Análisis |
El Sur Global impulsa la democracia global | |
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20 de marzo de 2024. Se celebra en Beijing el tercer “Foro Internacional sobre Democracia: Los Valores Humanos Compartidos”. Xinhua LA democracia es un valor común para toda la humanidad. Es una forma de gobierno interno y también un principio de gobierno global. El 20 de marzo, se celebró en Beijing el tercer “Foro Internacional sobre Democracia: Los Valores Humanos Compartidos”. En el debate especial “Democracia y gobernanza global en un mundo multipolar”, Chen Bo, presidenta del Instituto de Estudios Internacionales de China (CIIS, por sus siglas en inglés), manifestó que en el contexto de un mundo turbulento, de conflictos geopolíticos intensificados, de creciente proteccionismo comercial y de profundos ajustes en el equilibrio de poder internacional, es particularmente importante que todos los países participen en los asuntos internacionales en pie de igualdad, lo que requiere que todos apoyen y promuevan la democratización de las relaciones internacionales con acciones prácticas. Chen enfatizó que para lograr la democratización de las relaciones internacionales, se debe promover una multipolaridad mundial equitativa y ordenada, romper la narrativa tradicional de que la multipolaridad está limitada a unos pocos países grandes, oponerse al hegemonismo y a la política de poder, e insistir en que todos los países, grandes y pequeños, son iguales. Cada país o grupo encuentra su lugar en el sistema multipolar global. En ese sentido, se mantuvo un acalorado debate sobre la cuestión de la democracia en la gobernanza global, en el que se mencionó repetidamente la importancia del Sur Global. Un orden social intolerable En una dimensión geográfica, debido a las diferencias en el desarrollo económico y social, los 30 grados de latitud norte son utilizados como límite para dividir el Norte desarrollado y el Sur en desarrollo. El surgimiento del concepto Sur Global se remonta a 1969. El activista político de izquierda estadounidense Carl Oglesby creía que “la dominación del Norte sobre el Sur Global”, ocurrida durante siglos, ha producido un orden social intolerable. En 2004, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo lanzó el proyecto Forjando el Sur Global para realzar la voz de los países del Sur dentro de la comunidad internacional. Los conflictos económicos, políticos y militares de los países desarrollados han hecho que el Sur Global emergente se dé cuenta de la necesidad de reunir fuerzas para resistir, y se ha vuelto cada vez más activo en el mundo. Ha contribuido hasta un 80 % al crecimiento económico mundial en los últimos 20 años y su participación global en el PIB ha aumentado del 24 % a más del 40 % en los últimos 40 años. Al mismo tiempo, frente a las políticas de “desacoplamiento y desconexión” de Estados Unidos y Occidente, el Sur Global ha enfatizado las cuestiones de desarrollo a nivel internacional y ha resistido conjuntamente la obstrucción de los procesos de cooperación global por parte del unilateralismo, el proteccionismo y el populismo. La política de poder está desgarrando América Latina, y la falta de equidad y justicia en la gobernanza internacional ha perjudicado gravemente el desarrollo de los países del Sur. En América Latina, el proceso de integración regional se ha visto seriamente obstaculizado por fuerzas externas. Carlos Julio Martínez Becerra, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, explicó en el foro cómo la política diplomática y militar de Estados Unidos ha desgarrado América Latina. La región tiene solo el 8 % de la población mundial, pero alberga el 11 % de las bases militares del mundo. Aunque Estados Unidos afirma que la militarización en América Latina se basa principalmente en propósitos de seguridad, como prevenir el narcotráfico y las guerras y garantizar la seguridad energética, el establecimiento de las bases militares estadounidenses y de la OTAN no es un acto independiente de los países latinoamericanos. Del mismo modo, la interferencia de los países occidentales ha intensificado los conflictos y las contradicciones entre los países latinoamericanos, ha acentuado la fragmentación regional, ha afectado el desarrollo económico y comercial de los países latinoamericanos y ha dejado a la región latinoamericana en un estado débil durante mucho tiempo, con la finalidad de que siga siendo una especie de patio trasero. A través de un discurso en video, Alfred-Maurice