Fecha: 11 de enero de 2024

Lugar: Ciudad de México, México

Miriam Puente, artista mexicana

En 2019, Miriam Puente visitó la casa natal del pintor Xu Wei, en la ciudad china de Shaoxing, provincia de Zhejiang. 

La técnica de Miriam Puente ha recibido una fuerte influencia de Xu Wei, pintor de la dinastía Ming, conocido como el “Van Gogh chino”. Fotos cortesía de la entrevistada

La obra de Miriam Puente está completamente inspirada en Xu Wei y otros pintores que conoció durante su estancia en la Academia Central de Bellas Artes de China. Actualmente, ella da cursos sobre la historia de la pintura tradicional china y el interés entre las personas va en aumento.

DURANTE el Festival Cultural del Año Nuevo Chino que se llevó a cabo en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) de la Ciudad de México en 2023, una exposición llamó mucho la atención de los asistentes.

Se trataba de pinturas hechas con tinta china sobre rollos de papel blanco, que mostraban imágenes de la naturaleza como el bambú y tiernos conejos alusivos al año que comenzaba. Al acercarse más, la gente descubría con sorpresa que aquellas obras no venían desde China ni habían sido hechas por un pintor clásico de la antigüedad. La autora era una joven artista mexicana: Miriam Puente.

¿Cómo una joven artista mexicana logró perfeccionar de tal manera las técnicas de la pintura tradicional china? La historia se remonta a su más tierna infancia, pues desde pequeña, Puente ha estado enamorada del arte.

Una vida llena de arte

“Estudié en escuelas donde le daban mucha prioridad a todas las expresiones artísticas, y mi mamá siempre nos llevaba a museos, a conciertos de música clásica, y era algo que disfrutaba mucho”, recuerda.

“Cuando tenía 17 años, me metí a un taller de pintura y me encantó porque había sesiones de dibujo con modelo”. Después de eso, Miriam Puente debía decidir qué carrera estudiar, y aunque el arte era su pasión, no sabía si podría vivir de ello.

“Entré a estudiar matemáticas aplicadas, durante un semestre, y en ese tiempo me di cuenta de que yo necesitaba pintar, y tomé la decisión de salirme de esa carrera y entrar a una escuela de arte”.

En aquel momento, Puente pintaba de manera expresionista y hacía copias de cuadros de Van Gogh. Con el apoyo de su familia, en 2001 ingresó a la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas (hoy Facultad de Artes y Diseño) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante su formación en dicha escuela, Puente tuvo muy poco contacto con el arte chino. “Lo que me empezó a llamar la atención fue la filosofía china. Comencé a buscar y leer obras sobre ese tema por mi cuenta, como por ejemplo Vacío y plenitud de François Cheng”.

Al terminar su carrera, Miriam Puente tenía la necesidad de continuar aprendiendo. La presencia de China en su vida era algo que iba y venía. Tomó clases de taijiquan y se dedicó a trabajar en la restauración de bienes inmuebles.

Reencuentro con China

Tras varios años, Puente decidió darle una oportunidad real al arte, comenzó a producir más obras pictóricas y a tocar puertas para hacer su primera exposición, así como para vender sus obras, y empezó a estudiar la maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

“Me había quedado con la espinita de aprender más sobre China, y entré a estudiar el idioma chino en el Instituto Confucio de la UNAM. Uno de mis maestros me comentó de la maestría en Estudios de Asia y África que ofrecía el Colegio de México, y decidí ir por ese camino”.

En esa época, Puente conoció la obra de Xu Wei (1521-1593), un pintor, poeta, calígrafo y erudito de finales de la dinastía Ming, y su obra tuvo un profundo impacto en ella. “Es un pintor de pintura con tinta. Me fascinó y a partir de la investigación que hice de su vida y de su obra, empecé a abrirme camino a todo lo demás de la cultura china”.

En aquel momento, Miriam Puente no pudo ir a estudiar a China. “Es muy difícil estudiar una cultura, especialmente en la cuestión del arte, si no hay acceso a obras. Las colecciones de arte que incluyen obras chinas, abiertas al público en México, son extremadamente limitadas. Está el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, que cuenta con obras donadas en exposición. En el Museo Pedro Coronel, en la ciudad de Zacatecas, hay algunas pinturas chinas. Terminar una maestría sin tener ese contacto directo con la cultura fue difícil”.

Puente se fue a vivir a Zacatecas, formó una familia y tuvo la oportunidad de reflexionar sobre el rumbo que quería darle a su carrera profesional. “Decidí estudiar el doctorado y fue entonces cuando llegó la oportunidad de ir a China”.

Sueño hecho realidad

Para Miriam Puente no fue fácil ir a estudiar a China. Necesitaba una beca de manutención del doctorado que le otorgaba la UNAM, una beca de movilidad –también por parte de la UNAM–, una beca del Gobierno chino y un contacto, desde un año antes del viaje, con personas dispuestas a apoyarla en la Sede de la UNAM en China. Además, tuvo que pedir un préstamo, pues la gran mayoría de los apoyos se otorgaban una vez que ella estuviera en China.

Puente hizo una estancia de investigación en la Academia Central de Bellas Artes de China, en Beijing. Se fue con su hija, de dos años de edad, y el padre de su hija, y estuvieron viviendo en la Academia Central de Bellas Artes de China de febrero a julio de 2019.

“Fue un sueño hecho realidad. Esa escuela está en el distrito de Chaoyang. Arquitectónicamente es muy hermosa, tiene instalaciones deportivas, campo de fútbol, talleres, residencias para estudiantes internacionales, cuatro o cinco cafeterías diferentes”.

Además de la formación académica, Puente tuvo la oportunidad de visitar varios museos, consultar y comprar muchos libros. Todo su trabajo giraba en torno a Xu Wei.

“En primavera, los estudiantes de la academia hacen prácticas de campo. Yo fui a ver la obra de Xu Wei en su ciudad natal, Shaoxing, en la provincia de Zhejiang”. El museo de Xu Wei es su casa natal, pequeña, en un barrio atravesado por antiguos canales. Se pueden ver árboles de granada, antiquísimos, porque él las pintó, y también una vid, que se dice que la plantó el mismo Xu Wei cuando tenía 10 años.

El “Van Gogh chino”

Xu Wei era un pintor muy expresivo. Todo su trabajo lo hizo con tinta negra y una técnica conocida como “tinta salpicada”, que requiere grandes cantidades de esta. De hecho, se le conoce como el “Van Gogh chino”.

Fue fundador de la escuela de pintura de la vid verde. Famoso por su inestabilidad emocional, se tienen muy documentados sus intentos de suicidio. De hecho, producto de estos intentos, se lastimó severamente una oreja.

“Yo respetaba tanto el estilo y la obra de Xu Wei que no me atrevía a practicarlo, a menos que hubiera condiciones para hacerlo. Apenas en 2023, que me invitaron a participar en la exposición con motivo del Año Nuevo chino en el Cenart, fue la primera vez que me animé a hacer una serie con técnicas de pintura clásica china, con tinta y exponerla. Me sentí muy satisfecha y este año voy a participar nuevamente”, comenta.

La obra de Miriam Puente está completamente inspirada en Xu Wei y otros pintores que conoció durante su estancia en la Academia Central de Bellas Artes de China.

Actualmente, Miriam Puente da cursos sobre la historia de la pintura tradicional china y el interés entre las personas va en aumento. “La gente también quiere aprender la práctica y mis cursos son solo de teoría. Realmente sería muy bueno que pudieran venir maestros chinos a enseñar técnicas de pintura china porque cada vez hay más gente que quiere aprender”.