EL oficio de fabricar fuegos artificiales en la ciudad de Liuyang, provincia de Hunan, se remonta a la dinastía Tang (618-907). Hace más de 1300 años, Li Tian del poblado de Dayao, en Liuyang, inventó los famosos petardos para ahuyentar a los espíritus malignos y expresar así el deseo de la gente de paz y buena suerte. Gracias a su invento, el nombre de Liuyang se convirtió más tarde en sinónimo de fuegos artificiales.