Sociedad
La economía de baja altitud crece
2024-02-29    Fuente: China Hoy    Autor: ZHANG SHASHA

 

18 de marzo de 2021. Un “taxi aéreo” operado por la empresa HELI-EASTERN se prepara para aterrizar en el helipuerto de Greater China, en el centro de la ciudad de Shenzhen.

 

25 de noviembre de 2023. Ciudadanos esperan sus pedidos frente al gabinete colocado para la entrega de comida por drones en el Parque de Talentos de Shenzhen. Fotos de Xinhua

En Shenzhen, una ciudad de la provincia de Guangdong conocida por su innovación tecnológica, los residentes han adoptado recientemente helicópteros como “taxis aéreos” a la par de autobuses, taxis y el metro. A bordo de esta nueva modalidad de taxi, los pasajeros disfrutan de vistas panorámicas de los pintorescos paisajes de la ciudad, lo que hace que sus viajes sean cómodos y atractivos. Mientras que un viaje terrestre de 40 kilómetros puede tardar hasta una hora en condiciones óptimas de tráfico, un taxi aéreo puede recorrer la misma distancia en apenas 10 minutos.

Para subir a estos taxis innovadores se requiere visitar el último piso de un rascacielos de 40 pisos, donde los pasajeros reciben una capacitación y un chequeo de seguridad. El año pasado, Shenzhen inauguró varias rutas de taxi aéreo interurbanas, las cuales llevan a los pasajeros a destinos vecinos como las ciudades de Guangzhou y Zhuhai, lo que acorta significativamente el tiempo de viaje.

En Shenzhen, ahora no solo las personas han aceptado los viajes aéreos, las mercancías también se entregan dentro de la ciudad por vía aérea. Así que, si un día recibe una entrega desde un dron, no se sorprenda.

En los últimos años, los aparatos voladores de baja altitud (que vuelan por debajo de los 3000 metros), representados por helicópteros y drones, se han vuelto cada vez más comunes en la vida. Los caminos que recorren están surgiendo como una nueva carretera de circunvalación, lo que viene formando una nueva capa que se entrelaza con el paisaje urbano. Los aviones que flotan en el cielo de la ciudad, alguna vez una escena de ciencia ficción, se están convirtiendo en una realidad.

Detrás de estos avances se esconde una vasta y prometedora extensión: la economía de baja altitud, que se refiere a un ámbito de industrias centrado en vehículos aéreos civiles tripulados y no tripulados, incluyendo la fabricación, las operaciones de helicópteros o drones y los servicios integrados.

Un océano azul

Hace 120 años, los hermanos Wright realizaron con éxito el primer vuelo de la historia en el avión Wright Flyer. La llegada de los aviones transformó el cielo en un nuevo recurso económico. Sin embargo, el extenso cielo es utilizado predominantemente en el rango de altitud media a alta por la aviación civil y otras industrias relacionadas, lo que deja el espacio aéreo inferior actualmente sin explotar.

“La economía de baja altitud ofrece enormes perspectivas”, dijo Xiang Zheng, secretario general adjunto y director de la Oficina de Enlace de Beijing de la Asociación de la Industria de Vehículos Aéreos No Tripulados de Shenzhen, en diálogo con el semanario Beijing Review. “La rápida actualización tecnológica, junto con una multitud de casos de uso versátil, otorga a la economía de baja altitud un enorme potencial y un vasto ámbito de posibilidades imaginativas”, señaló.

El desarrollo de las grandes ciudades está cada vez más condicionado por las limitaciones del suelo, lo que provoca una tendencia creciente hacia la exploración y extensión del espacio aéreo. La región de baja altitud representa un espacio incremental dentro del espectro geográfico, afirmó Xiang.

Los expertos de la industria sugieren que el sector de baja altitud podría convertirse en una industria de billones de dólares antes que la industria de la conducción autónoma.

“A diferencia de los vehículos autónomos, los vehículos de baja altitud no plantean conflictos con la estructura de tráfico existente”, explicó Xiang. “Y muchos países demuestran una actitud relativamente abierta hacia ellos. En consecuencia, la industria está experimentando un rápido desarrollo”, agregó.

