Por ÁNGEL SÁNCHEZ DUEÑAS*
China considera su iniciativa de la Franja y la Ruta como uno de los proyectos de gran magnitud y su mejor contribución para la reactivación económica y el desarrollo de las naciones. Hoy esperamos con gran expectativa los avances logrados en la implementación de la iniciativa y las oportunidades que esta brinda a la región y al mundo.
La iniciativa de la Franja y la Ruta es una propuesta de comercio e infraestructura planteada por China para vincular a Asia con Europa, África y América Latina, de manera tal que se promueva el entendimiento y se consolide la confianza estratégica, el diálogo y la cooperación entre nuestros países, con el fin de contribuir a la construcción de una comunidad de destino común.
El plan es conocido por sus siglas en inglés de B&R (The Belt and The Road) y su proyección simula las antiquísimas rutas de la seda que conectaron en antaño al continente europeo con el Lejano Oriente, y que en la actualidad otros actores, como las naciones latinoamericanas, pueden obtener también un rol protagónico.
Ganarse la confianza El Perú ve con gran expectativa este proyecto y lo considera integral, no solo en lo económico, sino también por su alto interés cultural para un mejor conocimiento de China, lo cual permitirá afianzar el comercio y las inversiones entre ambos países. Mientras más se conozcan los países, mejores negocios se podrán realizar. Es la mejor estrategia para ganarse la confianza del otro.
Se debe considerar que en el Perú hay 3 millones de personas descendientes de chinos (un 10 % de la población del país), la comunidad más grande de descendientes chinos en América Latina y la segunda en el hemisferio occidental, y donde existen sólidas asociaciones civiles de la comunidad china, como la Asociación Peruana Chino.
El vínculo que existe entre el Perú y China es más antiguo de lo que nos imaginamos. Existen vestigios de la presencia de la cultura Shang, que llegaron al Perú pasando por México. Se habla del grupo de minorías miao, que salió de China hace aproximadamente 3000 años.
También hay relatos históricos de la conquista del Perú por los españoles y con ellos los primeros chinos. En el siglo XIX los inmigrantes chinos realizaban viajes de varios meses para llegar a trabajar en campos de azúcar y algodón, especialmente en las plantaciones de la costa peruana. Se convirtieron en una mano de obra muy importante, sobre todo en el auge de la explotación del guano y el salitre, entre 1840 y 1870.
Existen restaurantes chinos en todos los barrios peruanos, y los llamamos chifas, producto de la combinación de los términos cantoneses “chi” y “fan” (吃饭), que significan “comer” y “arroz”, respectivamente. El término habría surgido en la década de 1930 entre los limeños al escuchar a los chinos utilizar la voz chifan como un llamado para comer en las fondas que ellos regentaban.
Los chifas en el Perú son restaurantes muy populares y sus platos forman parte de nuestra gastronomía desde el siglo XIX, tanto así que el jengibre en el Perú es conocido como kion.
*Ángel Sánchez Dueñas es presidente de la Federación de Periodistas del Perú.