BEIJING, 13 may (Xinhua) -- Algunos medios de comunicación occidentales han expresado sus repetidas dudas sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China, considerándola como la versión moderna del Plan Marshall. Es incorrecto trazar esta analogía.
Se pueden identificar enormes diferencias entre los dos al examinar detalladamente sus respectivos contextos históricos, propósitos y principios.
El Plan Marshall para la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial fue parte de los intentos de Occidente para controlar la expansión de la Unión Soviética. No obstante, la mentalidad y la estructura bipolar de la Guerra Fría no han encontrado resonancia con la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
China no está organizando ninguna alianza para hacer frente a ningún país. China busca obtener el desarrollo común de todas las naciones en vez de procurar ámbitos de influencia política.
Al contrario que el Plan Marshall, no se han impuesto condiciones políticas a los participantes en la iniciativa. China siempre ha abogado que los países deben respetar los derechos de cada uno de optar independientemente por su propio sistema social y camino de desarrollo.
El desarrollo de China se ha beneficiado de la comunidad internacional, y ahora, como la segunda economía más grande del mundo, el país asiático ha hecho sus contribuciones al desarrollo global.
La apertura y la integración se encuentran entre las características de la iniciativa, que da la bienvenida a la participación de todos los países y organizaciones internacionales. El Plan Marshall, sin embargo, excluyó a los países comunistas.
En términos de modelo de gestión, mientras que los países europeos occidentales tenían poco que decir en la implementación del Plan Marshall, China está intensificando las consultas de políticas con los socios.
China, que defiende el principio de consultas extensivas, contribución conjunta y beneficios compartidos, trabaja con otras partes para promover una mayor conectividad de políticas, infraestructuras, comercio, finanzas y pueblos.
Hay que tener en cuenta que la Iniciativa de la Franja y la Ruta no intenta reemplazar los mecanismos o plataformas de cooperación transnacionales existentes. Muy al contrario, se construye sobre las actuales bases para ayudar a los países a reajustar sus estrategias de desarrollo.
A juzgar por la excelente cosecha temprana, la iniciativa ha probado ser un método fiable para China y las partes involucradas a la hora de buscar el desarrollo común, mientras que el viejo modelo del Plan Marshall, caracterizado por la inversión intencional y ayudas con propósitos políticos, no se puede aplicar en una época de globalización e interdependencia económica.