En febrero del presente año, el Congreso de Estados Unidos introdujo 10 leyes para restringir el desarrollo de China y planteó amplias preocupaciones a nivel nacional e internacional. Gran parte del contenido de las leyes es una mera reformulación de leyes anteriores, con un impacto sustancial limitado en China. Es importante evitar caer en la trampa del discurso estadounidense y al mismo tiempo dejar claras las propias prioridades de China y abordar los riesgos y desafíos.