Análisis
“Somos mensajeros de los códigos de la sociedad”
2025-11-03    Fuente: Centro para las Américas    Autor: ÁLVARO LORITE LÓPEZ


La artista Giselle Lucía Navarro junto a una de sus instalaciones textiles, que encarnan un diálogo con su poesía. Foto cortesía de la entrevistada

ES otoño en Beijing. En el parque Beihai, la Pagoda Blanca, perteneciente al templo budista Yong’an, resplandece entre los colores otoñales de la ciudad. Es una de las pagodas budistas tibetanas más antiguas de China y una de las más grandes de Beijing. A Giselle Lucía Navarro (nacida en 1995 en La Habana) el budismo, desde siempre, le ha suscitado una poderosa y misteriosa atracción. Por eso, sentada en el parque frente a la pagoda, donde atiende a este medio, afirma que se trata para ella de un lugar especial. La presencia de la pagoda acompaña la conversación.

Con siete libros de poesía publicados, Navarro fue la participante latinoamericana más joven en el Festival Internacional de Poesía Juvenil (Sesión Especial China-Países de América Latina), celebrado el 16 de septiembre pasado en Xi’an, capital provincial de Shaanxi, donde cruzó conversaciones y poemas con 40 poetas de 15 países latinoamericanos y 37 poetas chinos. Aunque quedó fascinada por las ciudades de Xi’an y Beijing, también quedaron grabadas en sus retinas las gigantescas urbes industriales que pudo ver desde la ventanilla del tren en el trayecto a más de 300 kilómetros por hora entre la antigua capital y la nueva.

Navarro reivindica la transparencia en sus versos, escribe entretejiendo la reflexión con lo visceral y clama que un hombre que no se permite la dulzura es un cuerpo que se quema de espaldas al sol. Podemos catalogar el trabajo poético de Giselle como literatura expandida, ya que sus obras con palabras dialogan con sus trabajos textiles y el diseño de espacios de arte. Licenciada en diseño industrial, trabajó como periodista, crítica musical y desde hace dos años se dedica íntegramente a su obra artística y literaria.

China Hoy (CH): ¿Cuál es la primera palabra que le viene a la mente cuando piensa en China? ¿Recuerda la imagen que tenía de China en su infancia?

Giselle Lucía Navarro (GLN): Lluvia. No solo porque la lluvia ha marcado nuestro viaje desde que llegamos a Xi’an, sino también porque creo que la lluvia y el agua, en general, forman parte del tiempo; de la memoria entre el pasado y el futuro. La lluvia es el tránsito de viajar en el tiempo.

Lo primero que vi de China fueron dos muñequitas pequeñas de porcelana que tenía mi abuela en casa y también una vajilla que tenía muchos dragones y dibujos especiales, particulares. En mi familia se hizo popular el tema de las artesanías chinas que se vendían allá en Cuba. También recuerdo que se publicaban antologías de cuentos tradicionales chinos para niños, y mi abuela, que es bibliotecaria, me los leía. También recuerdo una canción muy linda que hablaba de un perrito chino.

30 de septiembre de 2025. Dos profesoras chinas del Instituto Confucio de la Universidad de La Habana interpretan música en el evento “Té para la Armonía”, en La Habana, Cuba. Xinhua

CH: Había una presencia cultural de China en La Habana. ¿Qué ha cambiado de esa imagen mítica con este viaje?

GLN: Sí. Yo crecí en la Habana Vieja, donde está el barrio chino. Los veía abrir muy temprano y cerraban muy tarde. Un día a la semana ponían cine chino en la televisión, series chinas y, de hecho, eso se sigue manteniendo hasta la actualidad. En secundaria, en la asignatura de historia, recuerdo que estudiábamos cosas sobre taoísmo, sobre Mao Zedong.

Se ha abierto muchísimo. Me ha impactado la delicadeza y la sutileza. Para mí es muy importante lo espiritual y la naturaleza, pero he visto cómo han integrado la tecnología en su cultura sin alterarla. Hay como una perfecta dosificación entre futuro y pasado. También veo que cada cual cumple su papel, en aras de un bien mayor que todavía no sé cuál es, pero esto es algo que sé que me va a marcar. De hecho he empezado a escribir un libro de poesía acá.

CH: Tras los encuentros del festival, ¿cree que hay ciertos temas comunes a la poesía joven contemporánea?

GLN: La poesía china aparenta ser muy contemplativa, por supuesto que siempre leí traducciones y ahí se pierde mucho. La poesía china parece estar escrita por alguien en un estado de meditación, contemplativo, tiene mucho que ver con el instante y por ello creo que es fundamental el símbolo. Los poetas latinoamericanos, me incluyo ahí, estamos un poco más signados por el caos, por el realismo mágico que abraza las realidades de los países en los que vivimos. Un poema de amor es muy diferente aquí en comparación con nuestros países. El nuestro es, digamos, más físico y el suyo más elegante, más abstracto. Además de otras cuestiones como el ritmo y la musicalidad que tienen que ver con la lengua. Y me encanta cuando recitan, es como si tuviesen una capacidad innata para la oratoria. Son muy musicales. La forma en la que dicen sus palabras se asemeja a pequeñas pinceladas de textos.

