Los pescadores lianjia, conocidos también como danmin, viven en los cursos medio e inferior del río Minjiang y en las costas de la ciudad de Fuzhou, provincia de Fujian. Desde los tiempos antiguos navegan por el río, por lo que su tradicional vivienda han sido sus propias barcas. Pertenecen a la etnia han y su lengua materna es el dialecto de Fuzhou. Sin embargo, se trata de una comunidad que mantiene sus propias costumbres.

 

Diariamente a las 3 de la madrugada, Liu Rongquan, quien vive en la aldea de Xipi, se va en moto a la playa a comprar mariscos, los cuales distribuye después a distintas ciudades chinas. Liu ya se acostumbró a salir temprano de casa. Aunque es una costumbre dura, puede generar para su hogar ingresos anuales de más de 100.000 yuanes.

 

En 2008, año en el que los danmin se asentaron en la orilla del río Minjiang, la vida de Liu Rongquan y sus familiares cambió completamente. Liu se siente hoy satisfecho y tiene muchas esperanzas en el futuro.

 

Los padres y abuelos de Liu vivían en una barca que tenía una red estropeada y en la que convivían tres generaciones. “Intercambiábamos peces y camarones por algunas comidas”, dice Liu sobre su niñez, la cual recuerda como la “verdadera vida de los danmin”.

 

Entre las décadas de 1960 y 1980, los danmin fueron desplazándose por la orilla del río Minjiang. Aprovechando una pieza de bancos de arena y tierra, 612 personas de 146 familias levantaron sus casas en lo que sería después la aldea de Xipi. En aquel entonces, trasladarse a la orilla era también el sueño de la familia de Liu Rongquan.

 

Liu Rongquan, nacido en 1972, se trasladó con toda su familia en 2008 a la parte continental y gestiona negocios de mariscos. Yu Jie

El sueño se hace realidad

Al no contar sus padres con suficientes recursos económicos, Liu Rongquan tuvo que dejar la escuela primaria cuando cursaba el cuarto grado. Regresó a vivir en la barca para ayudar a su familia.

A los 18 años, así como otros muchachos de su edad, Liu Rongquan dejó la barca para buscar un trabajo y fue así a conocer el mundo exterior. En 1996, el primer hijo de Liu nació en una casa pobre. “Como no teníamos dinero, mi esposa no pudo dar a luz en el hospital de buenas condiciones que había en el poblado”, menciona Liu. Sus padres, quienes se pasaron toda la vida en la barca, murieron a finales de la década de 1990. “Al final de sus vidas, ambos quisieron trasladarse a la parte continental. Lamentablemente no lo pudieron hacer”.

En una ceremonia realizada en diciembre de 1998 en la ciudad de Fu’an, el entonces vicesecretario del comité provincial del PCCh en Fujian, Xi Jinping, puso énfasis en resolver de raíz el tema de la residencia de los danmin en la parte continental de China y la consideró “la más importante obra de bienestar”.

Dos años después del fallecimiento de sus padres, Liu incursionó en el mundo de los negocios. Se fue a Guangdong a comprar y vender mariscos. Con el dinero ganado, Liu levantó en 2006 una casa de tres pisos que le costó más de 300.000 yuanes en la orilla del río Minjiang, a donde llevó a vivir en 2008 a su esposa y sus tres hijos. El sueño de sus padres se había, de algún modo, hecho realidad con él. Coincidentemente desde entonces el Estado viene incentivando el traslado de los danmin a la parte continental. “El subsidio del Gobierno por persona era de 2500 yuanes, además de uno de 10.000 yuanes por la adquisición de la tierra. Nuestra familia es de cinco miembros, por lo que el Estado nos brindó en total más de 20.000 yuanes”.

“A finales de la década de 1990, el gobierno provincial de Fujian comenzó a implementar una política de vivienda en la orilla del río Minjiang. Otorgó gratuitamente el suelo y se encargó de implementar carreteras, servicios de electricidad, agua y telecomunicaciones, así como la recepción de señales de radio y televisión. “Los danmin que construyen sus casas allá reciben un subsidio de 650 yuanes por persona, lo que ha resuelto los problemas de vivienda para 1425 personas de 349 familias”, detalla Jiang Kuanquan, director de la aldea de Xipi.

Jiang guarda un profundo recuerdo sobre su vida anterior en una barca: “Cuando era niño, mis seis hermanos y yo vivíamos con mis padres en una barca pequeña y vieja. No nos gustaba celebrar el Año Nuevo porque veíamos cómo en otras familias los padres les regalaban ropa a sus hijos. Mi familia era muy pobre. No teníamos ropa nueva, ni siquiera un par de zapatos buenos. Todo el año andábamos descalzos”.

