23 de enero de 2024. El barco de transporte SAIC Anji Shencheng atraca en un muelle del puerto de Xiamen, provincia de Fujian, con rumbo a Europa. Xinhua

ESTE año, la Agencia Internacional de Energía publicó su informe de Perspectiva Global de Vehículos Electrónicos bajo el título de “Avanzando hacia una mayor asequibilidad”. En dicho reporte se señala que “una transición rápida a los vehículos eléctricos requerirá sacar al mercado modelos más asequibles”. El año pasado, las ventas mundiales de vehículos eléctricos se acercaron a los 14 millones de unidades, un aumento del 35 % con respecto a 2022, y representaron el 20 % de la venta total de automóviles. Los tres principales mercados fueron China (60 %), Europa (menos del 25 %) y Estados Unidos (10 %). Uno de cada tres automóviles vendidos en China el año pasado fue un vehículo eléctrico, en comparación con uno de cada cinco en Europa y uno de cada diez en Estados Unidos. Al ser un mercado líder en el mundo para la industria de los automóviles, aún existe un enorme potencial en Europa para el crecimiento del sector de los vehículos eléctricos.

Un propulsor de la transición verde

Hasta hace poco, el desarrollo en el campo de los vehículos eléctricos permanecía estancado debido al rápido crecimiento de la industria petrolera y al lento progreso de la tecnología de baterías. Luego del consenso alcanzado por la comunidad internacional para combatir el cambio climático, la reducción de las emisiones de carbono se ha convertido en un punto central de atención y acción global. La Unión Europea ha fijado objetivos ambiciosos para la transición verde al declarar su compromiso de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030. Esto implica amplios esfuerzos en todas las esferas de la sociedad y de la economía, sobre todo en la industria automovilística.

Al ser líder en la producción de vehículos de gasolina, Europa ha sido un mercado automovilístico dominado por la oferta, por lo que el desarrollo de vehículos híbridos y eléctricos ha sido lento. Dada su preponderancia en el mercado automotriz, las marcas automovilísticas de renombre en la región han dedicado la mayor parte de sus esfuerzos a mejorar el rendimiento de los motores de los automóviles de gasolina, mejorar sus diseños exteriores y reducir los costos de fabricación. Se ha mostrado poco interés en desarrollar vehículos de nueva energía (VNE) que puedan competir con las actuales líneas de vehículos a gasolina. Visto desde ese ángulo, la transición hacia los automóviles ecológicos también exige cambios por el lado de la oferta.

Por el contrario, la industria de los VNE de China ha logrado grandes avances en los últimos años. Gracias a un sistema de fabricación completo y a una creciente demanda por parte de los consumidores nacionales, varias marcas chinas se han ido posicionando dentro del mercado interno y han ido ganando una mayor reputación en el mercado internacional. En comparación con los automóviles con motor de combustión interna, los VNE tienen un proceso de producción menos complejo, una interacción más estrecha entre fabricantes y consumidores, y actualizaciones de productos más rápidas. Sin embargo, su desarrollo también depende del coste y de las condiciones de cada país. El rápido crecimiento de China es el resultado de una infraestructura avanzada y de leyes y políticas de apoyo. La proliferación de instalaciones de carga en todo el país, por ejemplo, ha reducido sustancialmente el costo de poseer un VNE y ha mejorado significativamente la experiencia del consumidor.

El desarrollo estable y sostenible del nuevo sector energético solo es posible cuando un país tiene una fuerte capacidad de innovación tecnológica, además de producción y servicios de apoyo. Como participante clave en la industria automovilística internacional, China ha construido un ecosistema completo de fabricación de automóviles que abarca baterías de automóviles, almacenamiento de energía e Internet de los vehículos, lo que ha sentado una base sólida para la fabricación de VNE. Todo ello ha dado lugar a una estrecha cooperación entre empresas nacionales en diferentes puntos de las cadenas industriales de los automóviles para satisfacer las diversas necesidades de los consumidores, lo cual también ha atraído a fabricantes de automóviles extranjeros a establecer centros de investigación y desarrollo y fábricas en China.

Una cuestión de oferta y demanda

Recientemente, algunos políticos y medios de comunicación de Europa y Estados Unidos han sacado a relucir la llamada cuestión del “exceso de capacidad de China”. Afirman que los subsidios del Gobierno chino han resultado en un exceso de capacidad en la nueva industria energética, incluidos los vehículos eléctricos, lo que ha permitido al país vender en el extranjero a precios bajos, generar distorsiones en el mercado y perjudicar a otras economías. El año pasado, la Unión Europea lanzó una “investigación antisubsidios” sobre los vehículos eléctricos procedentes de China.

El tema también salió a la palestra durante las conversaciones entre el primer ministro chino, Li Qiang, y el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, en abril de este año. Li indicó que la industria de nuevas energías de China ha obtenido ventajas gracias a su propia superación y a una suficiente competencia de mercado, en lugar de mediante subsidios gubernamentales, y agregó que la capacidad de producción de alta calidad que la industria de nuevas energías de China continúa brindando hará contribuciones importantes al desarrollo verde mundial.

El desarrollo de la industria de los VNE se encuentra todavía en una etapa temprana y requiere una inversión continua en innovación. Cuando los empresarios innovan, a menudo enfrentan mayores riesgos, por lo que es razonable que esperen mayores retornos y recompensas como compensación. Los fabricantes de VNE de China han sido innovadores y valientes al adoptar nuevos conceptos de desarrollo y mejorar el rendimiento y las características de confort de sus automóviles, especialmente en términos de kilometraje de resistencia y capacidad para hacer frente a diversos tipos de carreteras y condiciones climáticas. Estas innovaciones se han ganado el reconocimiento de los distribuidores y consumidores europeos. A su vez, sus comentarios han acelerado aún más la innovación en el sector de los VNE. A medida que los VNE de China ingresan a más mercados extranjeros, los consumidores ejercen mayor influencia sobre la relación entre oferta y demanda, lo que lleva a los fabricantes de automóviles a ajustarse más a las necesidades de los consumidores.

En Europa, las compras de vehículos eléctricos no son particularmente altas. La brecha de desarrollo entre los diferentes países de la región también requiere de una modificación en el desempeño de los vehículos eléctricos para los distintos mercados, lo cual es una tarea desafiante para los fabricantes de automóviles. Al mismo tiempo, debido a la preocupación por las interrupciones en la cadena de suministro, muchos países europeos han hecho de la reducción de riesgos una prioridad política. Para reducir el riesgo de interrupciones en la cadena de suministro, muchas empresas han cambiado su estrategia de cero inventario a un exceso de stock adecuado y un suministro sostenible. El sector de los VNE requiere de grandes esfuerzos para mantener un suministro estable.

Para facilitar el desarrollo de la industria de VNE, los países europeos deberían crear un entorno más favorable para la totalidad de empresas dedicadas a dicho rubro, incluidas las chinas. En una economía de mercado, las empresas tienen que equilibrar los rendimientos y los riesgos en sus operaciones, y organizar la compra y producción de materias primas en base a las previsiones de la oferta y la demanda en un mercado totalmente competitivo. Aunque los fabricantes de VNE pueden responder más rápido a la evolución del mercado y ajustar la producción rápidamente gracias a los avances tecnológicos y su experiencia, la capacidad de adaptarse a la demanda es un factor decisivo para la rentabilidad. 

*Zhou Mi es investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica.