El muro biombo, generalmente construido detrás de las puertas para impedir las miradas de afuera, es un elemento frecuente en la arquitectura tradicional china. La Pared de Nueve Dragones pertenece a este tipo de muro. A nivel nacional solo existen tres Paredes de Nueve Dragones antiguas en China, sin embargo, la que está ubicada en el parque del Palacio de Invierno de Beijing se destaca en el país no solo por ser una representativa obra artesanal de cerámica esmaltada sino también por el hecho de que es la única con sus dos lados cubiertos por azulejos vidriados.
Con casi seis metros de alto, 25,52 metros de largo y 1,6 metros de ancho, la pared, construida en 1756 (21º año del reinado del emperador Qianlong de la dinastía Qing), cuenta con 18 dragones grandes en siete colores distribuidos armoniosamente en ambos lados (9 en cada lado). El muro fue elaborado con ladrillos gruesos sobre una base de piedra blanca y está cubierto por 424 azulejos de cerámica barnizada policromada, cuya parte superior refleja el diseño del techo del pabellón imperial. En cada uno de sus lados se contempla los nueve dragones grandes que vuelan entre las nubes o las olas del mar y juegan con sus gigantescas perlas.