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La lucha contra el nuevo coronavirus

Source:China Hoy Author:XI WEN
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En diciembre pasado hizo su aparición en Wuhan un brote de un nuevo coronavirus (COVID-19). Para frenar el avance de esta nueva cepa, el Gobierno chino decidió poner en cuarentena a dicha ciudad el 23 de enero, mientras que 31 provincias, regiones autónomas y ciudades subordinadas directamente al Gobierno central del país, incluidas Beijing y Shanghai, adoptaron estrictas medidas de prevención y control. La situación también ha suscitado la atención de la comunidad internacional.
10 de febrero de 2020. Pacientes hacen ejercicios bajo la instrucción de médicos en un hospital acondicionado de Wuhan. Xinhua
 
Sistema de prevención y control

 

Frente al nuevo coronavirus, el Gobierno ha movilizado a las fuerzas de toda la nación para combatir la epidemia. Siguiendo las directrices del presidente Xi Jinping, se ha establecido un sistema integral de prevención y control a múltiples niveles, con la ciudad de Wuhan y la provincia de Hubei como puntos clave, a fin de impulsar las labores de forma ordenada y transparente, alineadas, a la vez, con la información científica recabada.

 

Actualmente no hay medicamentos ni vacunas eficaces para hacer frente a las infecciones virales, por lo que recurrir a estrategias tradicionales de salud pública sigue siendo la medida más efectiva en pos del control de enfermedades contagiosas de esta índole. Según los datos médicos disponibles, la población aún es susceptible al nuevo coronavirus, de tal forma que controlar la fuente de infección y cortar la vía de transmisión se ha convertido en la opción más confiable y segura. En ese contexto, el aislamiento de la población de Wuhan responde a una situación sin precedentes en China, en la que el Gobierno ha actuado conforme a su rol y responsabilidad frente a una emergencia de salud pública.

 

Para controlar el flujo de personas desde la provincia de Hubei hacia otros lugares, incluyendo el extranjero, todas las provincias han iniciado una respuesta de emergencia de alto nivel que incluye rigurosos exámenes, con el fin de detectar y aislar tempranamente los casos importados y controlar las infecciones posteriores. Asimismo, las vacaciones de la Fiesta de la Primavera se extendieron por todo el país para reducir la tasa de rotación del personal en la mayor medida posible, y se alentó a las personas provenientes de las áreas afectadas a compartir su historial de viaje y mantener cuarentena en casa.

 

Si el Gobierno chino no hubiese tomado medidas decisivas y efectivas, la nueva epidemia del coronavirus podría haberse extendido incluso de forma más rápida a otros países, causando un mayor impacto en la seguridad sanitaria global y el desarrollo económico y social.

 

Apoyo total a Wuhan

 

Desde el brote, China ha aunado fuerzas y recursos para movilizar el aparato gubernamental y social.

 

Desde el Gobierno central se ha mantenido una alta vigilancia. Luego de que el número de infectados llegara a 200, el país activó un sistema de respuesta integral. El 20 de enero, el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang instruyeron a la Comisión Nacional de Salud Pública y a los gobiernos locales a establecer mecanismos de emergencia para enfrentar el brote. El 25 de enero se estableció un grupo directivo del Comité Central del Partido Comunista de China para afrontar la epidemia liderado por el mismo Li Keqiang, quien además visitó Wuhan el 27 para inspeccionar la zona.

 

La provincia de Hubei cuenta con 72 hospitales públicos de primer nivel y 942 instituciones médicas de distinto tipo, incluidos dos de los diez mejores hospitales generales del país. Asimismo, decenas de equipos médicos en todo el país se han apresurado a Wuhan para apoyar las labores contra la epidemia bajo la coordinación del Gobierno central.

 

Con el fin de satisfacer las necesidades de tratamiento de pacientes, el país construyó tres hospitales especializados de emergencia en tiempo récord. Entre ellos, el Hospital Central de Huanggang, con un total de 1000 camas, empezó a funcionar el 28 de enero, mientras que los recién construidos Huoshenshan y Leishenshan en Wuhan, de 34.000 m² y 79.900 m² de superficie, y 1000 y 1600 camas respectivamente, comenzaron a operar el 3 y 8 de febrero.

