Entrevista a José Luis Bernal, embajador de México en China
Por MICHAEL ZÁRATE
En febrero de este año, ante el Senado mexicano, el nuevo embajador de México en China, José Luis Bernal, señaló que su país estaba enfrentando retos inéditos a nivel internacional que exigían modificar el paradigma actual de sus relaciones con el exterior. Los cambios recientes en Estados Unidos están llevando a que muchas voces insistan en que México debe diversificar aún más sus relaciones económicas, sobre todo hacia mercados como el chino. El embajador Bernal recibió a China Hoy para hablar de los retos que supone el importante cargo que ocupa desde hace unos meses.
China Hoy (CH): A raíz de la política comercial que ha adoptado Estados Unidos, son muchos los que piden que México se acerque más a China. ¿Cómo ve México hoy a China? ¿Es la alternativa frente a las políticas de Washington?
José Luis Bernal (JLB): Con una población de más de 120 millones de habitantes, con un PIB que nos ubica en el lugar 15 entre las economías más grandes del planeta, México lleva varios años buscando cómo diversificar sus relaciones económicas a las diferentes regiones del mundo. Por ello, desde hace varios años es una política de México el dar una importancia estratégica a China, porque reconocemos la importancia que tiene este gran país como potencia ascendente, el lugar que ocupa en el mundo y que está destinado a jugar en un futuro, que es de primer orden.
China es el segundo socio económico más importante de México. Estamos recibiendo cada vez más inversiones y tecnología. El mercado chino es el tercero más importante para nuestras exportaciones y estamos generando nuevas fórmulas de cooperación para el desarrollo, técnica, científica, educativa y cultural, que llevaron a nuestros mandatarios a impulsar el establecimiento de la Asociación Estratégica Integral en 2013. China es un gran socio, no solamente por razones de coyuntura, sino por su importancia estratégica y de largo plazo. Contamos para ello con un gran andamiaje institucional, mecanismos de consulta y un diálogo político constante al más alto nivel.
CH: En septiembre llegará a China el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, quien ha dicho que con su visita se manda también la señal de que México sí tiene muchas alternativas comerciales. ¿A qué apunta su llegada?
JLB: México tiene evidentemente muchas alternativas comerciales, así lo demuestra el volumen de nuestro comercio exterior total, cercano a los 800.000 millones de dólares, y los acuerdos comerciales y de cooperación con más de 45 países. Cuando nos referimos a la diversificación, estamos hablando de en dónde encontramos el mayor crecimiento en los mercados de consumo ahora y en un futuro. En China hay una apertura creciente hacia nuevas regiones y hay políticas públicas dedicadas a que la población china tenga mayor acceso a los bienes de consumo, a través del ingreso y la distribución. México sabe que aquí están los mercados crecientes.
Las misiones comerciales, económicas, de inversión, las de compradores o vendedores persiguen el objetivo múltiple de allegar los mejores productos, de abrir nuevos mercados, de traer más tecnología, de invitar a nuevos actores para la inversión.
La instrucción que los presidentes Xi Jinping y Enrique Peña Nieto dieron en 2013, cuando empezamos la Asociación Estratégica Integral, fue que crecieran los intercambios a nivel de ministros. La misión que anunció el secretario de Economía buscaría este objetivo: el de diversificación económica, de acercamiento, de generación de nuevos contactos para el beneficio mutuo.
CH: En los últimos años, productos mexicanos como el aguacate van teniendo gran aceptación en China. La clase media china demanda cada vez más productos de alto nivel. ¿Cuál será la política que su gestión espera desempeñar al respecto?
JLB: Las exportaciones mexicanas de productos alimenticios alcanzan más de 30.000 millones de dólares anuales. Somos un productor de enorme potencial en este sector y vemos que en China el mercado seguirá creciendo. Estamos negociando la firma de nuevos protocolos sanitarios para la entrada de productos. Vamos a impulsar las asociaciones con las empresas de distribución y, a nivel interno, estamos insistiendo en México que los productores creen nichos de producción. Estamos hablando de dedicar algunas regiones, algunos sectores, algunos segmentos dentro de la producción mexicana a lo que el consumidor chino demanda de manera específica. Lo hemos hecho con otros mercados en Asia y vamos a insistir en ello.
En esta diversificación que México busca, apuntamos a una mayor presencia de manufacturas de alto valor agregado en nuestro comercio bilateral. México ya es un importante proveedor de manufacturas, como lo es la producción automotriz, electrónica, de electrodomésticos, de equipos médicos y de aeronáutica, entre otros sectores de punta. Estamos incorporando tecnologías de diferentes países para mejorar la participación de insumos nacionales mexicanos en nuestras cadenas de valor.