de Zayas, profesor de la Escuela Diplomática de Ginebra, dijo en el foro que la soberanía y la independencia de cada país y la toma de decisión en sus propios asuntos son los principios democráticos más fundamentales. Estados Unidos intenta promover su propio modelo democrático en el mundo y excluye a algunos países. De hecho, enfatiza cierta democracia falsa. “La llamada democracia defendida no tiene nada que ver con la democracia que esperamos”, dijo. Sin duda, la política de poder de los países desarrollados liderados por Estados Unidos está afectando gravemente el proceso de democratización de las relaciones internacionales y obstaculizando que más países en desarrollo participen en los asuntos internacionales en pie de igualdad. “En 2023, se cumplió el vigésimo aniversario de la guerra de Irak. Esto nos recordó las consecuencias de un mundo unilateral en donde el poder hegemónico no está controlado ni equilibrado”, sostuvo Zoon Ahmed Khan, investigadora pakistaní del Centro para China y la Globalización (CCG, por sus siglas en inglés). Romper con el “patio de paredes altas” Alexander Romanov, subdirector del Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia de Ciencias de Rusia, comparó el comportamiento de los países occidentales de erigir obstáculos y construir barreras en aspectos económicos, tecnológicos y otros con la idea de “construir muros altos y cercar pequeños patios”. Para superar las amenazas que plantean los países occidentales, se necesita crear un nuevo modelo sostenible de gobernanza global, romper con el “patio de paredes altas” y construir un patio nuevo, más grande y con puertas abiertas para todos los países. Romanov citó el famoso dicho de Lao Zi: “Quienes saben no hablan y quienes hablan no saben”. Aunque Occidente siempre ha hablado de democracia, deberíamos prestar más atención a quienes no suelen hablar de ella. La democracia es a veces utilizada como arma política. Los países que “saben pero no hablan” y que toman acciones prácticas para perseguir los valores comunes de toda la humanidad y promover el desarrollo común del mundo, son los países del Sur Global. Romanov cree que Occidente no está escatimando esfuerzos para mantener su hegemonía, lo que ha llevado a una creciente falta de confianza mutua entre las principales potencias. En un futuro previsible, es poco probable que las principales potencias occidentales realicen cambios significativos en el sistema de gobernanza global. Hu Weixing, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Macao, expresó que “el Sur Global es un soplo de aire fresco”. Mencionó que la fiebre por el Sur Global no es un accidente, sino que la aparición de este fenómeno refleja el ascenso general de los países en desarrollo en la política global. Un ejemplo de ello es el BRICS. Tras oficializarse su ampliación de miembros el 1 de enero de este año con la incorporación de Arabia Saudita, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Irán y Etiopía, la población total del BRICS ha alcanzado los 3500 millones de habitantes y la economía total ha superado los 28,5 billones de dólares. Se estima que en 2023, los países del BRICS han representado el 32 % del PIB mundial total, mientras que los países del G7, el 30 %. Si bien la economía del Sur Global se está desarrollando rápidamente, su influencia política también ha despegado enormemente. “El Sur Global no es un bloque y no crea confrontaciones grupales. No elige un bando en la competencia entre las principales potencias, sino que representa un color político independiente. La unidad y la autosuficiencia son su gloriosa tradición. El desarrollo y la revitalización son su misión histórica”, aseveró Hu. “El ascenso de los países con mercados emergentes y en desarrollo representados por el BRICS ha cambiado el panorama económico mundial. El Sur Global ya no se encuentra en la periferia de la pobreza y el atraso. Es un despertar para, con suerte, cambiar el mundo”. En ese sentido, Chen Bo añadió que promover una multipolaridad mundial equitativa y ordenada, así como una globalización económica inclusiva, requiere practicar la paz, el desarrollo, la igualdad, la justicia, la democracia y la libertad como valores comunes. “Solo siguiendo estos valores comunes compartidos por toda la humanidad, podremos mejorar continuamente el sistema de gobernanza global, promover el desarrollo de un mundo multipolar y fomentar el avance continuo del progreso humano”, dijo. |
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