Sociedad
Una amistad testificada por el cielo
2025-04-05    Fuente: Centro para las Américas    Autor: ZHANG XINYANG


28 de febrero de 2025. El coronel de la fuerza aérea china Li Hongpeng obsequia artículos conmemorativos a los pilotos veteranos cubanos que se formaron en China, en un homenaje realizado en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.


28 de febrero de 2025. El embajador de China en Cuba, Hua Xin; el coronel de la fuerza aérea china Li Hongpeng; y representantes de los pilotos veteranos cubanos en la ceremonia de homenaje. Fotos de la Embajada de China en Cuba

EN medio de amarillentos certificados de graduación y fotos en blanco y negro cuidadosamente conservadas, se narra una amistad chino-cubana que ha trascendido más de sesenta años. Recientemente, un video sobre un piloto retirado cubano y su conexión con China ha captado una amplia atención en Internet. Ese hombre, llamado Manuel Rojas García, fue vicepresidente de la aerolínea oficial de Cuba y uno de los jóvenes cubanos que viajaron a China en la década de 1960 para aprender técnicas de vuelo. Un turista chino se encontró con él durante un viaje a Cuba, escuchó su historia y grabó en video los recuerdos que Rojas atesora de China. Desde el riguroso entrenamiento en la escuela de aviación de la fuerza aérea china hasta una destacada carrera en la fuerza aérea cubana, la experiencia de Rojas es un testimonio de la profunda amistad entre China y Cuba en los ámbitos militar, cultural y humano. Su historia no solo es un relato de crecimiento personal, sino también un reflejo de la hermandad entre ambas naciones.

La formación de pilotos cubanos

A principios de la década de 1960, Cuba acababa de experimentar una revolución y necesitaba urgentemente formar pilotos para construir una fuerza de defensa independiente. Bajo la atención de los líderes de ambos países, en 1961, 223 jóvenes cubanos fueron seleccionados para viajar a China y aprender técnicas de pilotaje y reparación de aviones. Con una edad promedio de menos de 20 años, estos jóvenes, llenos de esperanza en el futuro, emprendieron un viaje hacia su “segunda patria”. Manuel Rojas García fue uno de ellos. “En ese momento, China también estaba en una etapa inicial de desarrollo, y su pueblo vivía con austeridad, pero no dudó en acogernos y brindarnos la mejor formación y el más cálido cuidado”, recuerda.

En la escuela de aviación de la fuerza aérea china, los estudiantes cubanos recibieron un entrenamiento de vuelo sistemático y una formación teórica. Además de aprender técnicas de vuelo, participaban en ejercicios físicos y estudios culturales. Los instructores chinos no solo impartían conocimientos profesionales, sino que también organizaban grupos de estudio para ayudar a los estudiantes a mejorar su nivel educativo. En su tiempo libre, les enseñaban canciones militares chinas, como Soy un soldado, y competían con los estudiantes chinos para ver quién las cantaba mejor. “Hoy, mis hijos y nietos todavía cantan esas canciones”, comenta Rojas. Este intercambio cultural trascendió las barreras del idioma y la geografía, convirtiéndose en una vívida expresión de la amistad chino-cubana.

El profesionalismo y la disciplina de los instructores chinos dejaron una profunda impresión en Rojas. “Nuestro entrenamiento era extremadamente riguroso”, recuerda. “Cada movimiento de vuelo se practicaba repetidamente en tierra para garantizar una operación precisa en el aire. Este método de entrenamiento me benefició de por vida”. Además de las técnicas de vuelo, Rojas aprendió el espíritu del trabajo en equipo y la perseverancia. “Los instructores chinos nos enseñaron a enfrentar la adversidad y los fracasos, así como virtudes como la humildad, la prudencia, la disciplina y la frugalidad”, afirma.