 

Al mismo tiempo, la ciudad de Wuhan no tardó en transformar algunos centros de convenciones en hospitales de cabina móviles con 4300 camas nuevas para el tratamiento centralizado de pacientes con síntomas leves. Según Wang Chen, vicepresidente de la Academia China de Ingeniería y presidente de la Academia China de Ciencias Médicas, abrir hospitales de “cabina cuadrada” (acondicionar otros recintos para que cumplan las funciones de un hispital) es una importante iniciativa de salud pública tomada por China, que puede resolver el problema de la propagación social del virus y tratar a un gran número de pacientes con enfermedades leves en un corto período de tiempo y a un costo mínimo. Para el 6 de febrero ya existían 13 hospitales de este tipo, con más de 10.000 camas.

 

La rápida movilización a nivel central ha acelerado el apoyo nacional a Wuhan y Hubei, que se encuentran en el epicentro del virus. El Estado ha destinado considerables recursos médicos que se necesitan con urgencia, como mascarillas, ropa protectora y medicamentos, mientras que el Ministerio de Finanzas ha asignado 1000 millones de yuanes en fondos financieros para la prevención y el control de enfermedades. Además, el Gobierno central también ha reunido una gran cantidad de alimentos y artículos de primera necesidad para garantizar la vida cotidiana de unos 10 millones de habitantes en Wuhan.

 

Unidos frente a la epidemia

 

La lucha contra la epidemia se ha ido acelerando en diversos lugares a lo largo y ancho del territorio chino.

 

Los gobiernos locales han implementado una serie de medidas de prevención y control, además de habérseles asignado las tareas de detectar y tratar a los pacientes infectados, y asegurar de que quienes hayan viajado a Wuhan durante los 14 días anteriores al “cierre de la ciudad” permanezcan aislados.

 

Debido a la brecha económica y social existente entre el campo y la ciudad, los habitantes de las zonas rurales poseen menos conocimientos en salud pública y habrían tomado menos resguardos ante el coronavirus. Muchos asistieron a fiestas y reuniones durante la Fiesta de la Primavera, lo cual podría aumentar la tasa de contagio en gran medida. Por lo mismo, los gobiernos locales han instruido guardar cuarentena durante dos semanas y restringir las salidas al mínimo.

 

Debido a las vacaciones y para garantizar el normal funcionamiento de muchas fábricas de productos de primera necesidad, fue necesaria la cooperación interprovincial de materias primas, recursos y finanzas, lo cual evidencia la dirección del Gobierno central, además de la solidaridad e intereses comunes de las regiones ante la actual crisis.

 

Las festividades de este 2020 fueron marcadamente menos animadas que en años anteriores. La gente se vio obligada a cancelar viajes, restringir sus salidas y cancelar reuniones familiares. Aun así, los 1400 millones de ciudadanos que integran China han sabido mantener la calma y el optimismo frente a esta difícil situación. A comienzos del brote se sintieron críticas que acusaban al Gobierno de una supuesta falta de transparencia. Sin embargo, desde entonces se han adoptado medidas efectivas y el Gobierno se ha esforzado por entregar la última información de manera oportuna y transparente, lo cual se ha traducido en un renovado respaldo.

 

China ha cooperado activamente con la comunidad internacional de manera responsable, informando a la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto a la situación en el terreno, con el fin de trabajar de manera coordinada y compartir información técnica, incluida la secuencia completa del genoma de algunas cepas del virus. Muchos países han agradecido estas medidas, destacando la cooperación y transparencia que ha desplegado China, además de haber aislado el coronavirus y realizado la secuencia genética de manera oportuna.

 

Con todo, aún hay muchas dificultades y desafíos por delante. El académico Zhong Nanshan, líder del grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Nacional de Salud Pública, quien hizo grandes contribuciones en la prevención y el tratamiento del SARS hace 17 años, señaló tres de los principales problemas actuales: 1) la escasez de recursos médicos en áreas infectadas; 2) el traspaso de pacientes para reducir la presión sobre determinados hospitales; y 3) la adecuada prevención y el control de infecciones del personal médico en los hospitales. Según Zhong, China ha hecho grandes avances en la prevención y control de enfermedades contagiosas graves desde que estallara el SARS hace 17 años, y enfatizó su confianza en que la neumonía a causa del COVID-19 pueda ser controlada de manera más efectiva con el fin de restablecer el orden social lo antes posible.

 

Hoy por hoy, el pánico puede ser incluso más dañino que la epidemia misma. El coronavirus se puede prevenir, controlar y curar. Como han señalado muchos extranjeros, China ha adoptado medidas eficaces en tiempo récord y ha desplegado su capacidad de ejecución como difícilmente lo podría haber hecho otro país en el mundo.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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