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El Código Civil de China y el avance en la reforma legal

Source:China Hoy Author:GUILLERMO PUYANA RAMOS
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El 28 de mayo se clausuraron en Beijing las sesiones de la XIII Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, y del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, la institución de consulta interpartidista más importante. La atención la coparon el Informe sobre la Labor del Gobierno, por ser el primero que se daba en la pandemia del COVID-19, y el borrador de la ley de seguridad nacional para Hong Kong. Sin embargo, la legislatura china expidió otras leyes esenciales en el proyecto de modernización de la estructura legal del país, un aspecto muy importante cuando el Gobierno dirige su estrategia de desarrollo de una economía de rápido crecimiento a una de alta calidad basada en la tecnología y la ampliación de su mercado interno, en el que habrá mayores oportunidades para la inversión extranjera y el comercio entre China y el mundo.

Una de las leyes de más significado social es el Código Civil, cuyo borrador presentado a la Asamblea Popular Nacional fue el resultado de un prolijo proceso de estudio de la legislación civil comparada que tomó casi 20 años. En 2001 se presentó un proyecto de codificación, cuya revisión y ajuste permanente condujeron finalmente a una propuesta de borrador en octubre de 2014 dentro de uno de los comités que integran el trámite legislativo propio de China, que tiende a ser complejo por el grado de consulta a todo nivel que comprende. Ese proyecto de 2014 fue integrado con unas provisiones generales que terminaron formando el código completo de 7 secciones que se expidió el pasado mes de mayo.

Las expectativas sobre el Código Civil chino eran crecientes en todo el mundo. En 2012, los profesores Lei Chen (Durham University) y C.H. van Rhee (Maastricht University) publicaron un libro titulado Hacia un código civil chino. En Colombia el tema era bastante desconocido, salvo para un grupo selecto de civilistas encabezados por Fernando Hinestrosa Forero, quien fue invitado a dar sus opiniones hacia principios de la década de 2000. Por todo el mundo iban delegaciones de juristas chinos analizando las legislaciones de cada país y recogiendo opiniones especializadas sobre qué había y qué faltaba.

Este es el primer código civil que se expide en la República Popular China, que tenía varias leyes civiles desde 1950, cuando se expidió la primera ley de matrimonio, reconocida como uno de los avances más importantes al consagrar derechos igualitarios a las mujeres y que fue uno de los símbolos de la primera etapa del nuevo gobierno popular en relación con la eliminación de la estructura feudal. Con el paso de los años hubo leyes en otras áreas del derecho civil, como responsabilidad por daños (Torts), bienes (Rights in Rem), contratos y obligaciones. Hacia 1986 se expidió una ley con principios generales, que se mejoró en otra versión de 2014. Sin embargo, eran leyes separadas, no un código.

Un código civil es extremadamente importante y puede ser la marca de identidad de una civilización, como sucedió con los romanos. El profesor Ciro Angarita decía en su clase de Derecho Civil-Personas en la Universidad de los Andes que es la única ley que acompaña a las personas desde antes de nacer y hasta después de morir. Uno puede evitar tener que ver con otras leyes: la penal, la tributaria, la propiedad intelectual, pero nunca el Código Civil, pues siempre será alguien hijo de otro, tendrá algún bien, un domicilio, un nombre y morirá con o sin herencia, y todo eso está en el Código Civil. De la cuna a la tumba, como decía Angarita, reconocido como exmagistrado de la Corte Constitucional, pero que fue aún más monumental como civilista.

Con la nueva ley en China se integran todas las áreas del derecho civil en un contexto moderno: personas, familia, bienes, contratos, obligaciones, sucesiones y, en consecuencia, se derogan 9 leyes previas que habían regulado esos aspectos y, además, principios generales. En los comentarios de civilistas del mundo que han tenido la suerte de tener versiones informales confiables en otros idiomas se destacan cosas realmente innovadoras que reflejan, asimismo, las peculiaridades del sistema legal y social de China.

