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China no se queda de brazos cruzados

Por DONG YINGUO*

LAS medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF) se han convertido en uno de los principales obstáculos para las exportaciones agrícolas chinas. La brecha que hay entre las normas nacionales y las extranjeras, la baja calidad y el nivel de seguridad, así como algún tipo de discriminación y la falta de información son algunas de las razones por las que las MSF han afectado las exportaciones agrícolas. Sin embargo, las autoridades chinas ya toman cartas en el asunto promoviendo capacitaciones sobre las MSF y proporcionando información actualizada sobre estas medidas. Además, han implementado un mecanismo de sanción que consiste en castigar a aquella empresa que no cumpla las medidas sanitarias y esté afectando la reputación de los productos chinos.

La piedra en el zapato

En la última década, la mayoría de los productos agrícolas chinos experimentaron restricciones, prohibiciones, detenciones o rechazo. Un total de 1.718 lotes de exportación fueron detenidos o rechazados en 2008 por la Unión Europea (UE), EE. UU., Japón, Corea del Sur y Canadá, y esta cifra subió a 2.298 lotes en 2009 (Tabla 1). En 2005, el 42% de las exportaciones agrícolas de China se vieron afectadas por las MSF extranjeras.

En 2008, el 52,5% de las exportaciones de productos agropecuarios fueron sujetos de medidas sanitarias y fitosanitarias, lo cual resultó en una pérdida directa de 15.460 millones de dólares, equivalente al 38,3% del valor total de las exportaciones agrícolas del año. En 2011, el 50,8% de las empresas de exportación agrícola se han visto afectadas por las MSF y la pérdida directa fue de 9.130 millones de dólares. Por lo tanto, estas medidas se han convertido en un obstáculo importante y resulta urgente plantear contramedidas.

Efectos de las MSF en las exportaciones agrícolas chinas

Las MSF cobraron mayor notoriedad después de una serie de enfermedades de animales, así como escándalos de seguridad alimentaria, como la fiebre aftosa o el brote de influenza aviar en la década de 1990. Los gobiernos fortalecieron el control de la seguridad alimentaria para tranquilizar a los consumidores y restaurar su confianza.

Como una medida comercial técnica, las MSF afectan las exportaciones agrícolas de China de varias formas. En primer lugar, ampliar el alcance normativo es una restricción comercial para las empresas chinas. Por ejemplo, el té es uno de sus tradicionales productos de exportación y la UE es un mercado importante. Sin embargo, desde 2000, esta mantiene la ampliación del ámbito de control y el número de normas aumentó de 26 en ese año a 227 en 2011.

En segundo lugar, el alto costo del cumplimiento de la normativa reduce la cantidad exportada y eleva el precio de exportación. Entre los costos adicionales en los que se debe incurrir para cumplir las MSF extranjeras están la cuota de tecnología de la innovación, la cuota de inspección y otros. En junio de 2005, Japón implementó el Sistema de Lista Positiva que incrementa en gran medida las normas de inspección. Por ejemplo, las normas de inspección para el té aumentaron de 89 a 276; las de cebollas, de 77 a 339; las de espinacas, de 87 a 335; las de arroz, de 129 a 579; y las de zanahorias, de 68 a 325.

Suponiendo que el costo de inspección para cada artículo haya sido de 200 yuanes, entonces el costo de cada lote de exportación aumentó en 40.000 yuanes. Para cumplir con las MSF extranjeras, algunas empresas compran instrumentos de inspección y evalúan sus productos y materiales al menos cuatro veces, por lo que sus costos son muy superiores a los de sus rivales.

Por último, la difusión de la información negativa expande los efectos de las MSF.

Las posibles razones

Hay muchas razones para que las exportaciones agrícolas de China estén siendo afectadas por las MSF. La más importante es la gran brecha entre las normas chinas y las de sus socios comerciales. Como país en desarrollo, los estándares de China están atrasados respecto a los de los países desarrollados. Japón es el principal destino de las exportaciones de productos agrícolas chinos. El Sistema de Lista Positiva japonés abarca 302 tipos de alimentos, 799 tipos de productos químicos agrícolas y 54.782 artículos de prueba. Comparativamente, los estándares nacionales de China solo implican alrededor de 200 tipos de químicos agrícolas. Como resultado, las exportaciones chinas de los principales productos agrícolas, como cebollas, té, anguila, champiñones, salchichas, productos de pollo, maní, miel, arroz, camarones, jugo de manzana y maíz, fueron restringidas y la participación agrícola china en el mercado japonés se redujo de 32% en 2004 a 18,7% en 2010.

