Entrevistas |
Un viajero innato | |
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Faivel Levinton filma en un día de nieve.
Faivel Levinton frente a la Ciudad Prohibida de fondo, en Beijing.
Faivel Levinton en la frontera que separa China y Corea del Norte.
Faivel Levinton graba un episodio para su programa de YouTube “Un Topo por el Mundo”. Fotos cortesía del entrevistado ORIUNDO de Argentina, Faivel Levinton es una persona que exuda energía y optimismo. Por eso, cuando me enteré por mis Momentos en WeChat de que estaba nuevamente en China, lo primero que pensé fue en contactarlo. Pero además de su carácter jovial y alegre, Faivel Levinton, o Topo, como lo llaman sus amigos y familiares, tiene una curiosidad innata. Esto fue, en parte, lo que lo impulsó a venir a China. Según cuenta, su interés por el país partió cuando era chico, más específicamente en su adolescencia. “Empecé a adentrarme en la lectura y el estudio del socialismo, inspirado en un comienzo por Cuba y la histórica Unión Soviética, y luego intrigado por el comunismo en China”, señala. Asimismo, bajo el impulso de su padre, estudió chino mandarín por dos semestres a sus 18 años. Tras una pausa de 10 años, retomó el estudio y, motivado por las ganas de perfeccionar el idioma, además de aprender más sobre la cultura y la historia de China, aterrizó en Beijing gracias a una beca en 2017. Al consultarle por qué había optado por Beijing, es enfático al mencionar que no eligió Beijing, sino que Beijing lo eligió a él. Levinton había solicitado ir a la ciudad de Harbin para estudiar una maestría en Historia del Pensamiento Económico dictada en inglés. Sin embargo, cuando fue a buscar sus papeles, se dio cuenta de que habían modificado su solicitud y que lo habían designado a Beijing para estudiar una maestría en Economía Aplicada en idioma chino. Adaptación y aprendizaje Levinton confiesa que en Argentina llevaba una vida cómoda. “Tenía un buen trabajo, un buen sueldo y decidí dejarlo todo para venir a sumergirme en este nuevo mundo”, relata. Así y todo, el apoyo de su entorno cercano se hizo presente desde el primer momento, ya que entendía lo que este nuevo reto significaba. “Quería tener la experiencia de vivir en otros países, como lo habían hecho mis padres”. Al principio, las cosas no fueron fáciles. El joven argentino admite que, además de una serie de disgustos con los que tuvo que lidiar a los pocos meses de haber llegado, Beijing era una ciudad que no lograba “comprender en su lógica, funcionamiento, tamaño ni estructura”. Pero poco a poco, su vida comenzó a tomar un cariz más alegre. “Seis meses después, todo se dio vuelta. Pude cambiar de compañero de cuarto, modifiqué mi programa de estudios y comencé a entender Beijing y a enamorarme de esta ciudad”, manifiesta. Descubrir China y el mundo En la actualidad, Faivel Levinton dirige un canal de YouTube llamado “Un Topo por el Mundo”, donde cuenta con más de 100.000 suscriptores. La idea nació cuando llegó a China, ante la insistencia de un amigo que quería que narrara sus vivencias en formato de video. De este modo, desde sus primeras narraciones en Facebook, Levinton dio paso a algunos videos esporádicos que subía a YouTube, hasta que poco a poco, se fue granjeando un público más amplio. Lo que comenzó como una afición, ahora se ha convertido en un trabajo prácticamente a tiempo completo, que lo ha llevado a explorar diferentes rincones del mundo, desde Yakutsk, catalogada como la ciudad más fría del planeta ubicada en plena Siberia, hasta las comunidades judío ortodoxas de Nueva York. Sus videos son siempre lúdicos, pero también cuentan las minuciosidades de cada lugar que visita en un intento por comprender de manera más profunda lo que lo rodea. De este mismo modo, ha logrado captar detrás de cámara varios sitios icónicos en China. “Hice videos sobre lugares poco conocidos para Occidente, desde Harbin y sus monumentos de hielo y su historia, hasta la ciudad de Fuqing, que es de donde provienen la mayoría de ciudadanos chinos que tienen supermercados en Argentina”, detalla. Pero la historia de Levinton con China se vio truncada de golpe cuando estalló la pandemia y, durante los cuatro años siguientes, no pudo regresar. “Mis cosas se quedaron acá y podría decir que vine a buscarlas, aunque su valor material es insignificante”, admite. “Realmente, la intención de regresar era la de cerrar este ciclo de vida que tuve en Beijing”, agrega. Y aunque nunca podrá saber qué le habría deparado el futuro si su destino hubiese sido la capital de la provincia de Heilongjiang en vez de la capital de China, lo que sí tiene claro es que el país le aportó invaluables lecciones y experiencias. “Lo que más me impresiona es la capacidad de adaptación que tenemos los seres humanos, al punto tal de poder naturalizar nuestra vida cotidiana en un lugar tan lejano a nuestro origen, tanto en lo geográfico como en lo cultural y en lo sociológico”, manifiesta. Para Levinton, las distancias geográficas se han acortado considerablemente gracias a todo ello. “China me hizo entender que 20.000 kilómetros no son nada al día de hoy”. Por otro lado, Topo ya cuenta con un cúmulo de experiencias, que en muchos casos no solo han servido como material para sus videos, sino que han quedado grabadas como recuerdos indelebles en su memoria y corazón. “Como fanático de los ferrocarriles, mis experiencias más interesantes han estado en recorrer gran parte de China en tren, desde los trenes de alta velocidad que alcanzan los 350 kilómetros por hora, hasta haber viajado en un tren tradicional sin haber conseguido asiento por más de 10 horas”, recuerda. En el mediano plazo, Levinton espera continuar con su periplo por distintas latitudes. “Tengo la idea de consolidar mi canal de YouTube y crecer para seguir viajando a varios lugares del mundo, no con la intención de hacer turismo, sino con la idea de poder sumergirme en las sociedades y culturas que recorra para mostrar diferentes formas de entender y vivir la vida”, explica. Por lo mismo, no dudó en aprovechar al máximo su paso por China luego de varios años fuera, para recorrer cuanto pudo. “Tengo pensado mostrar sus trenes y algunas de sus ciudades, por supuesto Beijing y su magia histórica, Dandong y su frontera con Corea del Norte, Shanghai y su Concesión Internacional, Yiwu y sus mercados e industrias, Chongqing y su desarrollo urbano sobre las montañas, y Kaifeng y su historia judía”, precisa. |
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