Crecimiento y logros

Tras completar su formación, Rojas y sus compañeros regresaron a Cuba en 1963 y se convirtieron en pilotos de la fuerza aérea. Durante su carrera militar, Rojas recibió numerosos honores y condecoraciones, y alcanzó finalmente el rango de coronel. “Los métodos de entrenamiento y el espíritu que aprendí en China siempre me han sostenido”, subraya. “Una vez completé una misión de vuelo en condiciones de falta de oxígeno, lo cual no habría sido posible sin las técnicas que me enseñaron los instructores chinos”.

Estos pilotos cubanos no solo ofrecieron un nuevo impulso a la fuerza aérea cubana, sino que también se convirtieron en un pilar para la defensa nacional. “En los primeros años después de establecer relaciones diplomáticas, nuestros hermanos chinos brindaron un apoyo decisivo en la formación de personal militar y el fortalecimiento de la capacidad defensiva de Cuba”, rememoró un comandante de la Fuerza Aérea y Defensa Antiaérea de Cuba en un reciente evento de intercambio. Este apoyo no solo se manifestó en el ámbito técnico, sino también en el espiritual. “China me enseñó muchas cosas valiosas, y esta influencia no solo se refleja en mi crecimiento personal, sino también en la amistad y cooperación entre Cuba y China”, enfatiza Rojas.

A lo largo de los años, Rojas ha seguido de cerca el desarrollo de China y admira profundamente los enormes logros del país. “China ha alcanzado un despegue económico, avances tecnológicos y una mejora constante en el nivel de vida de su pueblo”, destaca Rojas, quien espera tener la oportunidad de regresar a China y ver con sus propios ojos los grandes cambios que han ocurrido en la tierra que lo formó.

Más de sesenta años

Esta amistad, atesorada durante más de sesenta años, no solo le pertenece a Rojas, sino también a todos los pilotos cubanos que estudiaron en China. El 10 de febrero pasado, la Embajada de China en Cuba invitó a los pilotos veteranos y a sus familias a celebrar el Festival de los Faroles. Rojas, uno de los invitados, volvió a sentir el cálido afecto de China. “Mi corazón siempre estará en China”, asevera.

Por otra parte, una delegación de la fuerza aérea china viajó a La Habana para realizar un evento de intercambio con más de diez pilotos retirados de la fuerza aérea cubana que habían estudiado en China. En la sala de conferencias de la Oficina de Asuntos Exteriores del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, el coronel de la fuerza aérea china Li Hongpeng leyó una carta escrita por aquellos instructores chinos que les habían enseñado técnicas de vuelo. Algunos de los instructores y traductores que participaron en esa formación enviaron sus mensajes a través de un video. “Lo mejor que nos pudo pasar fue recibir una formación completa, desinteresada y solidaria por parte de un gran país como China. ¡Viva el Partido Comunista de China y el Partido Comunista de Cuba!”, manifestó emocionado Henry Pérez, uno de aquellos estudiantes cubanos.

El portavoz del Ministerio de Defensa Nacional de China, el coronel Wu Qian, también mencionó esta historia en una conferencia de prensa. “¿Cómo podríamos olvidar a viejos amigos? La amistad perdura. La amistad chino-cubana ha sido testificada por el cielo azul. Un viaje a China, un sentimiento de por vida. Las fuerzas armadas chinas nunca olvidarán a sus viejos amigos”, afirmó el portavoz. Esta amistad, que ha cruzado medio planeta, ha conmovido también a millones de usuarios en Internet.

Desde aquellos jóvenes cubanos que viajaron a China en 1961 para aprender técnicas de vuelo, hasta la reunión de militares chinos y cubanos en 2025, esta amistad que ha trascendido más de sesenta años es un testimonio de la profunda cooperación entre ambos países. “La generación más joven continuará profundizando la amistad entre Cuba y China, y juntos avanzaremos hacia un futuro mejor”, concluye Manuel Rojas García. Bajo el cielo, la amistad chino-cubana seguirá escribiendo nuevos capítulos.

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