Análisis
Una perfecta combinación de tradición y marxismo
2025-07-01    Fuente: Centro para las Américas    Autor: ANTONIO SEGURA HERNÁNDEZ*

18 de septiembre de 2022. El comedor para adultos mayores establecido en 2014 en la aldea de Changcun, provincia de Shanxi, ofrece tres comidas gratuitas al día para las personas de más de 65 años. Wei Yao

3 de marzo de 2025. El stand de Huawei en el Congreso Mundial de Móviles celebrado en Barcelona, España. Xinhua

ACERCARSE a China, y a sus aportaciones políticas filosóficas, desde el mundo occidental no es tarea fácil, o al menos no es tarea fácil acercarse a lo que verdaderamente ocurre en China. Es fácil acceder a lo que nos cuentan de China los medios de comunicación y las redes occidentales, que por supuesto nada, o poco, tiene que ver con la realidad que allí se vive. El tópico es el relato dominante sobre China desde hace muchos años.

Por lo tanto, la existencia del libro Xi Jinping: La gobernación y administración de China (IV), y su traducción a la lengua de Cervantes, en su primera edición en 2023, tiene además de la importancia en sí mismo, la capacidad de llegar directamente y sin filtros a los lectores de lengua castellana. Es decir, el libro es una herramienta imprescindible para hacer llegar el socialismo con peculiaridades chinas, el pensamiento del presidente Xi Jinping, de forma directa a más de 500 millones de posibles lectores, el 6,5 % de la población mundial.

Propuestas e ideas

El libro nos permite acercarnos a las propuestas e ideas de uno de los pensadores marxistas contemporáneos más lúcidos, que recoge la herencia del pensamiento y las aportaciones tanto teóricas como prácticas de la historia, para con ellas y desde ellas construir, tras una profunda reflexión y análisis de la realidad política de los nuevos tiempos, una herramienta eficaz para el mejor funcionamiento de la administración social que ha de servir al pueblo chino. “El PCCh (Partido Comunista de China) tiene en el pueblo sus raíces y su flujo vital” (pág. 65).

Y algo que debemos resaltar desde ya es que, aunque como la experiencia científica nos ha enseñado, no se puede copiar directamente el socialismo con peculiaridades chinas. No obstante, hay valores de este que son universales. El de colocar en primer lugar al pueblo es uno de ellos. Ese valor debería servir para orientar esa gobernanza en cualquier otro espacio. “Primero, priorizar al pueblo por encima de todo. Como afirmó un sabio de la antigua China: ‘Aquel que comparta los intereses de las masas populares, tendrá su apoyo; aquel que se aproveche de sus intereses, será repudiado por ellas’” (pág. 65).

Por lo tanto, lo que queremos subrayar es que el socialismo con peculiaridades chinas, compendiado en parte en este libro, es una propuesta intelectual, integral y sistémica formulada por el PCCh dirigido por Xi Jinping, que tiene un sustento científico e histórico, y que evidentemente tiene por objeto servir al pueblo chino, pero que a la vez lo trasciende y se convierte también en una aportación para todo el pensamiento marxista en la nueva era.

Es evidente, pues, que la obra se puede leer en esa doble profundidad: para lectores en general, que se acercan por primera vez al socialismo con peculiaridades chinas, y de una forma más profunda, como aportación teórica al pensamiento marxista.

Más prácticas y menos consignas

El siguiente elemento que habría que tener en cuenta, así lo destaca el libro al incorporarlo como segundo capítulo, es “persistir en el liderazgo general del Partido” (pág. 47).

Esta aportación es la evolución dialéctica y contemporánea del “Partido en el cuadro de mando”. Pero para resaltar su importancia, no la introduce en el libro de cualquier manera; se hace, como hemos dicho en el segundo capítulo, desgajando en fragmentos varios discursos de Xi Jinping sobre el tema, donde se enfatiza la importancia de la idea, al colocarla como “lo que es primordial para el Estado”. Y a renglón seguido, nos habla del fortalecimiento de las ‘cuatro conciencias’, el afianzamiento de las ‘cuatro convicciones’ y el cumplimiento de las ‘dos salvaguardias’, las cuales deben ser llevadas realmente a la práctica y no quedar en meras consignas” (pág. 49).

Dentro del capítulo titulado “Culminar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada e iniciar la nueva marcha de la construcción integral de un país socialista moderno”, encontramos un discurso pronunciado el 25 de febrero de 2021, en la Reunión Nacional de Balance y Exaltación de la Dura Batalla contra la Pobreza. En él, además de citar el número de personas que han salido de la pobreza por la implantación de las políticas del Gobierno chino, y de documentar la realidad de esos esfuerzos para conseguir esos objetivos loables para cualquier política socialista, Xi Jinping nos habla de algo que es trasversal en su discurso y en el socialismo con peculiaridades chinas: la perfecta combinación de la tradición milenaria de la cultura china con el marxismo. Y nos dice: “A lo largo de la historia, la lucha contra este flagelo (la pobreza) ha sido siempre una importante cuestión de gobierno para los países de todo el mundo. La historia de China es una crónica de la lucha del pueblo chino contra la pobreza. El profundo anhelo de ver a la nación libre de la pobreza y a la gente bien alimentada y vestida ha sido expresado por destacadas figuras históricas, desde Qu Yuan, quien se lamentaba: ‘Durante mucho tiempo, suspiré para contener las lágrimas; me entristece el dolor de mi pueblo’, hasta Du fu, que escribió con desazón: ‘Si pudiera construir una casa con miles de habitaciones, metería bajo su techo a todos los pobres de la Tierra y les haría sonreír’, y Sun Yat-sen, quien añoraba ver ‘a todas las familias viviendo en la abundancia, sin dejar una sola persona atrás’” (pág. 155).

El libro termina introduciendo lo que a lo largo de los dos siguientes años se ha consolidado como la comunidad de futuro compartido para la humanidad, lo que nos confirma que el pensamiento de Xi Jinping es una construcción conceptual viva, cuya característica de cambio es la base de su propia existencia, y así se adaptará a los tiempos. La humanidad es una, y la misma requiere un desarrollo global que potencie el propio desarrollo nacional. De ahí la idea de la economía de doble circulación. “La estructuración de una nueva configuración del desarrollo y la realización de una apertura exterior de alto nivel requieren un potente sistema de circulación económica interna y sólidas bases, a fin de generar una fuerte atracción de factores y recursos globales” (pág. 223). 

*Antonio Segura Hernández es vicepresidente de la Fundación Cátedra China.

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