José Antonio Vigara da una charla para Design Mix.

José Antonio Vigara (segundo desde la izq.) supervisa los avances del Acelerador de Empresas Biofarmacéuticas en Pingshan, Shenzhen.

Vista del Acelerador de Empresas Biofarmacéuticas en Pingshan, Shenzhen. Fotos cortesía del entrevistado

UBICADA al sur de China, en la provincia de Guangdong, Shenzhen es una ciudad joven y moderna, cuyos rascacielos se elevan hacia las nubes en medio de un calor intenso y una humedad que se siente tan solo al respirar. Este lugar, que hace poco más de 40 años era apenas un pequeño puerto pesquero, es hoy en día una metrópoli a la vanguardia del desarrollo económico y tecnológico del país. Es aquí donde hace ya más de 10 años, José Antonio Vigara Álvarez de Perea se estableció y ha formado su hogar.

Primer acercamiento

Oriundo de la ciudad de Málaga, en el sur de España, José Antonio Vigara señala que la oportunidad de venir a China apareció gracias al hermano de un amigo de la universidad, quien se encontraba realizando una práctica profesional en Shenzhen y le sugirió que viniera. Sin nada que perder, el joven arquitecto decidió aventurarse y explorar la zona de Macao, Hong Kong y Guangdong. Esa visita fue suficiente para que quedara profundamente impresionado con el dinamismo urbanístico de Shenzhen y las innumerables oportunidades de desarrollo que ofrecía. “La transformación de la ciudad y su vibrante entorno me cautivaron”, afirma.

Fue en ese contexto cuando surgió la posibilidad de realizar una práctica profesional en Zhubo Design. De ese modo, con maletas en mano, se instaló en Shenzhen en junio de 2013. Según cuenta, esta primera experiencia le permitió sumergirse de lleno en la cultura local, explorar las posibilidades del entorno y familiarizarse con la metodología de trabajo en China.

Cuando el español terminó su pasantía, China ya había dejado una profunda huella. Por eso, tras un tiempo trabajando en proyectos comunitarios y sociales para la ONG Techo en Río de Janeiro, Brasil, apostó una vez más por continuar el camino ya emprendido. De este modo, regresó a finales de 2015 a Shenzhen, donde se reincorporó a la firma arquitectónica en la que había trabajado, esta vez bajo el liderazgo del connotado arquitecto Guo Chuan en el equipo de ZStudio. Dentro de los proyectos más emblemáticos en los que participó estuvo el de Huaqiangbei, uno de los mercados de artículos electrónicos más importantes del mundo, así como el de una guardería en el barrio de Shangsha, donde se utilizó la luz solar para optimizar la volumetría del edificio, creando espacios lúdicos que se adaptaban a las distintas horas de descanso de los niños.

Proyecto de alto impacto

Los primeros años en China fueron claves en el desarrollo profesional de José Antonio Vigara, gracias a los cuales pudo ir labrando un camino a punta de esfuerzo, talento y dedicación. De esta manera, a fines de 2018 pasó a formar parte de KSP Engel, una firma alemana que por aquel entonces estaba desarrollando el proyecto de mayor envergadura en el que el joven español ha trabajado hasta la fecha: un Acelerador de Empresas Biofarmacéuticas en Pingshan, Shenzhen. Para el joven profesional, esta fue una apuesta sumamente desafiante, pero igualmente gratificante. Como gerente de proyecto a cargo de la supervisión de la segunda fase del parque biofarmacéutico, José Antonio Vigara debió coordinar múltiples tareas y grupos de trabajo a la vez, además de tener que conectar dos culturas distintas, la alemana y la china, en un proyecto común.

Desde el inicio, uno de los principales objetivos fue crear un parque industrial que ofreciera un entorno habitable e integrado con la naturaleza, pero que, al mismo tiempo, cumpliera con las funciones necesarias de trabajo de los empleados e investigadores. En esa línea, el español destaca la plataforma elevada que conecta longitudinalmente todos los edificios en la segunda planta como uno de los elementos más destacables del complejo. “Esta solución no solo facilita la conexión peatonal entre los distintos espacios, sino que también oculta de manera eficiente los accesos a los aparcamientos ubicados debajo de ella, lo que contribuye a un entorno más ordenado y estéticamente agradable”, explica.

El parque biofarmacéutico, que tiene un total de 700.000 metros cuadrados y 15 edificios, logró levantarse en aproximadamente cuatro años, lo que es, a todas luces, una hazaña admirable. ¿Dónde se encuentra el secreto? Sin duda en la eficiencia.

