George Steinmetz, colaborador habitual de la revista National Geographic durante más de 30 años, ha volado sobre los desiertos extremos del mundo en los últimos 15 años. Entre estos figuran el Sahara, el desierto de Arabia y el desierto de Taklamakán, mostrando así al mundo diversas áreas desérticas desconocidas.
El fotógrafo George Steinmetz trabaja más de 30 años en la revista estadounidense National Geographic. Durante este período ha contribuido con más de 40 temas de reportajes fotográficos y ha logrado numerosos reconocimientos, incluyendo dos primeros premios en ciencia y tecnología del World Press Photo en 1995 y 1998. Igualmente, ha sido galardonado con los premios Pictures of the Year, Overseas Press Club y Alfred Eisenstaedt Awards.
Su primer libro, African Air, recoge diez años de viajes sobrevolando África, en gran parte realizados en parapente motorizado. Desde entonces viene obteniendo un gran reconocimiento por sus fotografías aéreas.
En septiembre de 2016, el desierto de Kubuqi, a 800 km. de Beijing y ubicado en el oeste de la región autónoma de Mongolia Interior, atrajo la atención de George Steinmetz, quien se dedicó ocho días a fotografiarlo. Steinmetz, quien cuenta con una experiencia de 15 años en la fotografía aérea de desiertos y que casi ha volado sobre todos los desiertos extremos del mundo, ha logrado fotografiar la nueva imagen del desierto de Kubuqi, liberado de la pobreza. Con su especial visión, muestra al mundo un ejemplo vivo de cómo China ha emprendido la lucha contra la pobreza en el desierto.
Este es el séptimo mayor desierto de China y el hogar de cientos de miles de habitantes. Hace 30 años era una tierra estéril, conocida como el “mar de la muerte”, y los agricultores y ganaderos sufrían de las penurias amargas de la vida. Hoy en día, a través de la gestión científica, una tercera parte de esta área desértica de 18.600 km² se ha vuelto verde, y 100.000 agricultores y ganaderos han comenzado a emprender el camino hacia un mayor ingreso económico, lo que ha permitido que los habitantes del desierto se liberen de la pobreza.
Una casa antigua de más de 30 años está ahora rodeada de oasis verdes, testigos del arduo trabajo de la gente de Kubuqi.
En 1999 entró en funcionamiento la primera carretera construida por Elion Resources Group en el desierto de Kubuqi, lo que marcó la inauguración de la lucha contra la desertificación a gran escala. Hoy en día, la red de carreteras entrecruzadas permite un movimiento conveniente por el desierto.
En 2010 se inauguró el Puente del Río Amarillo Elion de Mongolia Interior, símbolo de la construcción del círculo económico a lo largo de dicho río en la región.
“El arte de la guerra” es una frase aplicada en el control de la desertificación, la cual consiste en dividir la zona en varias áreas mediante carreteras, y plantar árboles e hierbas a ambos lados de las vías.
Luego de ser trasladados del desierto, los agricultores y pastores viven ahora en aldeas nuevas y modernas, y se dedican al turismo, la cría de animales o se han vuelto eco-trabajadores. La diversificación de las oportunidades de empleo les ha hecho alcanzar una mejor situación económica, con un ingreso anual superior a los cientos de miles de yuanes, por lo que son conocidos como la clase del “cuello dorado” del desierto.
El camello fue alguna vez el único medio de transporte en el desierto. Hoy se ha convertido en un vehículo que exhibe la belleza ecológica.
Los oasis originales y hermosos constituyen nuevas opciones para turistas y aficionados a los vehículos todoterreno, y como sede para algunos eventos deportivos.
Hasta el momento, la superficie de reforestación de Kubuqi es de más de 6000 km², y la de reparación, de más de 11.000 km²
El árbol sagrado del desierto sigue siendo el tótem en el corazón de la gente de Kubuqi. Aquí está el mayor oboo (montículos de madera, piedra o tierra para rendir culto a los dioses locales) del mundo. El árbol sagrado y el nuevo oasis en el desierto nos enseñan que nadie será abandonado por la tierra si tiene un sueño y mantiene la fe.
El lago Qixing (Siete Estrellas) de Kubuqi, donde se ve la belleza del agua y la fertilidad de la tierra.
Los esfuerzos y logros en la lucha contra la desertificación en Kubuqi han sido ampliamente reconocidos por la comunidad internacional, pues han servido de buen ejemplo para el control global de la desertificación. El Foro Internacional de Desiertos de Kubuqi, el único de su tipo en el mundo, decidió que el lago fuera su sede permanente. En 2013 se estableció el Centro de Conferencias del Foro Internacional de Desiertos de Kubuqi.
El Jardín Botánico de Arena de Kubuqi cubre una superficie de 5000 mu (333,33 hectáreas), y alberga más de 500 especies de plantas de arena y xerófilas locales o introducidas de otras partes del mundo.
El Banco de Germoplasma Elion cultiva más de 1000 tipos de semillas resistentes al frío, la sequía y la salinidad.
La restauración ecológica natural en las dunas, donde crecen árboles y se ha reducido la arena, ha permitido la mejora del entorno ecológico.
Anualmente se llevan a cabo operaciones de siembra aérea, lo que permite que el desierto de Kubuqi vuelva a tener una “vida verde”.
Elion Resources Group utiliza los recursos solares del desierto para desarrollar la industria fotovoltaica ecológica, la cual combina el “control de la arena + la generación de electricidad + el cultivo de plantas + la crianza de animales + la reducción de la pobreza”.
Los agricultores y pastores que viven en los 18.600 km² del desierto de Kubuqi son testigos directos y los mayores beneficiarios de la lucha contra la desertificación y de los esfuerzos por eliminar la pobreza desde hace más de 20 años.