Así que ciertamente queremos aumentar la venta de productos primarios, pero nos interesa aún más generar nuevos eslabonamientos productivos en los que haya mayor valor agregado en la producción mexicana que participa en los mercados internacionales. También buscamos dar un salto cualitativo en materia de servicios, en los que México es altamente competitivo.
CH: Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México, ha señalado que las exportaciones mexicanas a China se han estancado en los últimos cinco años. ¿Considera usted que mejorar esta situación es el mayor desafío de su gestión como embajador?
JLB: Cuando hablamos del comercio bilateral y vemos volúmenes de 75.000 millones de dólares, yo apuntaría a dos cosas: lo primero sería el tamaño de este comercio y, segundo, cuando vemos la distribución de exportación e importación, obviamente México aparece con un gran déficit comercial en esta relación bilateral. Pero el objetivo nuestro no ha sido necesariamente atacar cada balanza comercial en lo bilateral para tratar de que esté equilibrada.
Tenemos que ver la balanza comercial general. Hay muchos artículos que se importan de China que al llegar a México se incorporan a nuestros procesos productivos y se transforman en nuevos productos que van a ser exportados a otros países en cadenas de valor. En muchos de esos casos el resultado final es positivo para México, no solamente por la manufactura dentro del país, sino por la generación de nuevos canales de comercio exterior hacia otros países.
CH: ¿Qué opinión le merece la Iniciativa de la Franja y la Ruta? ¿De qué manera podría México participar?
JLB: Hemos venido observando con gran interés esta iniciativa muy importante del presidente Xi Jinping y que ha tenido una gran aceptación a nivel mundial. En México vemos que puede tener varios impactos a nivel global, regional y nacional en materia de cooperación internacional. ¿Cómo puede México incorporarse al no ser un país geográficamente continuo? Con el impacto global van a surgir nuevas fuentes de demanda de productos. Va a haber generación de nuevas exportaciones, nuevos mercados, y allí es donde México y otros países de América Latina pueden participar.
En este gran proyecto tenemos que recuperar, de alguna manera, lo que fue esa otra gran ruta marítima: la del “Galeón de Manila”, también llamado “Nao de China”, que unió originalmente a China con la Nueva España (lo que es ahora México), a través de Filipinas.
¿Y cuál es el papel que México podría jugar en esta gran iniciativa? Ser centro logístico mundial para conectar Asia-Pacífico con las Américas, porque ya tenemos la conectividad. Estamos mejorando la infraestructura para conectar a México con el resto del mundo de manera más eficiente y para servir de puente entre regiones, dadas nuestras reconocidas pertenencias múltiples.
CH: La Alianza del Pacífico –de la cual forma parte México– ha establecido como prioridad el mercado chino para sus objetivos turísticos. ¿Qué medidas espera impulsar para la llegada de más turistas chinos?
JLB: La Alianza del Pacífico es un mecanismo de integración regional muy innovador en cuestiones de comercio, acumulación de reglas de origen, inversión, educación, transporte y muchos otros sectores, y ciertamente los cuatro países –Colombia, Chile, Perú y México– tenemos grandes polos de atracción turística. México es en sí una gran potencia turística. Recientes estadísticas globales indican que México ya es el octavo país que más turistas recibe en el mundo.
Asia-Pacífico, y en particular China, es un objetivo prioritario. Recibimos el último año cerca de 120.000 visitantes de China. Es un buen número, pero muy poco en relación con el total de ciudadanos chinos que viajaron a otros países. ¿Qué estamos haciendo? Mejorando la conectividad. El único país que cuenta con vuelo directo en América Latina hacia China es México, a través de AeroMéxico. Estamos abriendo también el mercado mexicano para la presencia de aerolíneas de China. En abril, por ejemplo, empezó a operar un vuelo de Guangzhou a la Ciudad de México. Esperamos que un segundo vuelo llegue en los próximos meses también a la Ciudad de México. Estamos mejorando las alianzas de nuestras aerolíneas con otras empresas internacionales, de manera que se mejore la conectividad.
Dentro de México seguimos mejorando la infraestructura y los servicios, y cada vez hay más mexicanos que estudian el idioma mandarín para recibir al visitante chino en su idioma. A nivel internacional, particularmente en China, estamos llevando a cabo intensas campañas de promoción de los destinos turísticos y de los numerosos atractivos de México. ¡Allá los esperamos!