Economía |
La hoja de ruta para 2025 | |
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19 de diciembre de 2024. Pobladores de la aldea de Sanxi, en la municipalidad de Chongqing, recolectan mandarinas. 12 de septiembre de 2024. Proyecto de demostración nacional de energía solar térmica y fotovoltaica en el distrito de Yiwu, ciudad de Hami, en la región autónoma uigur de Xinjiang. 26 de septiembre de 2024. Niños se divierten en una guardería infantil de la ciudad de Huzhou, provincia de Zhejiang. 9 de noviembre de 2024. Clientes en un supermercado de la ciudad de Zaozhuang, provincia de Shandong. Fotos de Xinhua LA Conferencia Central de Trabajo Económico de 2024 fue un acontecimiento fundamental en el calendario económico chino, ya que sirvió de plataforma para analizar el panorama económico de la nación, marcar la pauta política y esbozar las prioridades clave para este 2025. En esta última edición, el evento fue celebrado en Beijing los días 11 y 12 de diciembre. “China está en vías de alcanzar sus objetivos clave de desarrollo económico y social para este año (2024), con una tasa de crecimiento económico prevista en torno al 5 %”, declaró Han Wenxiu, subdirector ejecutivo de la Oficina del Comité Central para Asuntos Financieros y Económicos, al explicar los puntos clave de la conferencia en una reunión celebrada el 14 de diciembre. Han añadió que se espera que la contribución de China al crecimiento económico mundial se acerque al 30 %. El empleo y los precios han permanecido estables, se ha logrado mantener un equilibrio básico en la balanza de pagos en gran medida, y las reservas de divisas del país se han mantenido sólidas por encima de los 3,2 billones de dólares. A pesar de ello, las vicisitudes externas se han intensificado, por lo que la economía china sigue enfrentándose a una serie de dificultades y retos, como la insuficiente demanda interna, las dificultades operativas de algunas empresas, la presión sobre el crecimiento del empleo y de los ingresos de la población, y la persistencia de riesgos e incertidumbres. Aun así, la base de la economía sigue siendo estable, gracias a sus ventajas, una fuerte resiliencia y un enorme potencial. Las condiciones favorables a largo plazo y la tendencia positiva fundamental no se han visto alteradas. Políticas más proactivas En la conferencia se esbozaron los ajustes clave de las políticas macroeconómicas del país y se hizo hincapié en un cambio hacia enfoques más proactivos y con mayor impacto. Asimismo, se pidió adoptar una “política fiscal más proactiva” y una “política monetaria moderadamente laxa”. Han dijo que esto marcaba un cambio importante tanto en el lenguaje como en la dirección en comparación con años anteriores. El cociente entre déficit y PIB fue del 3 % en 2024, por lo que la conferencia abordó por primera vez la necesidad de fijar un cociente más elevado para 2025, a fin de garantizar que las políticas fiscales mantengan su continuidad y sean más eficaces. Desde una perspectiva internacional, el cociente de deuda pública de China es muy inferior al de las principales economías y países con mercados emergentes. Según el Fondo Monetario Internacional, a finales de 2023, el cociente medio de deuda pública de los países del G7 era del 123,4 %, mientras que el de China se situaba en el 67,5 %. Esto indica que sigue habiendo un margen considerable para que el Gobierno central emita deuda y amplíe el déficit. Además, China también aumentará la emisión de bonos especiales del Tesoro a largo plazo y de bonos especiales de las administraciones locales. La conferencia también hizo hincapié en la necesidad de optimizar la estructura del gasto fiscal, mejorar la eficiencia en el uso de los fondos y poner mayor énfasis en mejorar el bienestar de la población y estimular el consumo. La estructura del gasto fiscal debe ajustarse a la actual fase de desarrollo económico, desde un enfoque centrado en la inversión a uno donde haya un mayor equilibrio entre la inversión y el consumo. Según Yuan Haixia, subdirector del Instituto de Investigación del Grupo de Calificación Crediticia Chengxin de China, esto marca una inflexión desde una política fiscal impulsada por la construcción a otra que prioriza los medios de subsistencia de la población. De acuerdo con lo estipulado en la conferencia, la política monetaria pasará de “prudente” a “moderadamente laxa”, con reducciones del cociente de reservas obligatorias y de los tipos de interés en el momento oportuno. El Banco Popular de China, el banco central del país, ajusta su política monetaria en respuesta a los cambios en la situación económica. Desde 2011, la política monetaria de China ha sido sistemáticamente prudente, por lo que este ajuste representa el primer cambio en más de una década. Zeng Gang, director de la Institución de Finanzas y Desarrollo de Shanghai, dijo a la Agencia de Noticias Xinhua que una política monetaria moderadamente laxa ayuda a mantener una liquidez razonable, reduce los costes globales de financiación en la sociedad y expande aún más la demanda interna. Xu Hongcai, director adjunto de la Comisión de Política Económica de la Asociación China de Ciencia Política, estimó que China podría reducir el cociente de reservas obligatorias en un punto porcentual en 2025, y que los recortes de los tipos de interés probablemente se sitúen en un 0,5 %. Máxima prioridad En la conferencia se esbozaron nueve tareas clave para 2025, entre las cuales destaca la de “impulsar vigorosamente el consumo, mejorar la eficiencia de la inversión y expandir la demanda interna en todos los frentes”. “En los últimos años, la expansión de la demanda interna ha sido una prioridad máxima, y es especialmente crucial este año, ya que se espera que la demanda externa siga debilitándose”, manifestó Xu al semanario Beijing Review. En