Según un libro blanco publicado por la Academia Internacional de Economía Digital en Shenzhen en noviembre pasado, la economía de baja altitud podría aportar entre 3 y 5 billones de yuanes (entre 419.900 y 699.800 millones de dólares) a la economía de China para 2025.

El citado libro blanco también destacó que el retorno de la inversión para proyectos de este sector será notablemente alto. Actualmente, la inversión en infraestructura tradicional enfrenta limitaciones de crecimiento. En este contexto, se espera que la construcción de infraestructura a baja altitud estimule la inversión efectiva. La economía de baja altitud ha surgido como un nuevo ámbito de competencia entre los principales actores económicos del mundo.

“China ocupa una posición de liderazgo inequívoca a nivel internacional en el campo de nuevos productos económicos y tecnologías de baja altitud, representados por drones y vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL, por sus siglas en inglés)”, aseveró Xiang. “Están convirtiéndose en la nueva ‘firma tecnológica’ de China”.

Actualmente, el país controla una cuota de más del 70 % en el mercado mundial de drones. Las empresas chinas de eVTOL, representadas por EHang y Autoflight, están fijando los niveles de referencia de la industria en el mercado global.

Desafío de territorios inexplorados

China ha otorgado gran importancia al desarrollo de la economía de baja altitud en los últimos años y, en 2021, el concepto de economía de baja altitud fue escrito formalmente en el plan de desarrollo del país.

Desde entonces, el sector económico de baja altitud ha experimentado un rápido crecimiento. Según la Administración de Aviación Civil de China, en agosto de 2023, el país tenía registrados más de 1,11 millones de vehículos aéreos civiles no tripulados, un aumento de casi el 16 % con respecto a 2022. El número de licencias de piloto de drones emitidas ha llegado a 182.000, y hay más de 17.000 empresas registradas que operan estos artefactos.

Durante la Conferencia Central del Trabajo Económico, celebrada en diciembre pasado, la economía de baja altitud fue catalogada como una de las industrias emergentes estratégicas, junto con la biofabricación y la industria aeroespacial comercial.

El año pasado, 16 provincias incluyeron la economía de baja altitud, la aviación general y otros conceptos pertinentes en su informe de labor gubernamental. Ciudades como Shenzhen, Hefei, Guangzhou, Chengdu y otras están implementando políticas de incentivos y compitiendo por el prestigioso título de “ciudad líder en la economía de baja altitud”.

Además de las empresas de drones y de eVTOL, las empresas basadas en Internet también están intensificando sus esfuerzos para tener una presencia en la economía de baja altitud. En 2022, la empresa de logística SF Express se convirtió en la primera empresa de China en obtener una licencia para probar vehículos aéreos no tripulados regionales; la plataforma de entrega en línea Meituan obtuvo la aprobación para iniciar la operación comercial de entrega con drones en 2023; y los drones del gigante del comercio electrónico JD.com ya están en uso en muchas regiones de China.

“La economía de baja altitud está experimentando una oportunidad estratégica singular. El apoyo político favorable, la convergencia corporativa acelerada, los diversos escenarios de aplicación, la demanda sólida del mercado, las bases tecnológicas óptimas y las ventajas fundamentales evidentes contribuyen a este período oportuno”, afirmó Xiang.

Pero al mismo tiempo, el desarrollo de la economía de baja altitud se ve desafiado por un sistema regulatorio complejo y poco desarrollado, la necesidad de fortalecer el desarrollo de la cadena de suministro, la urgencia de mejorar las infraestructuras y la necesidad de mejorar las normas reguladoras, consideró.

“La aplicación a gran escala de productos y tecnologías de baja altitud es un proceso complicado, que puede llevar al menos de tres a cinco años”, mencionó Xiang, quien añadió que una gestión del espacio aéreo afinada, la construcción de rutas en red, mecanismos institucionales estandarizados y estándares regulatorios sistematizados son las condiciones necesarias para lograr un desarrollo escalable.

Actualmente no existe ningún modelo económico establecido ni formato de negocio disponible para servir de ejemplo. La exploración de nuevas carreras de desarrollo económico, similar al desafío de territorios inexplorados, requiere una exploración práctica continua, a largo plazo e iterativa, apuntó Xiang.

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