camino y, a veces, lo más sabio es reconocerlos y darles lugar”, concluye.

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