DONDE quiera que el presidente brasileño vaya, hay un tema persistente en sus discursos: la defensa del libre comercio, del multilateralismo y de la integración, así como su rechazo a las guerras comerciales y a cualquier reedición de la Guerra Fría. El 12 de mayo, al finalizar su primer día de trabajo en Beijing, Luiz Inácio Lula da Silva se presentó en el Foro Empresarial Brasil-China, donde no solo hizo hincapié en esta postura aperturista, sino que fue un paso más allá. Ante empresarios de ambos países, Lula calificó de “indestructible” la relación con China.