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2012-March-1 14:58

Cinco días de viaje por Arxan

Por LU XIAN

El Lago Celestial de Arxan. CFP

Arxan forma parte de la jurisdicción de la Liga de Hinggan en la región autónoma de Mongolia Interior. Ubicada entre las montañas Hinggan Mayor, se encuentra rodeada por cuatro extensas praderas, las de Hulunbuir, Xilingol, Horqin y Mongolia. Más allá de su tradicional agricultura nómada, su posición geográfica le otorga un notable potencial turístico, pues reúne fuentes termales, selvas, prados, volcanes, humedales de montaña, ríos y lagos de barrera. Arxan se ha convertido, desde hace un buen tiempo, en un destino necesario dentro de mis planes de viaje. De ahí que, a finales de julio de 2011, mi marido y yo detuviéramos nuestro intenso ritmo de trabajo para dirigirnos hacia allá en nuestro propio automóvil.

Partimos de Beijing por la mañana y el mayor tiempo lo pasamos en la autopista. A las 3 de la tarde, en la ciudad de Xilinhot, empezamos a divisar rebaños de ovejas, vacas y caballos en la pradera, junto a la carretera.

A eso de las 6 de la tarde llegamos a nuestro primer destino, el poblado de Uliastai, en Dong Ujimqin Qi, donde nos enteramos de que era el último día del tradicional festival mongol Naadam, que se celebra anualmente. Si bien no tuvimos la suerte de tomar parte en éste, sí pudimos experimentar el buen ánimo reinante, pues casi todos los hoteles estaban copados, a pesar de la alza en las tarifas. Al final, conseguimos alojarnos en la última habitación disponible de un pequeño hotel.

El impresionante campo de flores de colza en las afueras de la ciudad de Arxan. CFP

Al día siguiente, nos dirigimos a la ciudad de Arxan por la carretera provincial 303. El paisaje era tan impresionante que nos detuvimos varias veces a tomar algunas fotos. Debido a las recientes lluvias, la pradera lucía exuberante. Frecuentemente veíamos manadas de caballos bebiendo a orillas de la laguna, vacas pastando y ovejas esparcidas por esa “alfombra verde”, como si fueran pelotas de algodón. Muchas veces tuvimos que detener el auto, pues los rebaños cruzaban la carretera con tal parsimonia que era como si se sintieran los dueños del prado.

Al cabo de nueve horas de recorrido por la carretera 303, viramos hacia la 203. El tramo entre Ulanhot y Arxan ha sido recientemente rehabilitado, por lo que pudimos transitar muy rápido por aquella vía de 200 km. El cielo amenazaba con llover y, bajo las nubes oscuras, la vasta pradera lucía más esplendorosa. A las 7 de la noche llegamos a Ulanhot, donde pudimos hospedarnos en un hotel cercano a la estación de trenes, cuyo estilo era muy peculiar y su apariencia se asemejaba a una yurta mongola. Frente a la estación descubrimos un restaurante de olla mongola, de la famosa cadena Little Sheep. No dudamos en ingresar para matar el hambre.

Los bosques de Arxan durante el otoño. CFP

La llegada a la “Luna”

En nuestro tercer día llegamos al mediodía a la zona paisajística del Parque Forestal de Arxan. Poco después de que emprendiésemos el camino comenzó a llover a cántaros, aunque al tomar la carretera Moguqi-Arxan, el cielo se había vuelto a despejar, lo que realzaba el esplendor del verde prado. El parque recibe el nombre de Arxan, pero atraviesa no sólo esta ciudad, sino también el poblado de Chaihe, que está bajo jurisdicción de la ciudad de Zhalantun, por lo que, en realidad, debería llamarse la Zona Turística Arxan-Chaihe.

El poblado de Chaihe se ubica al lado de la carretera Moguqi-Arxan, en medio de montañas y por donde zigzaguea un río. También se le conoce con el nombre poético de “Poblado de la Luna”, pues aquí hay un lago que tiene la forma de una luna llena. Si bien Chaihe no puede ser localizado en el GPS, sus atractivos turísticos –como humedales de montañas, bosques, lagos y el propio poblado– merecen ser visitados

A la 1 de la tarde, a través de la entrada de Chaiheyuan, pudimos ingresar al parque forestal, cuya superficie es de más 10.000 km² y cuenta con numerosos puntos escénicos cautivantes, muchos de los cuales aún no están debidamente desarrollados.

Nuestra primera parada es el lago Luming, que se ubica en el extremo de una ruta de gravilla de 1,5 km. El camino es tan estrecho que apenas permite que dos autos avancen a la vez, lado a lado. Afortunadamente hay pocos vehículos. Rodeado por montañas, el lago Luming presenta una amplia y sosegada superficie de agua. Su nombre se debe a que aquí frecuentemente se pueden divisar manadas de ciervos (luming significa “canto de ciervos”). Es, en suma, un lugar ideal para escapar del bullicio comercial de la ciudad.

