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Mucha atención con la carne

Por LI YUAN

Feng Ping en la reunión de deliberación de la I Sesión del XII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
Un diálogo con Feng Ping, ingeniero jefe del Centro Chino de Investigaciones en Productos Cárnicos.

 

CHINA es el mayor productor de carne en el mundo. En 2012, su producción aumentó en 5,4%, llegando a los 83,84 millones de toneladas. Sin embargo, recientes casos han preocupado a la población. ¿Es segura la carne procesada con tecnología moderna y racional en el uso de aditivos? Sobre este importante tema conversamos con el ingeniero Feng Ping.

Tecnología moderna

de crianza

Según la forma tradicional de crianza en China, el engorde de los cerdos requiere de un año. Sin embargo, con la moderna tecnología, un cerdo de 3 meses puede tener un peso de 100 kilos. Por ello, en Internet se rumorea que “los cochinillos se ceban con hormonas de crecimiento o hipnóticos”, o que “comer carne de cerdo en China significa suicidarse”. Todo ello preocupa a muchos cibernautas.

Feng Ping señala que la tecnología moderna de crianza consiste en la mejora de variedades de cerdo mediante el cruzamiento, el desarrollo de fórmulas de forraje, el control eficiente de enfermedades y la administración científica. Hace 50 años, no era una novedad que en países desarrollados, como Estados Unidos y los de Europa, un pollo engordara hasta 2 kilos en 45 días, que un cerdo después de nacido llegara a los 100 kilos en 140 días y que una vaca aumentara dos kilos en un día.

“La seguridad en la calidad es un requisito para el rápido crecimiento”, reafirma el ingeniero Feng. De acuerdo con las informaciones, el Gobierno chino no ha aprobado el uso de hormonas para acelerar el proceso de crecimiento de los animales. Esta práctica no solo elevaría en gran medida el costo de crianza del ganado, sino que también aumentaría el peligro de que padezcan una ascitis causada por una enfermedad cardíaca.

Es sabido por todos que la carne del ganado que rápidamente ha crecido no es sabrosa. El buen sabor depende de la grasa intermuscular. Si esta se distribuye igualmente con cuantiosas y finas fibras en un cerdo que crece en un largo periodo y con mucho movimiento, la carne resultará más rica. Sin embargo, el largo periodo de crecimiento puede incrementar el costo de crianza, y como consecuencia, aumentar el precio de la carne. A fin de satisfacer las necesidades de toda clase de consumidores, el mercado de la carne proporciona distintos productos, lo que va de la mano con la economía de mercado.

Desde 1990, nuestro país ha comenzado a aplicar la norma de crianza de pollos en diversas categorías: el pollo de engorde (de plumaje blanco) crece en 45 días, el pollo Sanhuang (de plumaje amarillo) en 70 días, el pollo Caoji en medio año, entre otros. Han aparecido también el “cerdo negro de Beijing” y el “puerco salvaje”, con diversos periodos de crecimiento. En la actualidad, la carne de cerdo negro comienza a predominar en el mercado de algunas regiones del país, lo que le da a la gente más opciones de consumo.

“Durante las últimas tres décadas, el sector de crianza se ha ido desarrollando con rapidez, lo que ha dado fin a la gran escasez de alimentos no básicos, y el mercado está lleno de productos como carnes, aves y huevos. Sin embargo, al mismo tiempo que se satisfacen las necesidades del pueblo, se queda a la zaga la popularización de ciencias, por lo que la gente no confía en las nuevas variedades”, considera Feng.

Ventajas y desventajas de los aditivos

Recientemente, los 10.000 cerdos muertos hallados en el río Huangpu, en Shanghai, estuvieron en el foco de atención de la opinión pública. A pesar de que las noticias aseguraban que los animales habían muerto “en condiciones naturales debido al frío”, se difundieron numerosos rumores, entre los cuales el más popular era que los cerdos se habían intoxicado por el arsénico.

Estados Unidos, Japón y muchos países latinoamericanos permiten el uso de arsénico orgánico como aditivo en la alimentación del cerdo, en aras de fomentar su crecimiento. Las Normas de Uso de Aditivos Medicinales en Forrajes, publicadas por el Ministerio de Agricultura de China, estipulan que el ácido arsanílico y la roxarsone pueden ser empleados como aditivos medicinales.

Feng Ping indica que los aditivos tienen notables efectos a la hora de aumentar el valor nutritivo de alimentos básicos para los animales, elevar su producción y asegurar su salud, así como en economizar los gastos y mejorar la calidad de los productos pecuarios. Al mismo tiempo, recalca que los Métodos de Examen para las Empresas de Producción de Forrajes y las Normas de Uso Seguro de Aditivos en Forrajes, publicados por el Ministerio de Agricultura, establecen claramente las disposiciones sobre la especificación y la cantidad límite de los aditivos.