Por ejemplo, se reconocen las responsabilidades del cuidado colectivo de los menores bajo tutela, para que en casos en los que los tutores no puedan ejercerla por circunstancias extraordinarias como una pandemia, en vez de entrar en el caótico y cruel sistema de burócratas de asistencia social y hogares sustitutos, entren a actuar formalmente las instancias colectivas y comunitarias, que son muy importantes en toda China, sobre todo en los poblados y aldeas, que componen el 40 % de la población. En la China rural, todos los aldeanos son familia.

Otros asuntos prometen un amplio debate y mucho análisis por los especialistas en el mundo entero, como el reconocimiento de derechos a la voz como un desarrollo del derecho a la imagen; el carácter vinculante de las ofertas comerciales abiertas por Internet y redes sociales, no solo como responsabilidad frente al consumidor sino frente a una parte contractual innominada; el derecho a la tranquilidad electrónica, para que las personas no sean molestadas por la publicidad virtual; la inclusión de un periodo obligatorio de meditación (cooling-off, lo traducen) de 30 días en el trámite del divorcio; la separación de deudas de los cónyuges, cuando no están relacionadas con las necesidades de la familia sino con los gustos personales de cada cónyuge; y la posibilidad de dejar un testamento por audio o video.

También es una oportunidad para analizar otros aspectos, ya de orden político y de estrategia legislativa. El Código Civil chino es una manifestación concreta y moderna de la profunda reforma legal que viene desarrollándose en China desde 1949, cuando se trataba de regular la transición de un sistema social y político a otro totalmente nuevo y diferente, ampliada en 1980, cuando Deng Xiaoping formuló las 4 modernizaciones y la reforma y la apertura de “un centro y dos puntos básicos” como una estrategia de impulso a la segunda gran fase de desarrollo socioeconómico de China, y fortalecida cuando Xi Jinping elaboró su teoría sobre la gobernanza de China y planteó los “dos objetivos centenarios” de alcanzar un nivel de vida modestamente próspero en 2021 y ser un país socialista moderno en 2049. Es decir, se trata de un evento para analizar la continuidad de la visión de China como país poderoso, próspero y moderno, y el papel que el desarrollo legal ha cumplido en ella.

Con el Código Civil chino podemos pensar sobre el papel de la ley como manifestación de la democracia, pues frente a la oscuridad de nuestro trámite legislativo y la práctica de sacar leyes de afán o concertadas en conciliábulos con el Gobierno, de las que solo nos enteramos de su resultado, tenemos un caso de consulta muy prolongada a todo nivel y con todos los sectores sociales durante muchos años, que garantiza los niveles de consenso político que tuvo el Código Civil que fue votado a favor por 2880 miembros de la Asamblea y solo se opusieron 5. Eso es lo que explica que China tenga una estabilidad normativa envidiable, como se demuestra con las tres leyes de inversión extranjera expedidas entre 1979 y1981, que se reformaron hasta el año pasado para modernizarlas. La estabilidad legal da seguridad económica y certeza a los inversionistas en un grado muy superior al de un sistema en el que la ley puede ser cambiada en diferentes instancias, tanto regulatorias como judiciales, muchas veces con criterios subjetivos por fuera de todo mecanismo de consulta.

En China pocas cosas suceden por azar y, definitivamente, su nivel de desarrollo actual no es el resultado de las coincidencias, sino de una formulación política ligada al fortalecimiento nacional. En la percepción china, la ley cumple un papel primordial de impulso del desarrollo y no debe ser una talanquera ni un lastre.

Como digo, ya tendrán oportunidad los expertos de opinar en detalle y con autoridad desde sus respetivos campos. Por ahora, es muy significativo que China haya decidido codificar su legislación civil y expedir la ley justo en las sesiones de la Asamblea Popular Nacional y del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva el Pueblo Chino, que recibieron los reportes sobre la situación de China y el mundo en la pandemia y adoptaron decisiones fundamentales para salvaguardar la soberanía y la seguridad en Hong Kong, lo que indica la importancia que el país le da al nacimiento de su primer Código Civil.

*Guillermo Puyana Ramos es presidente de la Asociación de la Amistad Colombo-China, colaborador en varios medios de comunicación y abogado de la Universidad de los Andes.

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Editor: Wu Wen Da-->

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