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El sueño chino de un estadounidense

Source: Author:MA LI
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Después de aprender chino, mi visión se ha vuelto más amplia. No solo me interesan las cosas de Carolina del Norte, también estoy acostumbrado a seguir las que suceden en el extranjero”, dice John Klump de 23 años y originario de Carolina del Norte, Estados Unidos. Fue el campeón del continente americano en el concurso “Puente Chino”. Después de estudiar chino por tres años en el Instituto Confucio de la Universidad del Sur de Florida, consiguió la Beca del Gobierno Chino para cursar una maestría en la Universidad de Economía y Comercio Internacional de Beijing. “Siempre me he interesado por la cultura china, sobre todo por su historia. La sucesión de dinastías fue muy impresionante para mí, y siento que leer la historia china es como estudiar una serie de relatos misteriosos”.

 

Klump asegura que para hacer realidad su sueño aprovechará al máximo sus oportunidades de estudiar en China, y saldrá a conocer diferentes lugares en las vacaciones. “No solo puedo cumplir mi sueño de seguir aprendiendo el idioma chino, sino también el de mi vida”.

 

John Klump en un tramo de la Gran Muralla.

 

La otra orilla del Pacífico

 

Klump nació en 1995 en un pueblo del estado de Carolina del Norte. “Poca gente de ahí estudiaba lenguas extranjeras. Todo el mundo se contentaba con vivir y trabajar en el mismo sitio, sin pensar en ir a conocer el mundo”. Antes de los 10 años, nadie le había mencionado a China ni su idioma. “De veras no sabía que acá, en la otra orilla del océano Pacífico, existiera un país llamado China”.

 

Luego de ingresar en la escuela secundaria, se enteró del kung-fu, el oso panda y la Fiesta de la Primavera. “Ocasionalmente vi una película que protagonizaba Bruce Lee, y supe que el kung-fu que él practicaba venía de China. Entonces empecé a anhelar este país misterioso y a tener conciencia de las cosas relacionadas con China”. Posteriormente, la asistencia a una actividad para celebrar la Fiesta de la Primavera en el Instituto Confucio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte le hizo venir a la mente la idea de estudiar chino en el país asiático.

 

“Los chinos celebran la Fiesta de la Primavera de una manera muy diferente a la que celebramos Navidad, lo que refleja la diferencia cultural como solemos decir. Pero justamente por esta diferencia, me ha fascinado aún más este país oriental”, comenta Klump, a quien le gusta mucho asistir a las actividades en el Instituto Confucio y buscar contenidos sobre China en Internet.

 

En el segundo año de la preparatoria empezó a estudiar chino, pero su maestro era nativo estadounidense. “En los años 90 del siglo pasado, mi profesor empezó a aprender chino. Cuando sus amigos se enteraron, pensaron que se había vuelto loco y les pereció increíble cuando más tarde él decidió irse a China”. Klump concluyó que esa experiencia de su maestro manifestaba la indiferencia que tenían los estadounidenses hacia el idioma en aquella época, mientras que ahora lo aprenden con fascinación.

 

“Me parece que el chino tiene un encanto natural. Muchos amigos míos eligieron aprenderlo. Además, hoy día tanto en escuelas primarias y secundarias como en las universidades se han abierto cursos de chino. Este fenómeno surgió hace unos 10 años”. Desde el punto de vista de Klump, se trata de un cambio tangible porque muchos padres recomiendan a sus hijos que aprendan chino porque ofrece la garantía de un buen trabajo en el futuro.
El excelente desempeño de Klump (centro) en el concurso “Puente Chino” le permitió conseguir la Beca del Gobierno Chino y cumplir su sueño de estudiar chino en China.

