Entrevistas |
Una amistad más allá de la distancia | |
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Martín Piovano recibe un certificado de participación en su quinta visita a China.
Martín Piovano posa para una foto con la Gran Muralla de fondo.
Martín Piovano posa para una foto con tres mujeres vestidas con trajes tradicionales en el Templo del Cielo, en Beijing. Fotos cortesía del entrevistado MARTÍN Piovano nunca ha vivido en China, pero es sin duda un gran amigo del pueblo chino. En 2007, conoció a dos funcionarios de la Embajada de China en una recepción a la que había sido invitado en Montevideo, Uruguay. Según dice, todo comenzó de forma amistosa y desinteresada. Como buen uruguayo y amante del futbol, los invitó al Estadio Centenario a ver un partido y, en otras ocasiones, a comer una pizza o tomar unas cervezas. Por aquel entonces, Piovano además se desempeñaba como secretario de un legislador uruguayo, por lo que les pudo facilitar algunos contactos. “Les empecé a abrir más el espectro político uruguayo, a presentarles a otros legisladores, gobernadores, intendentes y empresarios”, cuenta al respecto. De esta forma, la amistad fue creciendo orgánicamente hasta que un día, apenas cuatro meses después de ese primer encuentro, Piovano fue invitado a formar parte de su primer viaje a China. La oportunidad llegó de manera totalmente inesperada, pero se transformó en una instancia que le cambiaría la vida. El viaje, de tres semanas de duración, lo llevó por magníficas ciudades como Beijing, Suzhou y Chengdu, dejándolo totalmente maravillado. “Me enamoré de la calidez del pueblo chino. Tuve un quebranto de salud en Beijing y se preocuparon hasta el último momento por mí”, declara. “Siempre digo que el pueblo chino tiene algo de latino por su maravillosa forma de ser”. Esta experiencia aumentó la curiosidad innata que Martín Piovano sentía por China y su deseo de seguir aprendiendo, por lo que afianzó aún más la relación y los contactos que mantenía con funcionarios de la Embajada de China. De este modo, organizó algunos viajes para que ellos también se pudieran familiarizar más con Uruguay, sobre todo con el interior del país; a saber, a los departamentos de Treinta y Tres y de Cerro Largo, en 2009, y al departamento de Paysandú en 2011. Una mano amiga A primera vista, podría parecer más fácil hacer negocios o tocar puertas en Uruguay que en otros lugares de América Latina. El país tiene apenas 3,5 millones de habitantes, pero contar con una mano amiga es sin duda una ventaja. Esto bien lo sabe Martín Piovano, quien, gracias a su buena voluntad y disposición, se ganó el respeto y la confianza de muchos chinos en Uruguay. Al referirse a él, un empresario chino solía decir: “Cuando vayas a Uruguay y necesites algo, habla con Martín”. Esta frase se empezó a hacer común y, poco a poco, un número creciente de personas empezó a buscar su ayuda. Los primeros contactos los hizo con empleados del Banco de Desarrollo de China (CDB, por sus siglas en inglés), a quienes acompañaba en sus reuniones o entregaba información respecto a la forma de hacer negocios en el país. Esto, explica, le fue abriendo otras puertas. “Muchas veces, otras empresas se contactaban a través de conocidos. Querían desembarcar en Uruguay o tener reuniones con oficiales gubernamentales y no sabían por dónde empezar”, manifiesta. De este modo, Martín Piovano tuvo la oportunidad de asesorar a empresas como China Machinery Engineering Corporation, Gezhouba, China National Electronics Import & Export Corporation, el Banco de China, entre otras, así como a la ciudad de Nanning y la provincia de Sichuan. Luego, en 2017, el uruguayo tuvo el honor de trabajar para los integrantes de la delegación del Banco de Desarrollo de China que viajó a Uruguay para asistir a la Cumbre Empresarial China-LAC (Latinoamérica y el Caribe) celebrada en Punta del Este. En dicha ocasión, Piovano tuvo que encargarse de múltiples detalles, desde la agenda de reuniones oficiales hasta los hoteles que los iban a hospedar y los autos que los trasladarían de un lugar a otro. Lo que podría parecer simple, en realidad requirió de una extensa coordinación y seis meses de trabajo previo. De este modo, logró que todo saliera acorde al protocolo, pero que, al mismo tiempo, la delegación del CDB, encabezada por su vicepresidente, tuviese una experiencia memorable. “Respetamos el protocolo, pero logramos que durante cuatro días se sintieran un poco más uruguayos: hablar con niños, caminar descalzos por la arena de la Playa Brava de Punta del Este, amanecer y escuchar el sonido de los pájaros, o ver las estrellas al anochecer”, recuerda. Un nexo entre China y Uruguay Además de su trabajo regular, el crossfit y sus perros, Martín Piovano se desempeña como director de asuntos internacionales del Centro de Estudios Paysandú desde 2018. Según explica, la invitación para formar parte del centro vino de la mano de su presidente, Rodrigo de León, luego de su tercer viaje a China con motivo de un seminario organizado por el Ministerio de Comercio de China y la Escuela de Negocios de Shanghai (SBS, siglas en inglés). “Sabiendo que yo había vivido en Paysandú y mi interés por China, me invitó a participar en dicho centro”, cuenta Piovano. “El Centro de Estudios Paysandú mantiene contactos y convenios con Europa, pero la idea era abrir las puertas a China, por lo que empezamos a tender puentes”, señala. De esta forma, el uruguayo comenzó un intenso trabajo al aprovechar sus visitas a China para formar nuevos lazos: primero con la SBS y más adelante con el Diario del Pueblo, la revista China Hoy y la Asociación de Amistad del Pueblo Chino con el Extranjero. Esta labor se vio interrumpida por la pandemia y la suspensión de muchos vuelos internacionales, pero aun así, Martín Piovano siguió adelante con sus esfuerzos. “Acordamos con la Escuela de Negocios de Shanghai realizar seminarios en línea dirigidos al intercambio de información con especialistas médicos de ambos países”, declara. En la actualidad, Martín Piovano señala que el centro está trabajando para, en marzo de este año, realizar un seminario en línea sobre logística. En la instancia, podrán intercambiar experiencias y opiniones, técnicos y empresarios de Shanghai por su zona libre, y su contraparte de Uruguay, además de algunos expertos de Argentina y Brasil. Piovano cree que una de las principales materias en las que Uruguay y China están al debe tiene que ver con los intercambios a nivel académico. “Debería haber más intercambio de jóvenes uruguayos, tal como existen convenios con otros países”, sugiere. En esa línea, explica que desde el Centro de Estudios Paysandú están analizando un acuerdo con la Escuela de Negocios de Shanghai para el intercambio de estudiantes chinos y uruguayos. “Estoy abierto a ayudar en lo que sea posible [en pos] de una relación más estrecha entre Uruguay y China”, dice. Piovano siente una gran admiración por China, incluido su respeto hacia los adultos mayores y el hecho de que pese a ser una potencia y motor económico a nivel mundial, ha sabido conservar su historia y costumbres. Por lo mismo, volver a China siempre es “un placer” para este uruguayo, quien considera el país como su “segunda patria”. “Sé que la vida me regalará volver a China, o quién sabe, cuando me jubile de la Policía Nacional de Uruguay en 2025, mi destino sea China y tendré la oportunidad de vivir en tan hermoso país, lleno de amigos”, concluye. |
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