José Antonio Vigara explica que en China los objetivos están claramente definidos desde un inicio, y se sabe que cada día adicional en la construcción representa pérdidas para los inversores, lo que motiva a acelerar al máximo cada fase del proyecto. “Uno de los factores clave para la rapidez y eficiencia en la construcción en China es la capacidad extraordinaria de mano de obra y la disponibilidad de recursos económicos, tanto de empresas privadas como de entes gubernamentales”, declara.

Es por ello que, en un momento, se emplearon más de 1500 trabajadores simultáneamente, lo que permitió llevar a cabo fases como cimentación, estructura, cerramientos, paisajismo e interiorismo en paralelo.

Mirada puesta en el futuro

A menudo, José Antonio Vigara comparte relatos con sus abuelos en torno a cómo era Málaga durante la juventud de ellos, en comparación con su propia experiencia y los cambios que ha podido presenciar en los 10 años que lleva en Shenzhen. Según detalla, zonas que antes estaban vacías o eran meros terrenos agrícolas, ahora son vibrantes núcleos urbanos. A saber, en 1980, la ciudad tenía solo 300.000 habitantes, frente a los más de 14 millones de hoy en día. “La evolución de Shenzhen ha sido asombrosa, casi vertiginosa”, manifiesta. “El planeamiento urbano ha logrado crear una ciudad cómoda para vivir al integrar conceptos contemporáneos como la ciudad de 5/10/15 minutos, donde la mayoría de los servicios están a poca distancia”, agrega. El continuo desarrollo de infraestructuras como nuevas estaciones de metro y ejes de conexión también ha traído una mejora significativa en la comunicación y movilidad, lo que, a la vez, ha impactado positivamente en la calidad de vida de los habitantes.

José Antonio Vigara también destaca el rol que ha tenido la ciudad como laboratorio arquitectónico, al poder observar innovaciones en proyectos de diversas escalas. En esa línea, la Bolsa de Shenzhen diseñada por OMA, el Shenzhen Energy Mansion de BIG, la futura Torre C de Zaha Hadid, la Terminal 3 del Aeropuerto de Shenzhen diseñada por Fuksas y la sede de DJI de Foster + Partners son algunas de las construcciones que más admira. “Cada uno de esos proyectos refleja el espíritu innovador de la ciudad”, declara.

Existe un claro contraste en la forma en que se aborda la arquitectura y la planificación urbana, además de la estética, entre España y China. Debido a la enorme escala del país, en China muchos procesos se abordan desde una perspectiva macro, frente a un enfoque más detallado y centrado en las personas en España y otros países occidentales. Cada uno, por cierto, tiene sus ventajas y desventajas, pero resulta un ejercicio importante como arquitecto.

Uno de los aspectos que el profesional español más admira de China es la rapidez con la que se toman decisiones y se implementan nuevos proyectos. “Es impresionante cómo una idea puede transformarse en una empresa de más de mil empleados en cuestión de dos o tres años. Este dinamismo está respaldado por una enorme inversión en investigación y desarrollo, tanto a nivel estatal como en la mayoría de empresas privadas, lo que ha impulsado un desarrollo tecnológico que supera cualquier expectativa que podría haber en España”, manifiesta. Esto es algo que transciende el sector arquitectónico e inmobiliario, y que también tiene su correlato en servicios del día a día, al alcance de la mano con un mero clic desde el celular.

En la actualidad, José Antonio Vigara se encuentra al timón de su propio proyecto, el cual se gestó gracias a todos sus años de experiencia acumulada y su extensa red de contactos. Se trata de LuluLe Creative, una agencia creativa fundada en septiembre de 2023, que se encarga de proveer servicios de diseño, sourcing y representación tanto a clientes hispanohablantes en China como a empresas chinas que buscan expandirse en países de habla hispana.

Este nuevo reto profesional seguramente lo mantendrá en China en el corto y mediano plazo, pero una razón no menos importante tiene que ver con su corazón. Según explica, la pandemia de COVID-19 le hizo replantearse varias cosas en la vida y lo que es verdaderamente importante. “Durante ese periodo, también conocí a mi actual pareja, quien fue un gran apoyo cuando la situación se complicó, y uno de los motivos por los que decidí quedarme”, confiesa.

Hay muchas cosas que aún extraña de España, incluso después de todos estos años viviendo en otras latitudes. El clima, el cielo azul intenso, la tranquilidad que se respira y, sobre todo, la familia y amigos son lo que más echa en falta. Sin embargo, China le ha traído una serie de aprendizajes y experiencias. A medida que se ha ido desarrollando Shenzhen, José Antonio Vigara también ha hecho lo propio. “Estos años en Shenzhen han sido un periodo de crecimiento tanto personal como profesional, y me siento afortunado de poder contribuir a proyectos que, de alguna manera, están dando forma al futuro de esta ciudad y al país”, confiesa. “Estoy emocionado por lo que el futuro depara”.