CH: Para usted, ¿la poesía tiene vocación de servicio público a la comunidad o se trata más de una exploración interna solitaria?

GLN: Aquí me ha impresionado mucho el papel que tiene un poeta en la sociedad. El hecho de que tengan un museo nacional dedicado solo a la poesía es increíble. He estado en varios países y nunca había visto algo así. Es una medida de cuán importante es la literatura para China.

Creo que la poesía, inevitablemente, tiene hasta cierto punto un papel social. Para mí es como el termómetro de una época, que te va marcando por dónde va el espíritu de ese momento. Incluso si este es ajeno a la poesía. Para mí no es que el poeta tenga que ser un funcionario público, pero sí, de alguna manera, expresar lo que está sucediendo en su momento histórico. En mi caso hay una parte muy vinculada a lo social, no siempre del contexto cubano, pero sí a través del simbolismo. No pertenezco a ningún partido, pero mi función es interpretar las cosas y dar una visión que pueda servir para que otras personas confluyan o no. Acá en China me asombró muchísimo que los funcionarios que escriben poesía son muy buenos poetas. En Latinoamérica hay funcionarios que publican libros solo porque son funcionarios. Y aquí para nada. La calidad tiene un nivel muy alto y quizá eso tiene que ver con que la poesía forma parte de algo más cotidiano.

CH: Su trabajo artístico trasciende la tinta y el papel, ya que además expresa sus metáforas a través de bordados, texturas y colores. ¿Ha encontrado algo en este viaje que le haya hecho expandirse hacia nuevos límites?

GLN: Me ha llamado la atención en China que los detalles son algo esencial. Y en el caso de mi obra visual, que tiene relación con el textil, el detalle es algo fundamental a la hora de crear impresiones y sinestesias con las texturas y los colores. Me voy impresionada con la paleta de color de China. Mis libros tienen una colección de obras vinculadas, los trabajos son como una especie de diálogo. He empezado en este viaje a escribir un libro, se llama A través de la vigilia, aunque es un título provisional, que estoy vinculando a una instalación textil para un proyecto que quiero hacer el año que viene, recogiendo los colores y las texturas que he encontrado aquí para crear un ambiente para el redescubrimiento de uno mismo, como un templo. Creo que los chinos, si bien se sienten parte de un todo infinito, tienen mucho conocimiento de sí mismos. Hay un equilibrio.

CH: Este año se celebran 65 años de relaciones diplomáticas entre Cuba y China, ¿cómo lo valora en el campo cultural?

GLN: Estamos en un buen momento de relaciones. En 2019 China fue invitada especial en la Feria Internacional del Libro de La Habana. Además, hace un año comenzó un proyecto de traducción de poetas contemporáneos al chino y viceversa, que incluye autores bien jóvenes que no se conocen en Cuba. Conocemos a los más clásicos, como Li Bai, pero no a los poetas contemporáneos.

El tema de la traducción es difícil y sumamente importante. Hace poco estuvimos en un encuentro con 15 escritores chinos que fueron a Cuba para conversar sobre distintos aspectos de la traducción y fue un intercambio muy interesante.

CH: Mucha gente que visita China la asocia con el futuro, ¿cómo ve usted el futuro? ¿Ha cambiado este viaje su idea del futuro y cree que la poesía pueda ayudarnos a hacer esta reflexión?

Estoy de acuerdo. Literalmente ha sido como venir al futuro porque cuando salí de La Habana estábamos en apagón general. No había luz en todo el país. Llegué acá y vi edificios ultra iluminados, robots y tecnología. Yo no veo el futuro como algo negativo, pero me preocupa cómo mantener un equilibrio cuando lleguen las máquinas más desarrolladas. Un equilibrio entre la esencia de nuestras culturas y la aplicación de la tecnología sin volvernos demasiado dependientes de ella creo que es algo que aquí en China han sabido hacer muy bien.

La poesía es vital porque somos mensajeros de los códigos que la sociedad está fabricando continuamente. Es verdad que la poesía no evita guerras, pero sí puede cambiar a las personas. Tendremos que saber cumplir nuestro papel en el siglo XXI.  

Sugerencias relacionadas
Quiénes somos Contáctanos
Socios: China.org.cn   |   China Today   |   China Pictorial   |   People's Daily Online   |   Women of China   |   Xinhua News Agency   |   China Daily
CGTN   |   China Tibet Online   |   China Radio International   |   Global Times   |   Qiushi Journal
Copyright Chinatoday Paper Subscriptions 京ICP备10041721号-4