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El exitoso balance del PCCh en 2017

Por AUGUSTO SOTO

China mejora la construcción de infraestructura verde. Yu Xiangjun

 

El 18 de octubre se inauguró el XIX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), su cumbre más relevante en cinco años. El evento de una semana de duración atrajo la mirada nacional y mundial, y reflejó los más recientes logros desde el XVIII Congreso, celebrado en 2012. Se evaluó lo avanzado, se reemplazaron cuadros en el Partido, y se afinaron y vislumbraron ulteriores modernizaciones.

Recordemos que Xi Jinping fue designado secretario general del PCCh en la primera sesión del XVIII Congreso Nacional del PCCh en noviembre de 2012 y asumió el cargo de presidente de China en 2013. Fundado en 1921, en 2017 el Partido congrega a cerca de 90 millones de miembros (más que toda la población de Alemania). En el marco de este Congreso, se vuelve a confirmar que en pocos años esta enorme estructura organizativa ha liderado transformaciones modernizadoras que en otros países han tardado varias décadas o, incluso, más de un siglo en materializarse. De manera que, como consecuencia de ello, el PCCh ha acumulado una experiencia singular sintetizada a continuación.

En primer lugar, el dinamismo de la vida nacional proviene de su eslogan fundacional: “Servir al pueblo” (为人民服务). Se materializa en la facilitación de la extraordinaria elevación del nivel de vida de la población. Así, si en 1960 la esperanza de vida era de 40 años, en 2017 es de 76 años. Además, China ha logrado sacar a más de 500 millones de personas de la extrema pobreza en casi dos generaciones, según certifica el Banco Mundial. Y desde 2013, ya con Xi como líder, ha sacado a una cifra adicional de más de 60 millones de personas de la pobreza (una cifra casi equivalente a la población francesa). El año pasado, según el Banco Mundial, el ingreso per cápita era 10 veces más que el de 1990, dos años antes del XIV Congreso.

Un segundo aspecto a destacar es el estímulo del Partido al desarrollo de las capacidades creativas del pueblo chino, manifestadas en el surgimiento de millones de empresarios, así como en la movilidad del pueblo chino. El perfil del chino viajero es una de las grandes novedades y uno de los más visibles aspectos del éxito personal y colectivo alcanzados por el país. En 1986 (cuando vine a vivir a China durante cuatro años) no había turistas chinos. En 2017 más de 120 millones de chinos viajan por el mundo.

Un tercer aspecto a resaltar es el colosal proceso de construcción y urbanización y el impuso de las infraestructuras. Esto ha sido posible, fundamentalmente, porque el Partido se ha preocupado constantemente de formar técnicamente a personal calificado. Solo de esa forma se explican los logros titánicos en la esfera ingenieril.

Otro aspecto es la ecología y las energías renovables. Por motivos obvios, China llegó más tarde que los países industrializados al desarrollo de estos sectores. Pero las dimensiones del desafío la han posicionado en pocos años en líder mundial de las energías renovables. A inicios de este año, China anunció que hacia el año 2020 habrá invertido 360.000 millones de dólares en energías renovables, cifra que reafirma su liderazgo en un aspecto crucial para la supervivencia del planeta.

La plantación de vegetales es una de las industrias pilares para ayudar a salir de la pobreza a la población de las zonas montañosas de la provincia de Sichuan.

 

Dimensión internacional de las políticas

En primer lugar destaca el extraordinario aumento de interlocución exterior de China. Xi Jinping es hoy por hoy el líder con una agenda viajera de alcance más global, no solo de la historia china, sino también si la comparamos con la de otros líderes mundiales. Su capacidad de interlocución abarca los foros internacionales tradicionales y aquellos más recientes como el G20, el foro de alto nivel de los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai, entre otros. Además, resalta su participación en foros de carácter más innovador, como la cumbre de Wuzhen, en China (a lo largo del último lustro), donde abogó por la importancia de la dimensión global de la revolución digital, y en la Unesco, en París, en 2014, donde destacó la importancia de mantener y reforzar el intercambio y el diálogo entre culturas.

En este contexto de apertura al exterior, recuerdo el hito que fue la organización del histórico encuentro internacional denominado “El Partido y el Diálogo Mundial 2014”, y un año antes, la “Delegación Conjunta de Partidos Políticos y Medios Extranjeros”. En esas ocasiones en que tuve el honor de participar, se me presentó la ocasión de entrevistar a altos líderes chinos y a sus asesores (que han participado en el XIX Congreso del PCCh de octubre) y quienes me parecieron extraordinariamente informados, con un remarcable conocimiento del mundo, incluidos España, Europa y los países de habla hispana.

En segundo lugar, otro aspecto a resaltar son las grandes iniciativas internacionales lanzadas desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh de 2012 y que presentan una andadura muy positiva en el marco del XIX Congreso de octubre. Se trata de los megaproyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. La proyección intercontinental de la Franja y la Ruta atañe también a la seguridad y a la paz mundial, puesto que las rutas existentes y proyectadas atraviesan grandes zonas de Eurasia amenazadas por variados fundamentalismos no pacíficos.

En tercer lugar, la eficiencia en la práctica demostrada por el PCCh adquiere un gran significado en una era de cambio acelerado, en la que varias de las verdades comúnmente aceptadas en Occidente las relativiza cada vez más la realidad. China mantiene su curso, mientras otros grandes países actúan más lentamente, reniegan de sus políticas o actúan divididos.

En cuarto lugar, cabe destacar el ámbito de la resolución de conflictos como resultado de un consenso negociado pacientemente, en el más puro estilo del Partido, ya sea en sus congresos, ya sea en su vida diaria. Por ejemplo, la paciencia estratégica desplegada por Beijing respecto al desarrollo nuclear de Corea del Norte, así como en las negociaciones para lograr el acuerdo nuclear de 2015 con Irán, son métodos realistas y eficaces que representan un gran aporte a la paz mundial.