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Recuerdos de Shanghai

Por LU RUCAI
 

 
Bund de Shanghai. Yu Xiangjun
 
LLEGUÉ a Shanghai en medio de una multitud de viajeros nacionales y extranjeros, apenas cinco horas después de haber partido de Beijing en el tren de alta velocidad. La metrópoli del sur, junto con muchos otros cálidos destinos, viene cosechando ingresos por turismo cada vez más altos, ya que las últimas ampliaciones en la red ferroviaria de alta velocidad han reducido la duración de los viajes.

El Circo Mundial de Shanghai, que ofrece el impresionante espectáculo acrobático “ERA-La intersección del tiempo”, fue la etapa inicial de mi visita. Primero de su tipo en China, se trata de una espectacular y multimedia exhibición teatral, diferente por su lujosa e ingeniosa incorporación de acrobacia china, danza, música y artes marciales. Los aplausos estallaban periódicamente en el público, predominantemente extranjero, durante la actuación de 1 hora y 40 minutos de duración. Este espectáculo psicodélico de alta tecnología se desarrolla a través de la constante colisión entre el pasado y el futuro. Ocho años después de su estreno, la exhibición sigue abarrotada de público a diario, en temporada alta.

Estar en Shanghai es experimentar distintas facetas a la vez. Este centro financiero mundial, lleno de dinámicos y postmodernos bloques de torres, está impregnado de la rica herencia de la civilización al sur del río Yangtsé y de la corta era colonial.

El Bund

Esta zona costera es uno de los lugares más emblemáticos de Shanghai. Se trata de la convergencia de estilos arquitectónicos extranjeros que apareció en la década de 1920. Hoy en día, sus edificios clásicos albergan a las casas de moda y a las cadenas de hoteles más reconocidas del mundo, y el prestigio del área se ha prolongado durante más de un siglo. En esta franja de 1 km a lo largo del río Huangpu, se encuentran los mejores restaurantes de la ciudad, los que ofrecen deliciosos platillos en medio de una atmósfera clásica.

Una visita al Museo del Archivo de la Ciudad es una buena manera de conocer más acerca del Bund, el pasado y el presente. Durante mi estadía, se presentó la exposición “Memorias de la ciudad: La historia moderna de Shanghai”, la cual se enfocó en el Bund. Era una especie de escondite para 600, o quizá más, documentos, fotos y objetos que delineaban la evolución de la ciudad desde las postrimerías del siglo XIX, cuando se colocó a la vanguardia de los intercambios que la China feudal de entonces tenía con el mundo.

Los museos locales son siempre fuentes confiables de información. El Museo Telecom muestra el recorrido de las telecomunicaciones en Shanghai, desde el telégrafo (estrenado en China en 1871 con el establecimiento de la primera línea en la ciudad) hasta la tecnología inalámbrica. Las exhibiciones incluyen el primer teletipo desarrollado por el país. El museo permite reservas de grupos turísticos de lunes a viernes y está abierto a los visitantes individuales los fines de semana. Para los turistas independientes, cuyo tiempo no se ajusta a este espacio, se les recomienda una parada en el lugar. Este edificio de diseño ecléctico, construido en 1921, es también un testigo de la historia. Uno de sus inquilinos fue la Great Northern Telegraph Company, de Dinamarca, la cual estableció el primer cable telegráfico submarino de China.

El complejo del Museo del Servicio Postal presenta distintivas características británicas. Construido en la década de 1920, fue originalmente sede de la administración de correos de la ciudad. Aquí se muestra el primer sello de China, emitido en 1878.

 
Iglesia Católica en Xujiahui.

Más allá del Museo de Arte Rock-bund (el cual cobra un modesto monto de 15 yuanes que incluye una taza de café), el ingreso a los museos locales es gratuito.

Durante un paseo por el Bund pude ver a una pareja tomándose fotos nupciales en la puerta de la sede del Banco de Desarrollo de Shanghai Pudong. Originalmente propiedad del HSBC en las décadas de 1920 y 1930, esta construcción de 90 años y de diseño neoclásico exhibe hermosos adornos y proporciones simétricas que la hacen excepcional en el distrito.

Las paredes cercanas al techo del vestíbulo octogonal están lujosamente adornadas con ocho murales de mosaicos y la cúpula lleva frescos que muestran los doce signos del zodiaco, personificaciones del Sol y la Luna, y representaciones de los ocho centros financieros del HSBC. Cubiertas de estuco y pintura por razones políticas poco después de la fundación de la República Popular China, estas ornamentaciones no llegaron a ser descubiertas sino hasta la década de 1990.

Hasta antes de 1949 el hotel más prestigioso era el Fairmont Peace Hotel, anteriormente llamado Cathay Hotel, una inversión del magnate judío Victor Sassoon. Considerado un punto de referencia del Bund en el siglo pasado, es un monumento a la mezcla de culturas en una ciudad célebre por su cosmopolitismo.

El Xujiahui cultural

Xujiahui es más conocido por ser el centro del comercio de Shanghai, pero tiene mucho más que ofrecer. En octubre de 2012, fue galardonado con el estatus de lugar turístico nacional 4A, en virtud de su legado histórico y cultural. Aunque es algo raro para un distrito urbano de una gran ciudad, Xujiahui merece ciertamente esta distinción. Su área de 2,4 km² está cubierta de decenas de sitios de interés histórico.

