Por Liz Vargas
La realización por estos días iniciales de marzo de la Asamblea Popular Nacional y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, conocidas como las Dos Sesiones, despierta los análisis sobre temas esenciales en la vida y el desarrollo de la sociedad china. El XIII Plan Quinquenal, la campaña para la reducción de la pobreza, la portección del medio ambiente, Una Franja y una Ruta, entre otros.
Aún permanece fresca en la memoria del mundo la propuesta realizada por el presidente chino Xi Jinping en septiembre de 2013 cuando introdujo el concepto de la "la Franja Económica de la Ruta de la Seda" durante su visita a Kazajistán. El presidente sugirió que China y Asia central cooperaran en esa franja. Un mes después propone la "Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI" entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). Momento clave resultó noviembre de 2013 cuando en la Tercera Sesión Plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China Xi, pidió acelerar los enlaces de infraestructura entre los países vecinos y facilitar la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
China lidera el proceso de globalización mundial despertando la Ruta de la Seda una vía para el intercambio entre Oriente y Occidente en el que todos ganan. Autopistas, líneas ferroviarias y rutas aéreas han tomado vida durante estos años dando vitalidad a las antiguas conexiones. Las regiones chinas han integrado recursos, políticas y mercados para conectarse con el mundo exterior en la era moderna donde las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental.
Desde diciembre de 2013 cuando el presidente chino propuso una planificación estratégica de la Iniciativa de la Franja y la Ruta para promover la conectividad de infraestructura y construir una comunidad de intereses comunes hasta la actualidad extensas oportunidades de negocios recorren Asia hasta alcanzar Europa. Decisivo fue el aporte de 40.000 millones de dólares por parte de China para establecer un Fondo de la Ruta de la Seda para financiar proyectos de la Franja y la Ruta en noviembre de 2014. Tal decisión creó confianza en los países de la región interesados en sumarse al camino del desarrollo.
En mayo de 2015 China y Rusia acuerdan en Moscú integrar la Franja Económica de la Ruta de la Seda con la visión rusa de una red de comercio e infraestructura en Eurasia. Luego con la llegada del 2016 China y Arabia Saudí, Egipto e Irán acuerdan expandir la cooperación en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Empieza la operación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), un banco multilateral propuesto por China. Ese propio año durante las visitas de Xi, China acuerda con Serbia, Polonia y Uzbekistán elevar la cooperación en la Franja y la Ruta.
Actualmente más de 70 países y organizaciones internacionales están participando en la construcción de la Franja y la Ruta. Las empresas chinas han invertido 14.000 millones de dólares en países a lo largo de la ruta y han creado cerca de 60.000 empleos locales.
Los caminos reviven y los intercambios económicos crecen a una velocidad vertiginosa. Millones de hombres y mujeres confían en el futuro cierto de la Franja y la Ruta porque es un proyecto en el que todos ganan. China desea compartir con el mundo sus éxitos y su enorme capacidad productiva. Este es un viaje de ida y vuelta para hermanar pueblos y conquistar el bienestar colectivo. Una franja de prosperidad y una ruta de paz y bienestar se abren ante los ojos del mundo.