Por MICHAEL ZÁRATE
El embajador de Chile en China durante la entrevista con China Hoy. Dong Ning
Este 2016 se cumplen diez años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre China y Chile, un hito importante ya que se trató del primer TLC que China firmó con un país de manera individual. China Hoy quiere hacer un balance del comercio bilateral y para ello conversamos con el embajador de Chile, Jorge Heine, quien nos da también sus perspectivas respecto al futuro de la economía china.
China Hoy (CH): En estos últimos diez años, desde la firma del TLC, el comercio entre China y Chile se ha cuadruplicado, y hoy China representa ya el 25 % del comercio exterior chileno.
Jorge Heine (JH): Exacto. Uno de cada cuatro dólares que Chile recibe por concepto de exportaciones proviene de China, lo cual es interesante porque poco antes de que se firmara el TLC hubo un estudio que decía que las exportaciones de Chile iban a crecer apenas un 3 %, mientras que las importaciones desde China iban a subir un 15 o 16 %, y eso no ha sido así. Las exportaciones chilenas han tenido un aumento de un 15 o 16 % anual durante estos diez años, y las importaciones chinas también han crecido de manera muy saludable. De modo que ha sido un buen acuerdo para ambas partes.
Stand de vino chileno.
CH: Se trató del primer TLC que China firmó con un país de manera individual. Como toda decisión pionera, este TLC seguramente debió haber enfrentado temores y reticencias. ¿Cuál era la situación en Chile en aquel entonces? ¿Qué se comentaba?
JH: Acá hay dos temas. El primero es la política de comercio internacional de Chile que ha tenido varios elementos. Uno de ellos ha sido la búsqueda de TLC bilaterales o multilaterales con el resto del mundo. Eso era algo muy controversial en aquel entonces. Había gente que creía que no era una buena idea, pero Chile optó por orientarse hacia el Asia. El segundo tema es el caso particular de China. Como es sabido, China tiene un comercio muy vigoroso y tiende a tener superávits comerciales con la gran mayoría de países. Esto era una preocupación muy seria en Chile. Sin embargo, el TLC terminó siendo una apuesta correcta y hasta el día de hoy tenemos un superávit comercial. Hoy debemos buscar formas de seguir perfeccionando y profundizando este acuerdo.
CH: Precisamente, ambos países vienen negociando hoy una profundización del TLC. ¿Qué aspectos que se están discutiendo destacaría usted?
JH: Hay una cantidad de disciplinas que no estaban incluidas en el TLC de 2005. Por ejemplo, las compras gubernamentales, los servicios financieros, el comercio electrónico. Esto último es un buen ejemplo. Hoy en Chile se está comprando mucho por medio de AliExpress, un brazo de Alibaba. Para esta última Pascua llegaron a Chile cuatro millones de paquetes de Asia, de los cuales dos millones procedieron de China, la gran mayoría de AliExpress. Esto tiene que ser incorporado dentro de las normas de comercio internacional, lo cual hasta ahora no está. Lo mismo ocurre con diversos servicios financieros. Hay una cantidad de aspectos en que queremos fortalecer nuestros vínculos comerciales con China.
CH: Usted es un defensor del potencial del sector alimentario chileno en China. Ha dicho que debe ser “la gran apuesta-país”, teniendo en cuenta que Chile seguirá siendo un país minero. ¿De qué manera el TLC encaminará esa “apuesta-país” para, de algún modo, “descobrizar” la relación comercial?
JH: El TLC ha sido fundamental para esos efectos. En primer lugar, Chile ha estado dedicado a la exportación de fruta fresca y otros alimentos desde fines de los 70. Chile ha desarrollado un expertise. Pero hay gente que cree que el exportar fruta fresca no es añadir valor al producto, y que se debe, por ejemplo, convertirla en jugo o ponerla en lata de conserva. Me parece un enfoque profundamente equivocado. Exportar fruta fresca es un proceso que añade enorme valor al producto porque implica cosecharlo, empacarlo, luego embarcarlo y que el producto termine de manera presentable y sana en un anaquel de supermercado. No es algo fácil y Chile tiene el expertise necesario. Y si a eso se le añade que esas frutas y otros productos alimenticios entran a China pagando arancel cero, es una ventaja comparada que Chile tiene sobre sus competidores en el rubro. El TLC ha sido fundamental y ha tenido un impacto muy positivo en todas las exportaciones de Chile hacia China. En 2005 la cifra era de 90 millones de dólares y hoy estamos en 1200 o 1300 millones. Ha crecido un 70 % anual, lo cual es una cifra muy potente.
CH: Usted habla de fruta fresca. Chile es el segundo mayor exportador de fruta fresca a China. De hecho, fue el primer proveedor de arándanos y cerezas frescas en 2015. ¿Cuán importante ha sido el factor China para que, por ejemplo, la agricultura chilena crezca al 6 %?
JH: Ha sido fundamental. El hoy ministro de Agricultura de Chile, Carlos Furche, es un hombre que conoce muy bien China, pues cuando fue director de relaciones económicas internacionales de la Cancillería fue el que negoció el TLC con China. En su última visita a Beijing, en enero de este año, conversamos que la economía chilena estaba creciendo alrededor del 2 %, mientras que el sector agrícola lo hacía al 6 %, tres veces más. Una de las razones es la gran demanda china. Esto no se da solo en fruta fresca, sino también en el caso del vino. En 2015 China pasó a ser el mercado número uno del vino chileno, desplazando al Reino Unido. Entonces, este es un fenómeno bastante transversal.
Stand de Chile en la XX Feria de Pesquería de China.
CH: ¿Cuáles son los temas que a usted más le interesan del recientemente aprobado XIII Plan Quinquenal de China?
JH: Lo que más me ha llamado la atención ha sido la apuesta de China por la innovación, y cómo esta ha sido identificada como el motor del crecimiento de la economía china en los próximos cinco años. Durante mucho tiempo ha habido la visión de que en China no hay mucha innovación, de que las empresas chinas son buenas para copiar productos, pero yo personalmente creo que eso está cambiando. Y lo vemos en una serie de productos como, por ejemplo, en los trenes de alta velocidad, o en Huawei, que está muy a la vanguardia en telefonía. Pero no solo en términos de productos, sino también de procesos. El comercio electrónico en China y todo lo que hace Alibaba están en la punta y están innovando fuertemente ya en comercialización. La apuesta de China por la innovación es una apuesta muy interesante. No sabemos si resultará. Esperemos a ver qué es lo que pasa.