La próxima parada es Shitanglin, un vestigio geológico formado por diversas erupciones volcánicas ocurridas durante el Período Cuaternario. Las rocas volcánicas, grandes y pequeñas, se encuentran por doquier e, incluso, están esparcidas en la laguna. Los pinos que crecen en las grietas de las rocas, cubiertas de musgo, gozan de una belleza muy peculiar.

Santanxia es el tercer punto de interés que visitamos. A través del valle de rocas ígneas pasa, de manera torrencial, el río Halaha, el cual da vida a tres estanques profundos y sosegados, Woniu, Hushi y Yuexin.

Shitanglin, formada por erupciones volcánicas ocurridas durante el Período Cuaternario. CFP

Caído del cielo

Posteriormente nos dirigimos al Lago Celestial de Arxan (el lago Tianchi), llamado así porque se encuentra en medio de montañas, como si fuera una lágrima del cielo dejada en la tierra. Se dice que de todos los “lagos celestiales”, el de Arxan es el tercero más alto. Para contemplarlo, hay que recorrer un sendero de 1.000 escalinatas. Cuando llegamos al mirador, a eso de las 5 de la tarde, no había ningún turista; sólo se escuchaba el piar de los pájaros y el sonido de la brisa en contacto con la hierba. El lago parecía una preciosa pieza de jade, donde se reflejaban los pinos y cipreses. Fue una lástima que desde el mirador no se pudiera contemplar el paisaje panorámico. Sin embargo, la puesta del sol, el lago y el sendero bajo los rayos dorados constituyeron nuestro propio paraíso, propio de un cuento de hadas.

Justo antes de que anocheciera, decidimos aproximarnos a los lagos Xianhe y Dujuan para apreciar el crepúsculo. En el Xianhe tampoco encontramos turistas, pero las viviendas simples y antiguas localizadas en sus orillas nos trajeron a la memoria la vida de los pastores.

El Dujuan es un lago enorme y de agua corriente. Durante la primavera, sus orillas se cubren de azaleas florecientes; de ahí su nombre, pues dujuan significa “azalea”. Paseamos algunos minutos alrededor del lago, el cual reflejaba el deslumbrante arrebol. Las montañas, a lo lejos, se iban oscureciendo, mientras algunas balsas de bambú flotaban en el agua, lo que componía una escena maravillosa.

Con el pie izquierdo

A las 8 de la mañana, en el cuarto día de nuestro periplo, nos dirigimos al Lago Celestial Tuofeng. Al igual que en el de Arxan, tuvimos que ascender una montaña durante unos 20 minutos para lograr la mejor vista panorámica. Al hacerlo descubrimos, con bastante sorpresa, que la forma del lago se asemejaba mucho a la de un pie izquierdo. Los frondosos árboles de las montañas se reflejaban en el agua, por lo que imaginamos lo espectacular que debía ser el paisaje en otoño, justo cuando las hojas se vuelven rojas y amarillas.

En el camino de regreso visitamos el Gran Cañón, formado por una corriente de lava y una erosión que datan de hace miles de años. De norte a sur, el cañón muestra la forma de una “W”, de 11 km de longitud. Su anchura varía de 30 m a 150 m y su profundidad, de 30 m a 130 m.

Una vez que dejamos el Parque Forestal de Arxan comenzamos el viaje de vuelta. Al pasar por el poblado de Chaihe, rodeado por colinas y aguas verdes, su pintoresco paisaje nos atrajo a tomar muchas fotos. Disfrutamos tanto de la belleza de sus humedales de pasto, de sus tradicionales viviendas y de sus grandes árboles que, por un momento, nos olvidamos de que debíamos regresar a casa.

Después de descansar una noche, pasamos todo un día en el auto. En esos cinco días llegamos a conducir 3.300 km, pero escapar de la monotonía de la ciudad y encontrarnos con la naturaleza resultó ser un verdadero reposo para el alma.

Consejos de viaje:

El trayecto de Beijing a Arxan es de 1.300 km, parte de los cuales son autopistas con peaje (las autopistas nacionales se indican con la señal “G” y las carreteras provinciales, con “S”).

La temporada alta en Arxan va desde finales de mayo hasta finales de septiembre. El Parque Forestal de Arxan es una zona paisajística a nivel nacional de categoría “AAAA”. La entrada es de 180 yuanes por persona y 20 yuanes por el automóvil.

Se aconseja llevar pantalones largos y zapatillas para protegerse de las picaduras de insectos y de cualquier corte que pueda producirse con las plantas. Los paraguas e impermeables son también necesarios, ya que en la zona montañosa el tiempo es sumamente impredecible.

Sus fuentes minerales figuran entre las mejores del mundo. Hay más de 100 fuentes de diversas temperaturas y con una gran variedad de propiedades.

 

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