La calidad del producto y el nivel de seguridad también contribuyen al impedimento por MSF. Los productos agrícolas chinos son realizados, en su mayoría, con mano de obra poco tecnificada, sus marcas no son reconocidas en los mercados extranjeros y son susceptibles a los productos alternativos. Por otra parte, el mal uso de pesticidas en la producción y los medicamentos veterinarios en el proceso de cría y siembra han sido prominentes en los últimos años.

Otra razón posible es que los productos chinos han sido tratados de forma discriminatoria en los países importadores. La OMC requiere que las MSF de los miembros sean aplicadas a los empresarios nacionales y a los importadores, por lo tanto, la discriminación definitivamente rompe las reglas de la OMC. Sin embargo, algunos países pueden utilizar esto de forma indirecta. Por ejemplo, las medidas aplicadas a los residuos de clorpirifós para las espinacas en Japón, que son 99% importados de China, son 300 veces más estrictas que las que atañen a los rábanos que se produce principalmente en Japón. Una encuesta que llevamos a cabo en tres principales provincias chinas dedicadas a la exportación, arrojó que un tercio de las empresas creía que habían sido tratadas de forma discriminatoria en el mercado japonés.

Por otro lado, la producción a escala también es un factor importante. Una de las características de la producción de alimentos en China son los millones de pequeños agricultores que hacen compleja la estandarización y el control de calidad. En China, el 70% de las firmas de producción de alimentos son pequeñas empresas o talleres pequeños, por lo que la vigilancia de la seguridad alimentaria es un verdadero dolor de cabeza.

Lo que China hace

al respecto

La asistencia del Gobierno es absolutamente necesaria en el tratamiento de las MSF. En realidad, el Gobierno chino se ha esforzado mucho al respecto. En primer lugar, China ha fortalecido la capacitación de las MSF. Por ejemplo, cuando Japón anunció el Sistema de Lista Positiva, la Administración Estatal de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de China (GASQIQ) asumió la responsabilidad de inspeccionar la exportación e importación de productos. Sus oficinas provinciales, junto con las asociaciones industriales locales, comenzaron a ofrecer capacitación técnica, haciendo que las empresas familiares conozcan los requisitos y los puntos cruciales de las medidas. En segundo lugar, el Gobierno ofrece información. La GASQIQ y sus oficinas secundarias se han convertido en el principal proveedor de información de las MSF para la mayoría de empresas a través de sus sitios web. Ellos proporcionan información actualizada sobre la notificación de las MSF extranjeras.

En tercer lugar, China ha puesto en marcha mecanismos de sanción. Según el requerimiento de la GASQIQ, si la empresa incumple las medidas sanitarias y fitosanitarias extranjeras y afecta a la reputación de los productos chinos tendrá que dejar de exportar durante un lapso de 6 a 12 meses, que incluso puede llegar hasta 24 meses. En cuarto lugar, el Gobierno, junto con las asociaciones industriales, ha comenzado a mejorar los estándares chinos con el fin de dar seguimiento a las normas internacionales. Por ejemplo, el estándar de té verde chino ha sido reconocido con la norma CAC, lo que facilitará en gran medida sus exportaciones. Además, algunas oficinas de la GASQIQ reconocen los esfuerzos que hacen las empresas para mejorar los resultados de las inspecciones y acelerar la exportación. Por ejemplo, la oficina de Shandong acepta el resultado de la inspección de las empresas que tienen muy buen crédito de exportación y han construido un excelente sistema de inspección.

A pesar de que es bastante lo avanzado en este ámbito, todavía queda mucho por hacer. Por lo tanto, el Gobierno chino debe desarrollar políticas de corto y largo plazo. En el corto plazo se debe tratar de resolver los problemas y facilitar las exportaciones. La política a largo plazo, en cambio, se refiere principalmente al desarrollo sostenible de la agricultura. Hay que destacar que mientras la brecha de ingresos y tecnología exista, eliminar los efectos de las MSF parece imposible. Por lo tanto, se trata de esfuerzos a largo plazo.

*Dong Yinguo es profesor de la Universidad de Shanghai y, actualmente, profesor visitante de la Universidad de Missouri, EE. UU.

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