En diciembre pasado hizo su aparición en Wuhan un brote de un nuevo coronavirus (COVID-19). Para frenar el avance de esta nueva cepa, el Gobierno chino decidió poner en cuarentena a dicha ciudad el 23 de enero, mientras que 31 provincias, regiones autónomas y ciudades subordinadas directamente al Gobierno central del país, incluidas Beijing y Shanghai, adoptaron estrictas medidas de prevención y control. La situación también ha suscitado la atención de la comunidad internacional.