El proyecto de traslado a la parte continental, que empezó en la década de 1960, despertó en los danmin la esperanza de una nueva vida. Desde 2001 toda la aldea cuenta con agua potable en casa. Entre 2008 y 2013 llegaron a la orilla del río Minjiang los últimos 661 pescadores de 137 familias.

Con el fin de crear un buen ambiente para los danmin, la Célula General del PCCh de Xipi y el comité de la aldea han organizado a los aldeanos para los trabajos de llenado de bancos de arena y tierra de 5,8 hectáreas. Asimismo, han levantado una nueva aldea de Xipi, seis puntos de colocación y 635 edificios en una superficie de construcción de 66.500 m2. La superficie habitacional per cápita ha llegado a los 25 m2.

Hoy día, al pasear por la aldea de Xipi, pueden verse todavía las casas de madera de los años 60, las casas de rocas de los años 80, las casas de hormigón de los años 90 y los modernos edificios de la actualidad. Aquí cada vivienda tiene una historia y los edificios de cada década reflejan los cambios en la vida de los danmin.

Dejar la orilla para prosperar

No basta con asentar bien a los danmin, sino que sus condiciones de vida deben también ser atendidas, lo cual ha sido una propuesta del secretario general del PCCh, Xi Jinping, y también la principal misión de los gobiernos de distintos niveles de la ciudad de Fu’an. Los gobiernos locales se han enfocado en incentivar, por ejemplo, la crianza de mariscos y establecer lazos de cooperación con departamentos del sector pesquero, así como brindar una capacitación periódica a los criadores. Esto permitirá que los ingresos económicos de los aldeanos suban en gran medida.

“La antigua pesca es ya cosa del pasado. Hoy se debe planificar bien la crianza de especies marinas en función de las demandas de desarrollo”, opina Jiang Kuanquan. Según él, la aldea cuenta actualmente con 4300 cajas de red en las que se crían peces, 223 hectáreas para ostras, 106 hectáreas en bancos de arena y tierra, 12,4 hectáreas para la crianza de algas marinas y 26,6 hectáreas de crianza en estanques. Los aldeanos han ido dominando técnicas modernas y teniendo en cuenta el desarrollo económico marino. Xipi cuenta hoy con ocho buques de transporte con capacidad para 16.500 toneladas y el valor de producción suma 8 millones de yuanes, lo que ha generado más de 100 puestos de trabajo.

“El apoyo en el crédito es una sólida garantía para que Xipi alcance una vida modestamente acomodada”, sostiene Jiang Kuanquan. En 2009, Xipi fue considerada por el Ministerio de Hacienda de China y la Oficina del Grupo Dirigente de Desarrollo y Lucha contra la Pobreza del Consejo de Estado como “una de las primeras aldeas pobres piloto de capital de apoyo”, por lo cual el comité de la aldea estableció una asociación de ayuda mutua para el desarrollo económico que sirviera para movilizar capitales. Actualmente dicha asociación cuenta con un fondo de 550.000 yuanes y ha asignado 3,59 millones de yuanes en políticas de ayuda.

Además, aprovechando que Xipi fue incluida dentro de los “distritos piloto de proyectos de crédito con pequeña cuota”, se han establecido 115 grupos de apoyo mutuo, cada uno de los cuales está formado por cinco familias. Se ha logrado así la incorporación de 575 familias y la asignación de un capital de crédito de 21,5 millones de yuanes. Con el establecimiento de tres cooperativas de crianza de peces en cajas de red, estanques y bancos de arena y tierra, las autoridades de la aldea vienen incentivando la creación de la marca de mariscos Xipi.

El ingreso per cápita de Xipi ha subido de 850 yuanes a principios de la década de 1990 a 18.756 yuanes en 2017, y a nivel colectivo, de 66.000 yuanes a 1,16 millones de yuanes en el mismo periodo de tiempo. Quienes antes vivían “flotando” sobre el agua hoy tienen una vida “sólida” y feliz.

Ningde fue el lugar en el que Xi Jinping implementó sus primeras prácticas de asistencia contra la pobreza. Entre mayo de 1988 y mayo de 1990, durante su estancia en Ningde y ante la situación de atraso del este de Fujian, Xi dirigió a la población local bajo el concepto de “acelerar el desarrollo y liberarse de la pobreza”, con lo cual abrió una nueva página en la lucha contra la miseria.

En estas tres décadas han sido más de 740.000 personas las que se han liberado de la pobreza en Ningde (un promedio anual cercano a las 30.000). A finales de 2017, el índice de pobreza había bajado a 0,028 %, lo que refleja los grandes progresos en esta materia.