 

 

Frutos inesperados

 

Klump tiene talento para aprender chino. Mientras sus compañeros se sentían enfadados por el estudio, él aprendía con mucho interés. “El pinyin es la base para aprender el chino mandarín. Para dominarlo primero hay que conocer los cuatro tonos”, explica con mucha coherencia. Después de entrar en la universidad participó en todo tipo de actividades de intercambio realizadas por el Instituto Confucio, y desde luego mejoró enormemente su capacidad expresiva del idioma.

 

El 22 de abril de 2018 fue campeón en la fase preliminar en el sur de Estados Unidos del concurso “Puente Chino”, organizado por el Instituto Confucio de la Universidad de Texas en Dallas. Después de más de 10 años de desarrollo, dicho concurso, organizado por la Oficina General del Instituto Confucio (Hanban), se ha convertido en una actividad de calidad en el ámbito del intercambio cultural internacional y se ha ganado la fama de ser la “Olimpiada del idioma chino”. Gracias a él, los estudiantes de chino pueden acercarse y sentir a China.

 

De julio a agosto de 2018, 152 universitarios de 141 divisiones de 118 países se reunieron en Changsha, capital de la provincia central de Hunan (China), para participar en las fases eliminatoria y final. Después de competencias intensas, Klump fue campeón del continente americano y llegó a la fase final.

 

“En la fase final me encontré con rivales de alto nivel. Aunque no gané, mejoré mucho mi chino, y además me hice amigo de muchos concursantes”. Debido a los buenos resultados que obtuvo en este concurso, consiguió la Beca del Gobierno Chino y por fin vino al país asiático a continuar aprendiendo el idioma.

 

Una gran experiencia

 

Durante su estancia en Changsha para competir en el concurso “Puente Chino”, el organizador llevó a los concursantes a conocer lugares como el Centro de Investigación y Desarrollo de Arroz Marino de Qingdao (provincia de Shandong), la región de interés panorámico e histórico de Wulingyuan, la sede de la empresa tecnológica iFlytek y la Zona de Economía Ecológica del Lago Dongting (provincia de Hunan). De esa forma pudieron contactarse con los locales y experimentar las culturas regionales.

 

“Estas experiencias e interacciones nos facilitaron sentir los cambios científicos y tecnológicos modernos y la cultura ecológica en esta tierra misteriosa. Han sucedido cambios radicales en solo unas décadas en un país que tiene una profunda tradición agrícola. Tales cambios no solo se manifiestan en el mejoramiento del nivel de vida, sino también en la felicidad del pueblo”, añade Klump.

 

Después de la competencia, regresó a su pueblo natal. “Fui al cine con mi novia y nos reímos cuando oímos al muchacho a nuestro lado hablar en chino con su novia. No esperaba que el chino se convirtiera en un idioma de moda en ese pueblo”. Se sintió muy contento por este cambio. El aprendizaje del chino no solo ha estado cambiando su vida, sino que también sigue influyendo en más jóvenes de su país.

 

También aprovechó para visitar a su primer maestro de chino. “Se emocionó cuando se enteró de que yo había obtenido buenos resultados en el ‘Puente Chino’ y que iba a ir a estudiar a China con la Beca del Gobierno Chino. Me contó que hace más de 20 años, época en la que él empezó a aprender chino, ya presentía que este idioma se convertiría en la segunda lengua extranjera de muchos estadounidenses. Además, me dijo que China y su cultura, que son increíblemente inmensas, tienen su propio encanto”.

 

Para Klump, estudiar en la Universidad de Economía y Comercio Internacional de Beijing fue el primer paso para lograr su sueño. Desea poder conocer profundamente el país y su cultura después de estudiar unos años. Expresó su esperanza de quedarse en China o trabajar en alguna empresa china en su país cuando se gradúe. “Me esforzaré por ser un mensajero del intercambio cultural entre China y mi país. A pesar de que aún falta mucho por cumplir este objetivo, un proverbio chino dice: ‘Un viaje de 1000 millas comienza con un solo paso’. Los jóvenes debemos tener sueños. Alcanzaré a cumplir el mío si empiezo ahora”, concluye.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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