ES otoño en Beijing. En el parque Beihai, la Pagoda Blanca, perteneciente al templo budista Yong’an, resplandece entre los colores otoñales de la ciudad. Es una de las pagodas budistas tibetanas más antiguas de China y una de las más grandes de Beijing. A Giselle Lucía Navarro (nacida en 1995 en La Habana) el budismo, desde siempre, le ha suscitado una poderosa y misteriosa atracción. Por eso, sentada en el parque frente a la pagoda, donde atiende a este medio, afirma que se trata para ella de un lugar especial. La presencia de la pagoda acompaña la conversación.