Localizado en la confluencia de tres ríos, Xujiahui fue el lugar en el que quedaban la tumba y el Museo Conmemorativo de Xu Guangqi (1562-1633), científico de la dinastía Ming y nativo de Shanghai. De ahí su nombre. Xu, en colaboración con el misionero jesuita italiano Matteo Ricci (1552-1610), tradujo seis volúmenes de Los Elementos de Euclides y compiló el Tratado Completo en Agricultura (Nongzheng Quanshu), uno de los cuatro libros antiguos sobre agricultura más importantes de China.

Después de conseguir un boleto gratuito al centro turístico del distrito, me dirigí a la Biblioteca de Xujiahui, fundada por los jesuitas en 1847. Su colección de raras publicaciones en chino y lenguas extranjeras fue trasladada a la biblioteca municipal en 1956. Lo restante está conformado, sobre todo, por libros en lenguas extranjeras y publicaciones periódicas de antes de la fundación de la República Popular China.

El primer piso era para los libros chinos. Su diseño interior reproduce el de la biblioteca privada Tianyige en Ningbo, provincia de Zhejiang, la cual tiene 450 años de historia. El segundo piso es para los títulos en lenguas extranjeras, en total 80.000 ejemplares publicados especialmente entre el siglo XV y 1949. Su diseño es un evidente homenaje a la Biblioteca Vaticana. Lo más preciado es su colección de sinología y teología.

Más allá de las salas de lectura para quienes tienen un carné de membresía, el edificio no está abierto al público. Como periodista, tuve el privilegio de visitarla. Cuando ingresé a lo que era, antiguamente, el comedor, solo había un par de lectores, quienes revisaban, minuciosamente, periódicos y revistas extranjeras. La suave y cálida iluminación y el olor a tinta en las páginas en tonos sepias evocaron en mí una relajante nostalgia que contrastaba con el bullicioso tráfico del exterior.

La Catedral de Xujiahui, o Catedral de San Ignacio, se encuentra a poca distancia de la biblioteca. Diseñado por el arquitecto inglés W. M. Dowdall y construido en 1910, el imponente edificio gótico de torres gemelas llegó a ser, en su momento, la más grande iglesia del Lejano Oriente, con capacidad para 3000 fieles.

La última etapa de mi viaje a Xujiahui fue el Museo Tou-Se-We, un antiguo orfanato jesuita para varones. Para asegurarse de que fueran financieramente independientes en su adultez, los niños recibían clases prácticas de pintura, escultura, carpintería e impresión. Había también talleres de arte y manualidades que contrataban a los muchachos cuando estos tenían edad suficiente para salir del orfanato. Sus trabajos eran populares y recibían pedidos del extranjero, así como de todo el país. Una de sus obras, un arco tallado en madera de 1913, apareció en tres exposiciones mundiales. Este trabajo es exhibido, actualmente, en el museo.

La arquitectura es como música congelada y esta parece haber detenido el tiempo en Shanghai. La arquitectura de la ciudad representa, perfectamente, la fusión de las civilizaciones de Oriente y Occidente. Esto también se hace evidente en las construcciones locales, el sistema educativo, los recintos de culto, los lugares de filmación y los sitios históricos de Xujiahui, los cuales ofrecen una extraña visión de la existencia temprana de la ciudad.

Caminos del pasado

Bloques de torres dominan el horizonte de Shanghai. Sin embargo, en este monumento al comercio internacional, todavía existen aquellos caminos antiguos que conservan la huella del pasado.

Uno de estos es el camino Wukang en el distrito de Xuhui, originalmente llamado la Ruta Ferguson y construido en 1907 por las autoridades de la Concesión Francesa. Muchos personajes históricos poseían propiedades a lo largo de esta calle sombreada, entre ellos el funcionario reformista de la dinastía Qing Li Hongzhang (1823-1901), el revolucionario Huang Xing (1874-1916) y el escritor Ba Jin (1904-2005).

El centro de atención al turista, en la calle Wukang Jia N° 393, ofrece a los visitantes guías turísticas, maquetas y exhibiciones fotográficas de las antiguas residencias de personalidades en la zona. El centro ofrece, los primeros sábados de cada mes, conferencias sobre la historia local y relatos temáticos sobre las casas antiguas.

Wukang es también una popular zona de bares. Un buen lugar para pasar el tiempo. Los hostales locales abren por la tarde y al anochecer se ven abarrotados.

 
La calle Shaoxing fue también parte de la antigua Concesión Francesa. El camino de 300 metros de longitud es bordeado por señoriales árboles de plátano que destacan sobre la serie de librerías y galerías, así como la Administración de Prensa y Publicaciones de Shanghai, la Editorial de Arte y Literatura de Shanghai y las oficinas del Diario de Comercios de Shanghai. Algunos de los edificios Shikumen mejor conservados se encuentran también en la calle Shaoxing. Shikumen fue un estilo arquitectónico de finales del siglo XIX, que combinaba el estilo clásico del sur de China con elementos europeos.

Por haber escapado de la industrialización, es el lugar en el que se ruedan, habitualmente, producciones sobre el viejo Shanghai. Es el escenario de muchas películas y telenovelas.

Xintiandi, la zona comercial peatonal de 30.000 m² en el centro de Shanghai, alberga también una serie de residencias Shikumen. Sus antiguas calles acogen tiendas, cafés, restaurantes y centros de entretenimiento. El área expone lo mejor del viejo y nuevo Shanghai.

El ritmo de la vida urbana es agitad0 por doquier, pero el ambiente de Shanghai parece permanecer tranquilo y sencillo. Tanto los visitantes como los residentes disfrutan de paseos por calles de gran tradición que se hacen eco de los vibrantes recuerdos de esta centenaria ciudad.