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La crisis glocal del coronavirus y expectativas económicas en América Latina

Source:China Hoy Author:ENRIQUE DUSSEL PETERS*
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Desde que se dio a conocer la irrupción del coronavirus (2019-nCoV o CV) a finales de enero en la provincia de Hubei y en su capital Wuhan, de unos 60 y 11 millones de habitantes, respectivamente, su posible efecto económico –en China y globalmente– ha sido un tema de creciente interés.

Para ello es importante conocer algunas de las características del CV. Por un lado, si bien hasta el lunes 10 de febrero se habían confirmado en China más de 40.000 casos en la parte continental de China y más de 900 decesos (con un lento y creciente proceso de infecciones fuera de China y en 24 países por el momento, ninguno en América Latina por el momento). La tasa de mortalidad –muertes por infectados– es cercana al 2 % y muy por debajo de otros virus como el SARS, MERS y el A (H1N1); otra característica inusual del CV es su alta variación en el período de incubación, de tres hasta 24 días, período en el cual en muchos casos los portadores no necesariamente reflejan síntomas específicos (China Daily, 10 de febrero). El principal reto, sin embargo, radica en su rápida expansión y su impacto, además de que no existe un tratamiento en la actualidad (y con suerte hasta en seis meses): ya hasta el 10 de febrero habían muerto más personas por el CV que por el SARS. La principal incertidumbre radica en hasta cuándo se esperaría que el crecimiento de los infectados llegue a su pico: a principios de febrero diversos especialistas esperaban que el punto de inflexión fuera a mediados de febrero –lo cual resulta iluso actualmente– y otros planteaban el máximo hasta marzo o incluso después. Aerolíneas como Cathay Pacific de Hong Kong y otras en Estados Unidos, por ejemplo, han prácticamente suspendido los vuelos transpacíficos hasta finales de marzo, con lo que los escenarios para definir el impacto económico pudieran ser muy superiores a los inicialmente esperados.

Será igualmente importante conocer cómo se mantendrán las fuertes medidas por parte del sector público chino: inicialmente se buscó ampliar por algunos días las festividades del Año Nuevo chino, además de la cuarentena en más de 15 ciudades chinas, particularmente en la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, aunque no existe certeza de cómo se mantendrán estas medidas, y la forma como millones de pobladores de Hubei y Wuhan regresarán a sus lugares de procedencia después de haber salido para festejar el Año Nuevo chino. Algunas empresas, particularmente extranjeras y vinculadas con la cadena autopartes-automotriz con plantas en Hubei –como por ejemplo Bosch, PSA y Magna International– y en la parte continental de China (incluyendo BMW y Toyota), han decidido ampliar el cierre de sus plantas. La esperanza es que estas medidas impacten rápidamente en el crecimiento de la infección del CV.

Las drásticas medidas tomadas desde finales de enero por parte del sector público chino –contando con un amplio reconocimiento internacional y de la Organización Mundial de la Salud– y el reconocimiento de una “situación grave” sanitaria por parte del presidente Xi Jinping desde finales de enero, han afectado todos los ámbitos socioeconómicos de China, también a su economía.

Iniciales estimaciones a principios de febrero, por ejemplo de Gavekal Dragonomics, señalaban que en un escenario optimista –en donde el CV alcanzara su máximo de personas infectadas en febrero– el impacto en China se concentraría regionalmente y en el primer trimestre de 2020, que coyunturalmente es el trimestre de menor actividad económica: el impacto pudiera ser de un trimestre con crecimiento negativo y particularmente en sectores de servicios (construcción y transporte), así como en la manufactura; este escenario coincide con las previsiones iniciales del Fondo Monetario Internacional a inicios de febrero. Fundamental para la economía china, y global en 2020, será sin embargo si el impacto se concentra en el primer trimestre o si incluso va más allá: el 85 % de la construcción en China, por ejemplo, se realiza después del primer trimestre de cada año.

De igual forma, los principales afectados por el CV en Asia en el corto plazo han sido los países receptores de más de 150 millones de turistas chinos –Tailandia, Japón y Vietnam, por ejemplo– dado que uno de los principales efectos ha sido la práctica cancelación del turismo (tanto en grupos como en forma individual); en Asia el turismo chino representa entre el 30 %-50 % e incluso en Estados Unidos el 14 % del total. En estos países el impacto en el corto plazo será muy significativo. Por el momento solo algunas empresas como Airbus, Fiat Chrysler Automobiles y particularmente la planta de Hyundai en Ulsan, se han visto directamente afectadas, aunque es previsible que el impacto sea mayor en las siguientes semanas.

¿Y su potencial impacto en América Latina? A diferencia de la crisis del SARS en 2003, por ejemplo, el PIB chino global entonces apenas representaba el 4 % y es cercano al 16 % en la actualidad; es además el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe (ALC) –el primero de países como Argentina, Brasil, Chile y Perú– y una fuente de inversión extranjera directa y de financiamiento significativa, como lo viene analizando con detalle la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China (Red ALC-China). Si bien el turismo chino todavía participa reducidamente en el turismo total de ALC, en países como Argentina, Brasil, Chile y Perú creció a tres dígitos durante 2015-2018. En caso de que la emergencia sanitaria en China y global se prolongue hasta después de marzo, el impacto será significativo y afectará la proveeduría de múltiples cadenas globales de valor: del calzado e hilo-textil-confección a la electrónica, telecomunicaciones y autopartes-automotriz; tan solo en 2018 las exportaciones de autopartes y de productos electrónicos de China a ALC fueron superiores a los 17.500 y 42.500 millones de dólares, respectivamente, y la postergación de sus importaciones las pudiera afectar en forma sustantiva. La caída del PIB chino en sectores como la construcción, de igual forma, ya ha repercutido en los precios de diversas materias primas como el petróleo y pudiera seguir haciéndolo en otros minerales.

La moneda, sin embargo, está en el aire.

*Enrique Dussel Peters es profesor del Posgrado en Economía y coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM.

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