Numerosos estudios realizados desde la década de 1990 demuestran que con el ácido arsanílico, el pollo puede aumentar en un 7%-8% su peso, y la tasa de puesta de huevos y el índice de supervivencia pueden elevarse en 5% y 3,5%, respectivamente; mientras que el incremento diario de peso del cochinillo y el del cerdo aumenta un 10,18%-27,96% y un 2,4%-15,39%, en cada caso. A la vez, las Normas estipulan la especificación, el uso y la cantidad de arsénico orgánico, y prohíben su uso en la gallina ponedora. Estas disposiciones, además de garantizar la seguridad de la crianza, corresponden con las características de dicho aditivo, que tiene baja tasa de asimilación y el 90% es eliminado en 48 horas por el animal a través de la orina, el excremento y el sudor.

El 20 de marzo pasado, la Oficina de Información del Ministerio de Agricultura se pronunció sobre el caso de los cerdos muertos. El Instituto Veterinario para el Examen de Forrajes de Shanghai examinó 30 muestras de tejidos de los puercos hallados en el río y no encontró arsénico.

A pesar de que la verdad ha sido esclarecida, los sectores académicos e industriales ya han pedido la prohibición del uso de arsénico. Algunos creen que el arsénico orgánico en estiércol porcino puede convertirse en inorgánico, lo que contamina el ambiente y perjudica la salud humana a través de la cadena alimentaria.

Algunos cálculos revelan que, según las normas oficiales del Ministerio de Agricultura en el uso de aditivos medicinales, un cerdo comercial consumirá unos 20 gramos de arsénico orgánico, con 6,5 gramos de elementos de arsina, y una porqueriza de producción anual de 10.000 cerdos comerciales expulsará 65 kg de esos elementos a la naturaleza.

Actualmente, ciertas provincias ya prohíben su uso. En 2005, Fujian publicó los Requisitos de Calidad Segura de Alimentos Porcinos, en los cuales se prohíbe el uso de arsénico orgánico.

En las investigaciones académicas de los últimos años se ha venido discutiendo cuáles son las ventajas y desventajas de los aditivos. Es probable que en la tecnología que ayer se creó, se descubran hoy defectos y mañana sea rechazada por la gente, tal como el clenputerol y el antibiótico.

En febrero pasado, el Ministerio de Agricultura promulgó dos circulares, el Plan de Control de Restos Medicinales en Animales y Productos Animales para 2013 y el Plan de Vigilancia de Resistencia a las Drogas en Bacterias de Animales para 2013, que se relacionan con el ganado, aves, abejas y productos acuáticos. El Gobierno chino actualiza con frecuencia las reglas.

Feng Ping dice que en la crianza de animales se pueden usar normalmente aditivos y antibióticos, pero que no se debe abusar. Es de conocimiento elemental que el antibiótico no puede emplearse por largo tiempo como medicina preventiva. Sería ideal que el sector de carnes use menos o no use aditivos mediante la mejora de la tecnología.

Una solución, el cambio de modelo de producción

La seguridad alimentaria es un tema importante para el mundo del siglo XXI. A pesar de que los países desarrollados han establecido normas rigurosas en la producción alimentaria y un estricto sistema de control de calidad, todos afrontan problemas, como el reciente escándalo de carne de caballo que se extendió por Europa.

“Ello me permitió observar no solo el problema de seguridad alimentaria, sino también la respuesta activa de los gobiernos de la Unión Europea, que adoptaron efectivos métodos de emergencia, como la publicación de informes, los cuales aliviaron la inquietud de los consumidores. Al mismo tiempo, la tranquilidad del público fue una muestra de madurez social”, manifiesta Feng.

En la actualidad, la producción de carnes de China se sitúa en el primer lugar del mundo, pero sus exportaciones no llegan al 1% de su producción total. Por el contrario, sus importaciones son cuantiosas. La razón reside, según Feng, en su atrasada forma de producción.

“Debemos observar estos últimos casos de inseguridad alimentaria ahora que China está experimentando un cambio en su modelo económico y social. Aparentemente, la razón directa se debe a los actos ilícitos de productores, pero lo primero que debemos hacer es resolver los problemas subyacentes de la transformación del modelo de producción agrícola, es decir, de los cambios que van de la expansión en la cantidad al beneficio de la calidad”, explica Feng, quien añade que las ciudades y regiones con buena situación económica deben desarrollar gradualmente alimentos congelados, frescos y preprocesados. Además, lo más importante es cambiar la forma de producción, pues la producción segura es prerrequisito de una alimentación segura.

El Gobierno Central hizo un llamamiento este 2013 para estimular y apoyar la transferencia de los derechos de gestión de tierras por contrato a las familias dedicadas a la producción especializada a gran escala, las granjas familiares y las cooperativas campesinas. Esta política ayudará a eliminar las dificultades en la crianza de pequeña escala y mejorar la seguridad alimentaria.

“Garantizar la seguridad alimentaria es un tema de largo plazo. Se debe combinar, bajo un orden legal, el conocimiento de los consumidores, el control de calidad por parte de los productores, la supervisión de la opinión pública y la administración eficiente del Gobierno, con el fin de fomentar el desarrollo sano y sostenible de la industria alimentaria, permitiendo que el pueblo coma con seguridad y tranquilidad”, subraya Feng Ping.

26 de abril de 2013. Un trabajador del Centro de Inspección y Cuarentena de los Animales de la ciudad de Fuqing, Fujian, en un criadero de gallinas. Fotos de CFP