BEIJING, 19 may (Xinhua) -- Mientras algunas potencias se dedican a buscar supuestos culpables y crear cortinas de humo de sus propias responsabilidades en medio de la pandemia de neumonía COVID-19, China evidencia una vez más su solidaridad con las naciones más afectadas y ratifica que está dispuesta a asumir un papel decisivo en la respuesta mundial contra el nuevo coronavirus.

La 73ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), que se celebró del 18 al 19 de mayo de manera virtual, se anunció que el desarrollo y despliegue de la vacuna china para la neumonía COVID-19 será un bien público global cuando esté disponible, lo que abre las puertas a que el remedio pueda estar al alcance de todas las naciones, tanto las ricas como las menos desarrolladas.

Los científicos coinciden en que contar con una vacuna resulta clave para volver a la normalidad. De ahí que se dediquen los mayores esfuerzos en este campo. Sin embargo, no todos han actuado con igual transparencia.

Recientemente se hizo público que Estados Unidos trabaja en una vacuna desde el 11 de enero, una fecha anterior al propio aislamiento de la ciudad de Wuhan, donde primero se reportó el virus. La noticia confirma que la parte estadounidense conocía el patógeno con antelación y confirma la falsedad de su campaña de acusar a China de haber ocultado información y encubrir la gravedad del asunto.

La postura china contrasta con la competencia desenfrenada y el interés económico mostrado por determinados países y empresas, al tiempo que es consecuente con el principio de poner a las personas por encima de cualquier interés económico o material, lo cual ha conducido el accionar de las autoridades desde el inicio del brote.

Sin presentar evidencia alguna, durante las últimas semanas han crecido los ataques contra China sobre sus supuestas responsabilidades en la propagación del virus y los llamados a que el país asiático pague por ello.

Las autoridades de Beijing han ratificado en más de una ocasión que no existen precedentes ni fundamentos de que un estado asuma responsabilidades por el simple hecho de ser el primero en reportar una enfermedad.

Mientras algunos países cortaron los fondos que aportaban a las organizaciones mundiales de la salud, China anunció en la sesión de la AMS que proporcionará 2.000 millones de dólares en un plazo de dos años para apoyar la respuesta a la neumonía COVID-19 y el desarrollo económico y social de los países afectados, especialmente los en vías de desarrollo. Asimismo, se comprometió a abordar con otros países miembros del G20 la iniciativa para la suspensión de los servicios de la deuda de los países más pobres.

Especial atención dedicó el país asiático a las naciones africanas, comprometiéndose en la Asamblea Mundial de la Salud a acelerar las labores para finalizar la sede del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, con el fin de ayudar al continente a aumentar su capacidades en este campo.

Aún en los momentos más críticos de la lucha contra el virus en China, el país nunca dejó de manifestar su solidaridad mediante envíos de recursos y especialistas a otras naciones afectadas. Ahora que la enfermedad se encuentra básicamente bajo control en el país, las autoridades han mostrado su voluntad de compartir con el mundo las capacidades creadas.

En la AMS se anunció que China cooperará con la ONU para construir en su país un depósito y un centro de respuesta humanitaria global, con vistas a garantizar la cadena de abastecimiento de insumos antiepidémicos y fomentar las "vías rápidas" de transporte y despacho aduanero.

Todas estas decisiones de China llegan en momentos en que la pandemia de COVID-19 avanza a nivel internacional. El domingo pasado se superó por primera vez la cifra de 100.000 contagios en un solo día, elevando el total mundial de casos confirmados por encima de los cuatro millones.

En medio de tan adversas circunstancias, adquiere aún más relevancia la visión china de una comunidad de futuro compartido para la humanidad, así como los constantes llamados del país asiático a aumentar la cooperación internacional y hacer un frente unido contra la pandemia.