este contexto, para garantizar un crecimiento económico estable, es esencial impulsar la demanda interna, lo cual puede lograrse enfocándose tanto en la inversión como en el consumo, agregó. De acuerdo con Xu, la conferencia puso sobre la mesa la importancia de mejorar la inversión. En esa línea, subrayó la necesidad de evitar inversiones ineficaces y de reorientar los fondos hacia áreas críticas, como el bienestar público, la innovación en alta tecnología y el desarrollo de futuras industrias estratégicas. Además, las inversiones deben centrarse en sectores urgentes como la sanidad, los servicios para la tercera edad y los mercados emergentes. En términos de consumo, desde el año pasado, las políticas destinadas a promover el consumo, como los programas de canje de bienes de consumo, han visto resultados tangibles. Según los últimos datos del Ministerio de Comercio, la política de canje de bienes de consumo ha impulsado las ventas de productos relacionados por sobre el billón de yuanes (137.300 millones de dólares). En la conferencia se abordó promover con mayor intensidad y alcance la modernización de equipos a gran escala y los programas de intercambio de bienes de consumo, así como poner en marcha una campaña especial dedicada a estimular el consumo. Además de las medidas directas de estímulo, el aumento de los ingresos de las familias es una forma crucial de promover el consumo, lo que puede lograrse ampliando las oportunidades de empleo y mejorando los sistemas de seguridad social, dijo Xu. En ese sentido, se instó a redoblar los esfuerzos para aumentar los ingresos y aliviar la carga económica de los grupos de renta baja y media. La conferencia también hizo hincapié en la importancia de impulsar, por un lado, la economía debutante, la cual se refiere a las actividades económicas relacionadas con el lanzamiento de nuevos productos, modelos de negocio, servicios o tecnologías, así como con la apertura de nuevas tiendas insignia, y por otro, la economía plateada, basada en la demanda creada por el envejecimiento de la población china. Áreas clave de atención Además de mejorar la demanda interna, la conferencia esbozó otras ocho tareas para 2025. China debe tomar medidas para hacer que la innovación científica y tecnológica impulse el desarrollo de nuevas fuerzas productivas de calidad y construya un sistema industrial modernizado. Entre los muchos puntos clave relacionados con esta tarea, la “lucha contra la competencia irracional” ha suscitado gran atención. Tian Xuan, decano asociado y catedrático de Finanzas de la Escuela de Finanzas PBC de la Universidad Tsinghua, declaró a la Televisión Central de China que la competencia despiadada se refiere a la competencia de suma cero entre empresas en un conjunto de recursos fijo sin buscar nuevos puntos de crecimiento a través de la innovación. Mediante la innovación en tecnología, productos y modelos de negocio, las empresas pueden identificar nuevos puntos de crecimiento de los beneficios, ofrecer mejores productos y prestar mejores servicios. En la conferencia también se instó a dar mayor énfasis a la reforma del sistema económico. Entre los puntos clave figuran la introducción de una ley de promoción del sector privado, el desarrollo de directrices para construir un mercado nacional unificado y la profundización de reformas integrales en la inversión y financiación del mercado de capitales. De este modo, se espera poner en marcha importantes reformas durante el curso del año, incluyendo los sistemas fiscal y tributario, del sistema financiero, de las empresas estatales, de los sistemas de tecnología e innovación y de los sistemas de seguridad social, afirmó Tian. En la conferencia también se resaltó la necesidad de que el país profundice su apertura de alto nivel y mantenga estables el comercio exterior y la inversión extranjera. Zhou Mi, investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica, señaló al periódico Economic Information Daily que ya se han iniciado programas piloto de apertura de hospitales con inversión extranjera. El llamado de la conferencia a avanzar en la apertura del sector servicios, ampliar las aperturas piloto en áreas como las telecomunicaciones, la sanidad y la educación, y seguir construyendo la marca “Invertir en China” da luces de que se espera que el entorno en pos de la inversión sea más estable en el futuro. La conferencia también instó a las autoridades a prevenir y mitigar el riesgo sistémico en áreas clave. El sector inmobiliario sigue siendo uno de los sectores donde la mitigación del riesgo es crucial, y el impacto de las políticas recientes está empezando a hacerse evidente, mencionó Liu Lin, investigador de la Academia China de Investigación Macroeconómica. A finales de septiembre de 2024, el banco central introdujo una serie de políticas favorables para el sector inmobiliario. Según datos del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural, el volumen total de transacciones de viviendas comerciales de nueva construcción y de segunda mano aumentó un 3,9 % interanual en octubre pasado, lo que marcó el primer mes de crecimiento tras ocho meses consecutivos de descenso. Asimismo, se pidió intensificar los esfuerzos para garantizar y mejorar el bienestar de la población, a través de planes de apoyo al empleo para sectores e industrias clave, comunidades urbanas y rurales, y micro, pequeñas y medianas empresas. Garantizar y mejorar los medios de subsistencia de la población se encuentra al centro del trabajo económico de China, por lo que ayudar a que todos puedan disfrutar de una mejor calidad de vida es el objetivo último, aseguró a la Televisión Central de China Niu Li, subdirector del Departamento de Previsiones Económicas del Centro Estatal de Información. |
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